Casi seis meses han pasado desde que pudimos disfrutar del anterior número de “Los Muertos Vivientes” en nuestro país, un número que sirvió de transición para ir preparándonos ante los nuevos sucesos importantes que van a acaecer al grupo de Rick Grimes bajo la estremecedora portada del número 100 que ya se ha publicado en EEUU. Esta vez, Planeta DeAgostini ha recopilado los números #91 a #96 bajo su decimosexto tomo que lleva por título “Un Mundo Más Grande”, donde seremos testigos de la continuación de esa transición que ya os he comentado a cargo de su creador, Robert Kirkman.
Los seguidores de estos cómics hemos visto hasta ahora la evolución de sus principales personajes, y como el tenebroso mundo y las presiones a las que se someten a diario, ha hecho que la mayoría se vuelvan más oscuros, sacando lo peor de ellos en diversas situaciones. Casos como la paranoia de Rick y su teléfono, la asombrosa parsimonia de Carl ante situaciones que un niño “normal” no sería capaz de afrontar o las cruentas decisiones que se ven obligados a tomar diariamente, han hecho que el grupo y sus actuaciones difiera mucho desde sus orígenes. Si remontamos a la primera toma de contacto con el Gobernador, recordaremos que aunque fueron cautelosos, no se impusieron ante un nuevo grupo; pero vemos como los sucesos que han sufrido, les llevaron a ser menos “amigables” junto a sus compañeros del poblado conocido como Alejandría.
Partiendo de esta premisa, este nuevo número nos plantea un nuevo reto al que se ven sometidos, el cual no es otro que el conseguir víveres en buen estado a largo plazo, ya que pese a que todavía encuentran alimentos en las zonas de alrededor, estos están caducados o a punto de ello, por lo que deberán buscar nuevas soluciones para poder mantener sus necesidades alimentarias cubiertas durante un periodo extenso. Por otro lado, a lo largo del capítulo veremos como los zombies se han llegado a convertir en algo rutinario, como si el salir y eliminarlos se tratara de un quehacer diario más. Además, seremos testigos de la profunda madurez que Carl se ha visto obligado a alcanzar, superando en muchos casos a la mayoría de sus compañeros, y no me refiero solo a Sophia, quien intenta autoconvencerse de la normalidad de su vida, sino al propio Rick.
En medio de esta debacle de vicisitudes, aparecerá un nuevo personaje, quien lleva por nombre Paul Monroe, aunque según él, sus amigos lo llaman Marme Jesús (alegoría clara hacía el personaje bíblico de Jesús, tanto por su forma calmada y pacífica de actuar, como por su estética), quien ofrecerá al grupo de Rick la opción de incorporarse a una red de comunidades para intercambiarse alimentos y provisiones. Pero como ya comenté antes, todas las negras vivencias que han sufrido los protagonistas de esta historia, han hecho que vayan cambiando y tornándose en personas desconfiadas y oscuras, lo cual no les deja confiar en la aparente bondad de algunas personas, ocurriendo esto con Marme Jesús. Pero ahora surgen dos preguntas: ¿Serán realmente buenas las intenciones de este nuevo personaje? y ¿estarán preparando un ataque hacia Alejandría los 200 compañeros de Jesús?
La historia, al igual que ocurrió en el número anterior, sirve de puente hacia un nuevo rumbo, aunque en este caso, tiene un ritmo superior, acercándose más a los primeros cómics. Sin desvelaros nada más sobre este volumen en edición rústica que Planeta DeAgostini nos ha traído, sí que puedo decíros que las dos preguntas anteriores serán contestadas y darán pie a una nueva etapa en esta serie, la cual veremos en la próxima edición que se edite en nuestro país. Además de mantener el precio habitual de 7,5€, incluye como suplemento el compendio de portadas de los números #33 al #48 de la serie individual.
