viernes, marzo 29, 2024

E.T., El videojuego: la leyenda de un fiasco

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Panini
En 1982 se crea el universo utópico de Blade Runner. En él se presentaban grandes ciudades, surcadas por multitud de luces, carteles de neón y tecnología punta. En las resplandecientes y futuristas pantallas comerciales aparecía una marca que sobresalía con respecto a las otras: Atari. Ya es el futuro, y podemos ver ciudades similares en grandes capitales como Tokio o Nueva York, en las que la iluminación hace que una noche parezca pleno día. Pero Atari no aparece en sus pantallas publicitarias. Quizás uno de los culpables sea el siguiente videojuego: E.T., El extraterrestre.

Ridley Scott tuvo una amplia visión del futuro, en cierto modo, acertada. Pero él aún no conocía E.T., el videojuego. La historia fue la siguiente:
En junio de 1982 se estrena E.T., El Extraterrestre, una producción de Steven Spielberg de gran éxito en las pantallas de todo el mundo. El merchandising estaba asegurado, y esta oportunidad no podía ser obviada por una de las empresas más punteras en tecnología y videojuegos: Atari. De este modo, la susodicha organización emprende negociaciones con Steven Spielberg, el cual vende los derechos de E.T. (nada más y nada menos) por 20 millones de dólares. Nos encontramos en julio de 1983, y Atari pretendía aprovechar el tirón de la producción para vender el videojuego en la campaña navideña, por lo que éste tendría que estar terminado para septiembre, en apenas cinco o seis semanas.

Todo el mundo es conocedor de que las prisas no son amigas del trabajo de calidad, y esto fue lo que le ocurrió a Atari. El resultado de la unión videojuego-película fue “E.T., el videojuego”, todo un fiasco. Howard Scott Warshaw fue el encargado de su programación. Anteriormente había sido el responsable de la exitosa adaptación de En busca del arca perdida para Atari y, desgraciadamente, hoy en día únicamente se le recuerda por su trabajo en E.T., el videojuego. Atari predijo grandes ventas basándose en el éxito de la película y en la estabilidad de su mercado. Por ello, encargaron cinco millones de copias. La compañía obvió la prueba preliminar de audiencia del videojuego, antes de encargar las copias, lo que condujo a otro nuevo fiasco. Únicamente se vendieron un millón y medio de copias, la mayoría de las cuales fueron devueltas. La película de E.T. continuaba teniendo éxito, y la estabilidad del mercado de Atari comenzó a decaer.
Teóricamente, el argumento del juego era el siguiente: E.T. debe encontrar tres partes de un teléfono intergaláctico para llamar a casa. Dichas partes están distribuidas por el terreno de juego, mientas es perseguido por un científico y un agente del FBI.

Prácticamente, el juego consiste en: un monigote verde deambula por un terreno verde informe (que se supone que es un bosque), y se cae repetidamente en muchos agujeros (en los que puede que haya algo, o no), mientras otros dos monigotes (uno blanco y otro marrón) le persiguen (o no). Game over. Jugabilidad: 0. Ésta fue la razón por la que este videojuego es considerado como el más nefasto de la historia.
Ante tan catastróficas circunstancias, Atari se encontró con varias naves de costoso alquiler repletas de millones de copias de un videojuego que nunca tendría salida. Y aquí comienza la leyenda. En septiembre de 1983, el periódico Alamogordo Daily News, de Nuevo México, publicó una serie de noticias: se habían visto entre diez y veinte trailers de Atari, llenos de cartuchos de videojuegos, dirigiéndose hacia el desierto, donde fueron enterrados en cemento a varios metros de profundidad. Atari nunca dio explicaciones oficiales sobre qué era lo que se había enterrado, aunque los rumores apuntaron a los cartuchos no vendidos de E.T.

Ese mismo año Atari sufrió la crisis de los videojuegos en Estados Unidos y, un año más tarde, la empresa quebró y fue dividida en porciones que fueron vendidas. Todos los estudios empresariales realizados señalan el fracaso de E.T. como uno de los principales factores de la desaparición de la empresa.
Pues ésta, amigos lectores, es la historia de cómo las copias del videojuego de E.T. fueron enterradas (quizás con la ayuda de Steven Spielberg) en el desierto de Nuevo México. O puede que sólo sea una leyenda urbana… Cierto o no, no son pocos los que han sido vistos en el desierto buscando los yacimientos de Atari. Para algunos, el tesoro de un mito. 
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