viernes, marzo 29, 2024

La Cultura… ¿es aburrida?

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Panini

Según la perspectiva sociológica, se entiende, hoy en día, por Cultura:

Conjunto de conocimiento, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre, en cuanto miembro de la sociedad” (Tylor, 1871).

Hay otras muchas definiciones más actuales, sin embargo, el ciudadano de a pie tiene otro concepto más popular de la cultura: sabiduría, para resumir. Decimos de alguien que posee muchos conocimientos, que tiene cultura. Aunque no es del todo cierto, en ese sentido, vemos cultura en multitud de formas. En el arte, en la ciencia, incluso en el saber estar.

Los hay que tienen alergia
Los hay que tienen alergia

Para eso existen diversos medios, de los cuales los cómics, el cine, la TV, la literatura forman parte. ¿Quién de nosotros no ha aprendido algo leyendo a “Conan el Bárbaro”, Superhéroes Marvel o DC, “Mortadelo y Filemón”, “Don Miki”…? En fin, para tener esos conocimientos e intereses, desde pequeños hemos recibido una impresión más o menos diferente sobre ciertos gustos, ciertas formas de aprender y cultivarse (no culturizarse), que puede desarrollar, abandonar o adoptar cuando nos hacemos mayores. El concepto que hoy en día tenemos en nuestro país sobre la cultura, sinceramente, puede resultar bastante pobre o, por lo menos, equivocado desde la perspectiva de la masa social.

Según mi experiencia en la calle, la familia, amistades y conocidos, parece existir una tendencia marginadora hacia la cultura propiamente dicha y la inclinación hacia otras formas de ocio y entretenimiento alejadas de ella, llamémosle “Sálvame” y otros sucedáneos. Suelo hablarle a la gente de mi alrededor de los cómics, el manga, y se ríen de mí alegando que eso es para niños (posiblemente ellos nunca han sido niños); puedo hablarles de Miguel Delibes y me miran como si estuviera loco.

Activista norteamericano conocido tanto por sus críticas al capitalismo y política norteamericanos como por sus análisis de la manipulación de los medios de comunicación
Noam Chomsky. Activista norteamericano conocido tanto por sus críticas al capitalismo y política norteamericanos como por sus análisis de la manipulación en los medios de comunicación

Hace unos años, mientras estaba estudiando la carrera, trabajé por temporadas en supermercados y centros comerciales. En un súper de barrio me dijo una de las cajeras, con mucha mofa: “Mira, si te apetece leer algo ahí tienes la “Interviu””. Yo le dije que no era el tipo de revista que leía, que solía pillarme la “National Geographic” y otras parecidas, con toda la inocencia y sinceridad del mundo. A lo que preguntó si estaba estudiando, y le contesté que sí. Me contestó con tono de disimulada irritación: “¿No me digas que eres un intelectual? No vas a acabar nunca la carrera. Si eres tan inteligente, ¿qué haces trabajando aquí?”. No me lo tomé a mal pero le expliqué que era un trabajo temporal. Desde entonces pasó de ser amable conmigo a ser indiferente. Reconozco que dejé la carrera a medio pero por otros motivos, ni por asomo por influencia de esta compañera de trabajo. Sin embargo, hoy tengo un negocio propio y no he dejado un solo día de interesarme por la historia, la ciencia y el arte en general.

Campaña a la que alguien se le olvidó de incluir la imagen de una mujer
Campaña a la que alguien se le olvidó de incluir la imagen de una mujer

Parece que hay miedos y prejuicios contra lo que se supone que es la cultura, lo que nos hace “humanos”, lo que nos hace construir “sociedad”, y sinceramente, no entiendo por qué. Pienso que las expresiones artísticas, filosóficas y científicas son indispensables tanto como el ocio de evasión. Por eso, ya que en esta web aboga por la cultura del séptimo y octavo arte, la TV, los videojuegos etc… quiero compartir con todos mis compañeros y compañeras, los lectores y lectoras que nos seguís cada día, mi apuesta cultural al margen de los contenidos de esta web, igualmente fascinantes para mí. Y como muestra de apoyo, acompaño el cartel de la campaña que Panini lanzó hace unos años para potenciar la imagen del/la lector/a de cómics con el lema

“Descubre por qué los lectores de cómics son… adictos a la lectura… gente con gran proyección profesional… personas comprometidas socialmente… gente inteligente y triunfadora.”

Al contrario de lo que pensaba mucha gente, Panini no deseaba generalizar ni dar a entender que solo los que leen cómics son más listos que los demás. Hay que entender que hay lectores y lectores, y que entre los que saben apreciar realmente el cómic y entenderlo, también hay lectores de obras de literatura clásicas que son médicos, ingenieros, científicos…  los lectores de cómics NO son superiores a los que no los leen. Es cuestión de gustos y cultura. Añado para aclarar que hoy en día existen tantas obras de arte en cómic como cómics que no valen la pena ni leer. ¡Ah!, por cierto, la foto no está borrosa, es así.

