sábado, abril 20, 2024

Reseña: Kingsburg

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Panini

Este es uno de esos juegos que empecé a jugar de forma totalmente aleatoria un día en Kaburi con los amigos y que, desde entonces, lo he vuelto a jugar varias veces, con gente diferente y en sitios diferentes y la verdad es que siempre me ha dejado contento.

La caja
La caja

Editado en 2007 por Edge Entertainment, Kingsburg es un juego bastante sencillo de aprender y con mecánicas bastante fáciles de dominar. Su gran caja puede dar la sensación equivocada de que estamos ante un juego difícil, con muchas reglas, pero nada más lejos de la realidad. Sí, necesitaremos una mesa espaciosa para que quepa el tablero y las hojas de provincia, pero el desarrollo de Kingsburg es lo bastante sencillo como para jugarlo de forma casual con los amigos tomando algo.

La ambientación del juego es llamativa. Estamos ante el clásico escenario de fantasía medieval, formamos parte del consejo del rey y trabajamos mejorando la provincia fronteriza durante el año para podernos defender de los ataques de hordas invasoras al final del año. Para ello, tienes que aliarte con los diferentes consejeros reales para conseguir materiales de construcción y poder militar. Me gusta sobre todo el hecho de encarnar a un simple consejero y no a un guerrero o a un mago poderoso, es un cambio de punto de vista que le da un toque de aire fresco al juego. Las ilustraciones, además, son muy buenas, y la mayoría de los componentes del juego son de calidad y se conservan bien. Veamos, pues, que contiene la caja:

  • Instrucciones
  • Tablero de juego
  • 5 hojas de provincia
  • 21 dados de seis caras, 3 de cada color y 6 blancos.
  • 15 marcadores en forma de disco, 3 de cada color.
  • 60 cubos de mercancías, 25 de oro, 20 de madera, 15 de piedra.
  • 85 marcadores de construcción, 17 de cada color.
  • 20 marcadores de “+2”
  • 1 marcador anual
  • 1 marcador de estación
  • 1 ficha de enviado del rey
  • 25 cartas de enemigo, divididas en 5 por cada año.
El tablero central desplegado.
El tablero central desplegado

La verdad es que la sensación que da es que la caja es muy grande para lo poco que contiene, pero bueno, veamos cómo funciona el juego en sí. El objetivo del juego es sencillo: conseguir más puntos de victoria que los demás jugadores. En el tablero de juego, el marcador de puntuación son los números que lo rodean. Los puntos de victoria se consiguen de varios modos, ahora iremos a ello. En la parte central del tablero de juego destacan los 18 personajes con los que interactuaremos para intentar mejorar nuestra provincia. Aquí está lo que hace especial al juego, para ello se usan los dados. Cada consejero tiene un número asignado, del 1 al 18, y en las fases productivas del año tiraremos los 3 dados que correspondan a nuestro color para luego usarlos para influenciar a los consejeros. Veamos un ejemplo: tiro los 3 dados y saco: 6, 3, 4. Un total de 13. Podría usar mis 3 dados para influenciar al consejero marcado con el 13 directamente y llevarme 3 piedras para construir edificios o podría repartir esos dados entre diversos consejeros. Podría, por ejemplo, coger mi 3 y mi 6 i ponerlos en el 9; o mi 4 y mi 3 y ponerlos en el 7, la elección es totalmente libre. Suele ser mejor repartir los dados entre 3 consejeros de nivel bajo, pero no es tan fácil. Un consejero sólo puede ser influenciado una vez, de modo que es muy probable que alguien bloquee el consejero al que querías influenciar antes de que lo hagas tú. Una vez resuelta la fase de influencia, los jugadores reciben sus recompensas y usan sus recursos para construir edificios, sólo uno por fase productiva. Los edificios, que están en la hoja de provincia, dan beneficios extra y puntos de victoria y sólo se pueden construir de izquierda a derecha. Me explico: Al principio, sólo podemos construir uno de los 5 edificios de la izquierda, ya que para construir el siguiente a la derecha, la condición es que el anterior esté construido. Como imaginaréis, los mejores edificios son los de más a la derecha de la hoja.

