En 1990, el célebre guionista de cómics Grant Morrison dotó a las páginas de la serie Doom Patrol de un nuevo héroe, conocido como Flex Mentallo. Este personaje secundario, que lucía un aspecto similar al del culturista Charles Atlas, apareció como tal por primera vez (se basa en parte en un personaje de cómics de 1942) en el número #35 de la serie regular de Doom Patrol, donde nos mostraban que el origen de sus poderes provenía por haber leído un libro titulado “El misterio de los músculos para ti”; aunque posteriormente en el número #42 nos contaron un nuevo origen acerca de él y de sus nuevos compañeros, haciéndonos ver que se habían hecho reales al ser dibujados con un bolígrafo de tinta verde por un niño, por lo que sus apariciones solían tener bastante presente dicho tono de color.
Para los que no conozcan nada sobre este héroe, además de lo ya comentado, añadir que su indumentaria son unas botas y brazaletes negros junto a un slip de leopardo, teniendo la habilidad de poder alterar la realidad al flexionar sus músculos, además de aparecer sobre sí en ciertas ocasiones un “Halo de Héroe”.
Partiendo de esta premisa, seis años después de su primera aparición, Grant Morrison creó junto a Frank Quitely una serie limitada de cuatro números, en donde decidieron profundizar en la mitología ficticia de este personaje y lo que le rodea, dotando así a los lectores de una mini serie espectacular, pero que debido a su estructura, no es apta para lectores noveles o que no hayan leído antes bastantes trabajos de dicho guionista, ya que nos encontramos ante un Morrison con plenas facultades psíquicas, con la complejidad psicológica que eso conlleva.
Dicha mini serie es la que compone la Edición de Lujo que ECC ediciones ha publicado en nuestro país bajo el nombre de “Flex Mentallo: El Justiciero Musculoso”, una edición que se ha visto varias veces comprometida y criticada hasta su publicación, ya que por un lado nos encontrábamos con la batalla legal que los herederos de Charles Atlas contraían contra el uso de este personaje basado en su antepasado, y por otro que los derechos originales eran propiedad de DC, aunque era la primera afrenta la que hizo que este ejemplar no llegara hasta ahora a nuestro país y que en EEUU no pudieran disfrutar de un recopilatorio.
Ahora bien, la pregunta que muchos podrían hacerse es: ¿merecía una serie propia un personaje secundario como este? Tal vez la respuesta más sensata pensando en que fuera llevado a cabo por un guionista y dibujante medio hubiera sido un rotundo no, pero una vez sobre la mesa los nombres de Morrison y Quitely, la balanza cambia drásticamente, ya que además de hacer un duo excepcional (We3, Superman All Star, Batman y Robin), lo que hacen con esta obra es puro arte.
Bebiendo de la base de grandes cómics, como pueden ser “Watchmen” o “El Regreso del Caballero Oscuro”, con los que guarda similitudes en ciertos aspectos (situaciones, motivaciones e ilustraciones), nos encontramos por un lado con un personaje bonachón nacido en la Edad Dorada de los cómics y al que vemos a lo largo de las páginas viajar por las diferentes etapas como si de un espectador que no puede cerrar los ojos ante lo que sucede se tratara, llegando así a la Edad Moderna. Todo sucede aparentemente sin ninguna lógica palpable, plantando en nuestro cerebro multitud de interrogantes los cuales no serán respondidos hasta el final de la historia, como si de una compleja obra literaria que está totalmente entrelazada se tratara. A su vez, el relato va más allá del propio Flex Mentallo, haciendo una tesis psicológica del lector asiduo de cómics y de las etapas o cambios que este sufre a lo largo de la vida, sintiéndonos seguramente identificados en varias escenas y ayudándonos a hacernos un autoexamen de nuestra propia vida y de los valores que los cómics han inculcado en nosotros.
La sinopsis de esta historia se podría dividir en dos partes: por un lado tenemos a Flex Mentallo, el cual tras intentar evitar la detonación de una bomba que resultó ser falsa, descubre una conspiración llevada a cabo por un grupo autodenominado Facultad X, por lo que se dedicará a investigarla; y por otra parte tenemos a Wallace Sage, quien creó de niño a Flex y que se encuentra en plena sobredosis tirado en un callejón mientras habla por teléfono con “alguien” sobre cómics y superhéroes. Ambas historias se dan de manera simultánea, ahondando en la historia de ambos personajes y en las decisiones que se han visto forzados a tomar a lo largo de sus vidas.
Grant Morrison consigue plasmar en esta serie todos los sentimientos y emociones que rondan por su cabeza, aprovechando para poder hacer una crítica sobre el mundo que nos rodea y nuestra posición en él; usando así esta historia para plasmar su propia tesis psicológica sobre el mundo del cómic. A su vez, Frank Quitely hace un trabajo excepcional logrando plasmar todas las ideas de Morrison y no dejando ningún detalle visual al azar, sino que todo está ligado entre sí, mostrándonos giros argumentales de una forma visual. Aunque también he de decir, que una de las críticas que recibió esta nueva reedición tanto en nuestro país como en EEUU, fue el hecho de que se coloreara de nuevo, perdiendo así los tonos originales y característicos de su época y del personaje.
Finalmente la edición que ECC nos trae y que tiene un precio oficial de 15€, está exquisitamente elaborada, como vemos en sus cubiertas negras de tela que llevan inscripciones plateadas en relieve, y por encima de esta una sobrecubierta a color para poder mantener el interior siempre en un buen estado. Incluye también 15 páginas de extras, entre las que encontramos varias ilustraciones, bocetos y copias de páginas del cómic original, además de un artículo de cuatro páginas al inicio en donde se nos explica la creación de este héroe. Como comenté al inicio, esta obra es excelente, pero no es un cómic fácil de recomendar, por lo que si habéis leído antes algo de Morrison y os ha gustado, no dudéis en haceros con él, de lo contrario, tal vez os sea difícil de digerir.
