La review de esta semana tratará otra de las múltiples maravillas que el guionista J. Michael Straczynski junto con el dibujante Esad Ribic nos ha dejado en su repertorio. Estela Plateada: Réquiem es para mí, sin duda, una obra de arte. No es el típico cómic dedicado a un héroe en particular, con apariciones de otros héroes, es muchísimo más que eso. Cada frase, cada diálogo tiene una profundidad y un sentido que nos deja con la boca abierta. Straczynski consigue realmente que te comas la cabeza en todas las situaciones que nos plantea durante el transcurso de la novela. Además, ¡qué decir de Esad Ribic!, dibujante ya consagrado en Marvel, con un estilo muy parecido al de Alex Ross, tal vez algo más sutil, pero igualmente impactante. El argumento es ya conocido por casi todos, pero si aún queda algún rezagado, pinchad en seguir leyendo para un análisis con su correspondientes spoilers a cascoporrillo…
Estela Plateada es un personaje que a mí, personalmente, me gusta muchísimo. Más que el diseño o la forma de ser, lo que me atrae de él es su trasfondo, su historia y los sacrificios a los que se ha visto obligado para poder salvar su mundo del que es su amo y señor, Galactus, el devorador de mundos. A cambio de que no destruyese su planeta, Norrin Radd se convirtió en heraldo del devorador, portador y presagio de muerte allá donde vaya. Después de eso ha pasado por muchas experiencias, pero ninguna como la que se le avecina.
Un buen día los 4 Fantásticos reciben una visita inesperada. Norrin pide poder hablar con el Dr. Richards y Sue a solas. Es entonces cuando les suelta la bomba. Estela Plateada se está muriendo. Reed realiza una serie de pruebas para intentar confirmar las sospechas de Estela, cosa que hace muy a su pesar. Durante la novela vemos como, una vez Reed le confirma que no le queda mucho más de un mes de vida, Estela se encuentra pensando en cómo ha llegado a ser quien es, el sentido que todo ha tenido en su vida, sus decisiones, sus miedos, todo ello durante conversaciones con diferentes personajes del universo Marvel. Nos ponemos en la piel de alguien que sabe que está sentenciado a muerte y cómo ve desde ese mismo momento su existencia y la de los demas. Así pues, tras hablar con Reed y despedirse de ellos, el siguiente en la lista es Spiderman. Estela le ayuda a detener a un robot psicópata, pero Peter nota algo raro en su amigo intergaláctico, una tristeza bastante inusual en él. El tema de esta conversación es cómo los seres humanos no nos damos cuenta del mal que nos hacemos los unos a los otros a pesar de ser todos iguales, todos de una misma raza. Spiderman, tal vez intentando quitarle hierro al asunto o tal vez porque no se le ocurría nada mejor le hace esa pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez, ¿por qué una tabla de surf? El siguiente en discordia es el Dr. Extraño. Os reproduzco aquí un pedazo de la conversacion que personalmente, me encanta:
-E.P: ¿Stephen? ¿Qué estás..?
-Dr. E: El Dr. Richards me llamó porque… bueno, porque los doctores siempre consultan a otros doctores cuando se encuentran con un diagnóstico que no pueden solucionar, esperando que otro pueda darles respuestas mejores. Hay quien dice que se puede medir a un hombre por sus enemigos. Otros dicen que se le conoce por sus amigos. Si la cantidad de mentes que no han dejado de pensar en tu situación desde que lo supieron es alguna indicación, la calidad de tu alma está más allá de la medida humana…
Tras despedirse de Doctor Extraño, Estela regresa a su planeta, para así poder pasar sus últimos instantes. Sin embargo, un último miedo le invade. Si él muere, ¿quedará sin validez su trato con Galactus? ¿Será entonces el fin de su planeta y de la mujer que ama? Para su sorpresa, Galactus hace aparición para prometerle justo lo contrario. Ya en sus últimos momentos, Galactus le promete a Norrin que nunca le hará daño a su mundo ni permitirá que otros lo hagan. Con esa promesa, Estela Plateada descansa en paz. Si tenéis ocasión de haceros con el tomo en tapa dura que Panini editó no hace mucho, no lo dudéis.
Escrito por José Carlos Cabra