Hoja de provincia
Hoja de provincia

El año se divide en 8 fases distintas de las que sólo 3 son fases productivas en las que influenciar consejeros. La primera, que el primer año no se juega, es compensativa: el jugador que menos edificios haya construido recibe un dado extra en la primera fase productiva del año, la primavera. Luego viene la primavera, fase productiva. La tercera fase es el premio del rey, en el que el jugador con más edificios recibe un punto de victoria. La cuarta es el verano, fase productiva. En la quinta, el jugador que menos edificios tenga recibe el enviado del rey, una figura que se puede usar para una de dos cosas: o bien influenciar a un consejero que ya ha sido influenciado, o bien construir un segundo edificio en una fase productiva. Una vez se usa, la ficha se devuelve, y si no se usa antes de la misma fase el próximo año, también se devuelve. La sexta fase es el otoño, fase productiva. La séptima es la fase de reclutamiento de soldados: la octava fase es la de combate y esta permite comprar poder militar a razón de dos mercancías por punto antes de que empiece el combate.

Cartas de enemigos
Cartas de enemigos

Por último, la fase de combate. Al final del año, llegan los enemigos al reino, que tienen un valor numérico que va ascendiendo a medida que pasan los años. En el reverso de las cartas se ve a qué año corresponden. Se levanta una carta de las 5 correspondientes al año actual y se tira un dado: este dado marcará el poder militar inicial del reino al que sumaréis vuestro poder militar actual. Si se supera con esta suma de cifras el valor de combate marcado en la carta, habréis vencido y os llevaréis la recompensa marcada en la parte azul de la carta. Si por el contrario no conseguís superarlo ni igualarlo, recibís la penalización marcada en la parte roja de la carta. Al principio los retos serán muy asequibles, pero más adelante es recomendable llegar a final de año preparado, porque las penalizaciones a veces son muy duras y pueden marcar la diferencia entre ganar o perder. Se repetirá este proceso hasta el final del quinto año y el que tenga más puntos de victoria será el ganador del juego.

Detalle del tablero en la fase de influencia
Detalle del tablero en la fase de influencia

En la caja marca que puede ser jugado de 2 a 5 jugadores y es cierto, se puede. Mi recomendación, eso sí, es jugar a 4 o a 3. Para jugar a dos jugadores hay normas especiales para que en la fase productiva haya un mínimo de competencia por los consejeros pero el resultado es un poco aguado, en comparación a las partidas con más jugadores. Y lo contrario sucede con 5, la fase de influencia se vuelve muy difícil, y a veces muchos jugadores se quedan sin poder jugar sus últimos dados en absoluto. Sobre el tiempo de juego, que marca 90 minutos, sólo es cierto cuando se va lento y los jugadores no tienen la dinámica del juego por la mano. Una vez llegado el punto en que los jugadores saben lo que están haciendo en cada fase, todo fluye muy deprisa y el tiempo de juego baja hasta más o menos una hora.

Antes de acabar esta reseña, vamos a hablar un poco sobre qué comprar en las primeras fases productivas. Recordad que en el juego habrá un total de 15 fases productivas y que tendréis que tener mucha suerte para poder construir en todas ellas. Por el otro lado, en la hoja de provincia vemos que hay un total de 20 edificios, así que ya podemos renunciar a construirlos todos. En general mi preferencia al principio es construir la segunda fila, la que contiene el mercado, ya que es la que contiene ayudas a la producción que son esenciales al principio. Invertir en poder militar es algo que se puede dejar para más adelante. Si os veis bien, podéis invertir en la primera fila, que es la que más recompensas en forma de puntos de victoria da, y suele pasar que gana el que más ha invertido en esta fila. Por último, cuando las cosas se empiezan a poner feas, a partir del tercer año, podéis invertir en las filas 3 ó 4, que son las que dan ventaja militar frente a los monstruos.

Las mercancías
Las mercancías

Y eso es todo, es un juego fácil de aprender, bastante equilibrado, ya que suele compensar a los rezagados para meterlos de nuevo en el juego y la fase productiva de los dados es realmente interesante. Como pegas, puede que se vuelva un poco repetitivo cuando lo has jugado unas cuantas veces. Por lo que sé, hay una expansión, que no ha sido editada en España, que mejora el juego muchísimo. Si algún día consigo jugarla, le haré una reseña propia. Lo recomiendo sobre todo para introducir a esos jugadores a los que les gustan los juegos sencillos en dinámicas de juego un poco más complejas, como paso intermedio a los juegos hardcore.

[xrr rating=3.5/5]

Distribuido en España por Edge Entertainment.

De 2 a 5 jugadores.

90 minutos de juego.

PVP: 44,95€

 

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