“El Hereje”, Miguel Delibes. Reflexión sobre la libertad religiosa con la Inquisición española de marco. La vida del protagonista desde su nacimiento en una precisa y sobrecogedora narración.

Portada de "El Hereje" junto a su autor
Portada de “El Hereje” junto a su autor

"Samurai"“Samurai”, Hisako Matsubara. Tomiko es víctima de la represiva mentalidad del Japón de mediados del siglo XX mientras su enamorado tiene que subsistir en los Estados Unidos para labrarse un futuro. Una historia que, como todas las que acompaño en este artículo, hacen pensar.

“El Cartero de Neruda”, Antonio Skármeta. A finales de los años 60, en Chile, un joven pescador de muy poca cultura es destinado a llevarle las cartas al poeta Pablo Neruda en Isla Negra. El joven comienza una relación alumno-profesor con Neruda acerca de las metáforas, lo que despierta en el cartero sentimientos y objetivos que no tenía en su sencilla vida de pescador. No obviar la adaptación al cine, en la cual la acción se traslada a Italia.

“1984”, George Orwell. Obligada lectura donde el Gran Hermano, entidad autoritaria, vigila y controla las vidas de los ciudadanos en un futuro de censura y pérdida de sentimientos e individualidad. Esta novela, cuyo espeluznante mensaje pondría en una cuna a “V de Vendetta” y escrita en 1948 también tiene su adaptación al cine.

“Balzac y la joven costurera china”, Dai Sijie. Dos adolescentes hijos de intelectuales son mandados a los campos de reeducación en tiempos de Mao, donde ambos se enamoran de una joven costurera al tiempo de descubren un maletín con obras clásicas europeas, prohibidas por el régimen de Mao. El propio escritor dirigió la adaptación al cine con increíble exactitud.

“Cuentos de la Alhambra”, Washington Irving. Recopilación de cuentos y leyendas reescritos por Irving durante su estancia en España, concretamente en la Alhambra de Granada, donde estuvo hospedado. El escritor romántico alcanza el espíritu de Gustavo Adolfo Bécquer en estas narraciones que mezclan historia y leyenda basados en la invasión árabe de la Península Ibérica, país del que estuvo fascinado toda su vida.

Portada antigua de una edición de los "Cuentos de la Alhambra"
Portada antigua de una edición de los “Cuentos de la Alhambra”

-“La Rebelión de las Masas”, José Ortega y Gasset. Excepcional estudio y ensayo completado por “El Hombre y la Gente”, obras ignoradas en los planes oficiales de estudio españoles y que analiza lo que podría llamarse el espíritu conformista y resignado de la masa poblacional del país en las primeras décadas del siglo XX. Algo, por cierto, que se mantiene de total actualidad en nuestros tiempos.

Filosofía española  con Ortega y Gasset
Filosofía española con Ortega y Gasset

Y para aburrir más todavía, a grosso modo, no estaría de más acudir a museos. En diversas provincias españolas podemos encontrar casas-museo de ilustres figuras de nuestra historia, tales como la de Cervantes en Alcalá de Henares. Los museos arqueológicos, centros de interpretación, planetarios, museos de ciencias… No será por museos. Aunque no soy muy dado, reconozco la importancia del deporte, pero no ese de sentarse frente a la tele con una caña y una pizza a despotricar por este o aquel jugador mientras tus sedentarios kilos aumentan al tiempo que tu enfado porque tu equipo pierda, sino a practicar ejercicio real y saber que el deporte tiene miles de años de antigüedad y ha estado presente en toda la historia de la Humanidad: tenis, remo, gimnasia rítmica… cualquier tipo de deporte y sus variantes son tan sanos como pasarse un domingo leyendo. Y recuerdo que existen equipos femeninos en España que cada año ganan campeonatos mundiales de fútbol, balompié, natación… y nadie se entera.

En el cine, esporádicamente, han aparecido títulos de documentales dignos de atención, como:

“Cronos”, Ron Fricke. Al ritmo de la música y las imágenes espectaculares de los paisajes naturales más bellos del mundo, narra la evolución del hombre en la Tierra y su impacto en el medio. Lo más sorprendente, es que data de 1985.

“Guadalquivir”, Joaquín Gutiérrez. Estrenado hace unas semanas en los cines de España. Narrado por Estrella Morente recorre los espacios naturales de Carzorla, Sierra Morena y Doñana.

“El Oso”, Jean Jacques Annaud. 1988. No es propiamente dicho un documental pero la historia del osezno Youk, huérfano, cautivó a millones de telespectadores.

No me he olvidado de la música. Hay músicas para cada momento, y ya puestos a aburrir, nombraré a grandes autoras cuya música trasciende del mero entretenimiento y se inspira en el arte y la historia de los países del mundo, las fusión étnica, llegando a los sentimientos, las sensaciones y la identidad humana. Hablo de Loreena McKennitt, Clannad y Lisa Gerrard, ésta última más conocida por pertenecer a la banda folk “Dead Can Dance”. Lisa Gerrard, por si no lo sabéis, puso voz al tema principal de la película “Gladiator” con su canción “Now We Are Free”. ¿Y quién no se ha emocionado alguna vez con el fado portugués de Mísia o con las fantásticas composiciones de Yann Tiersen? A continuación, para entrar en calor, el tema de “Gladiator”.

¿A quién le importa, pues, que cuando a María Antonieta le llamaron la atención porque su pueblo se moría de hambre porque no tenía pan, ella contestó “Que no coman pan, ¡que coman tarta!”? Nikola Tesla, inventor y científico que sacrificó altruístamente los años de su vida para lograr un mundo mejor, inventó una torre que, gracias a la conductividad  de la atmósfera, abasteciera de electricidad a toda Norteamérica. Pero su inversor Morgan dejó de invertir en él al afirmar: “Si está en el aire y es gratis, ¿dónde ponemos el contador?” ¿A nadie le sorprende que el filósofo y político Séneca, que llegó a Senador y Ministro del Imperio Romano, fuese español nacido en Córdoba?

Después de todo este rollo, confieso que se quedan en el tintero tantos autores, tantos temas, que me resulta difícil no nombrarlos para no caigan en el olvido: Arturo Pérez-Reverte, Fernando Savater, José Félix Tezanos, José Luis Sampedro, Pablo Neruda, Konstantino Kavafis, Oscar Wilde, Edgar Allan Poe, J. R. R. Tolkien, Isaac Asimov, Carl Sagan, Noam Chomsky, Julio Verne, Gaston Leroux, Michael Ende, Mary Shelley, Harper Lee, Carmen Posadas… y un largo etcétera.

El juego que tenía y ya no sé dónde fue a parar
El juego que tenía y ya no sé dónde fue a parar

Para entender un poco el por qué me he decidido a escribir esto, tendréis curiosidad por saber los orígenes de esta mente mortalmente aburrida que tengo. De pequeño (es decir, más o menos hasta los 10 años) me crié observando directamente la naturaleza, los insectos, los pájaros. Me gustaba ir de excursión, observar las estrellas y leer encilopedias y diccionarios. Me preguntaba por el sentido de la vida y la muerte pero no me preocupaba. Corregía a los profesores cuando escribían en la pizarra, cuando entraba a una librería me quedaba absorto mirando los libros, los bolígrafos y estremecido con el olor a papel. Me pedí el juego de “Astronova” de la marca Juegos Mediterráneo, pero como no lo encontraban me conformé con “Micronova”, me lo pasé en grande con el microscopio, no paraba de mirarlo todo a través de sus lentes y un día encontré un bicho muerto, lo puse al microscopio y descubrí que contenía larvas, o al menos, es lo que parecía.

Me fascinaba la ciencia ficción y me hinchaba a ver documentales, a jugar con el Tente, Lego y Exin Castillo. Mis lecturas favoritas eran, entre otras, “El Libro Secreto de los Gnomos”, que no paraba de leer, sobre todo las secciones de historia y ciencia y los cuentos que acompañaban al final de cada tomo. Otro libro que no me cansaba de leer era “Don Blanquisucio”, un cuento que hablaba del gobernador de un pueblo obsesionado con el blanco, por lo cual lo pintaba todo de blanco, incluso a las personas de raza negra, pero unos niños, con su aplastante lógica inocente, decidieron poner fin a esta situación. De deporte no me hablaras, pero tampoco decía que no.

Portadas de dos tomos de "El Libro Secreto de los Gnomos"
Portadas de dos tomos de “El Libro Secreto de los Gnomos”

No soy un lumbreras ni superdotado, pero fui un niño que a contracorriente observaba, dudaba y preguntaba. Crecí en los 80 (como reza ese tema de Reno Renardo) y quizá los tiempos eran diferentes, pero la cultura sigue ahí, en cada día que vivimos, y es algo que nos conforma como sociedad y como ser humano. Aprovechémosla porque de ella depende nuestro futuro. Por eso os invito a investigar a esos personajes que os he nombrado, a explorar otros tantos y remover esa curiosidad que os ronda. Si os he aburrido, habré conseguido mi objetivo.

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