jueves, marzo 28, 2024

[SCB14] La Casa de El entrevista a Eduardo Risso

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Panini

Durante la celebración del 32 Salón del Cómic de Barcelona, Jon Sedano tuvo la oportunidad de entrevistar a Eduardo Risso, el dibujante argentino conocido principalmente por 100 Balas (Vertigo Cómics, con guion de Brian Azzarello). Risso es artista de diversos trabajos en distintas etapas, desde Argentina a su etapa Europea y más tarde en Estados Unidos. Su afición por los cómics (o historietas, como se conocen en Argentina) es lo que le animó a dibujarlas, como él mismo confesó durante la entrevista.

Eduardo Risso_LCDELa Casa de EL: ¿Cuál es tu género preferido?

Eduardo Risso: La aventura en general. Necesito creer en la historia que estoy haciendo para disfrutarla y considero que cualquier historia tiene que tener detrás una columna vertebral muy importante, un argumento. Eso sostiene todo, porque después yo puedo decaer con mi dibujo o Brian como guionista puede decaer con el guion, pero si la base es buena seguramente la historia se sostiene. Yo creo mucho en eso. A partir de ahí, todo es un camino maravilloso.

LCDE: ¿Qué es lo que más te gusta dibujar?

ER: Para mi dibujar es un desafío permanente, todos los días. Así que si tengo que dibujar un animal, que no estoy habituado a hacer (estoy más acostumbrado a dibujar personas) seguramente lo tendré que estudiar. No es lo mismo un caballo caminando, que trotando, que corriendo… Si lo quiero dibujar mal, te lo hago. Pero si quiero que se vea bien tengo que estudiarlo, y así hago con todo. En 100 Balas, me tocó dibujar más de 100 bares, algunos existían, otros tenías que crearlos, pero en base a lo que ves, de alguna manera. O para dibujar un arma… hay que estudiar cómo funciona el arma, no me gusta dibujar la ciencia ficción por eso, porque todo tiene que funcionar, ¿quieres hacer una nave espacial? ¡Tiene que volar! Y ya están en el espacio, ¿cómo salieron a él? Por eso es un género que trato de evitar.

LCDE: Aunque lo poco que dibujas lo haces bien. Spaceman, por ejemplo

ER: Yo lo considero una ciencia de anticipación. Es algo que está llegando, lo tenemos ahí. Los mares van a crecer, lo han dicho los científicos, nosotros nos adelantamos unos 50-70 años.

LCDE: Desde que llegaste a Buenos Aires, tu carrera fue en aumento. ¿Cómo se desarrolló tu paso de trabajar en Argentina a trabajar en Estados Unidos? ¿Cómo fue la transición?

ER: Fue siempre dolorosa. Bueno, en Europa no fue tanto porque rápidamente me contactó Carlos Trillo, y Barreiro primero con quien hicimos Parque Cha… no fue tan doloroso, sí lo fue del mercado europeo al americano. Me ayudó mucho el tener publicaciones en Europa cuando las presenté en la Comic-Con de San Diego. ¿Qué ventaja tienen las publicaciones? Son un idioma universal. El editor no necesita leer la historia para saber si le gusta o no el dibujo, es como la música. Ahí llevaba una ventaja y me allanó el camino, que vieran que podía dibujar tiradas largas. Cuando vas al editor con el portafolios y te preguntan “¿Cuánto tardas en dibujar una página?” y dices “una semana”, a la industria eso no le interesa.

LCDE: Tienen que dibujar a un ritmo trepidante. Tú puedes dibujar muy bien, pero si tardas una semana para hacer una ilustración…

ER: Exactamente. Dejé el mercado italiano porque venía de hacer 44-48 páginas por mes. Fue una etapa dolorosa e interesante al mismo tiempo porque comencé a trabajar con asistentes, eso de tener que delegar… un artista no suele estar por la labor, cuesta tener que enseñar y aprender a su vez qué delegar, qué coger de ellos, pero fue interesante también. Yo aprendí mucho, aprendí que es mejor pensar que dibujar. Leemos y dibujamos, es lo primero que nos sale. Pero tenía que pensar, ¿cómo puedo ganar tiempo? Pensando mejor y dibujando menos. Adquirí un timing que para el mercado americano me sirvió de maravilla. Cuando me dijeron, “¿Estás capacitado para hacer una serie?” y pregunté de cuántas páginas por mes, y me dijeron “22”… ¡me voy a tomar vacaciones todos los meses! (Risas)

LCDE: Te hemos visto trabajando en muchas obras, pero tal vez 100 Balas se ha convertido en un punto de inflexión en tu carrera. Ya no solo por la obra en sí, sino también por el tiempo que has estado trabajando en ella, 11 años. Háblanos un poco de ella, aprovechando que ECC Ediciones la está reeditando en España, ¿qué es lo que más te gustó de trabajar con Azzarello?

ER: Que formamos un buen equipo porque ambos tenemos el mismo concepto, la misma idea, los mismos códigos de cómo hacer cómics o hacer historietas. Eso nos da total libertad a ambas personas del equipo. Había confianza mutua. Le demostré que él podía descansar mucho de lo que quería contar en mi narración gráfica y dedicarse solamente a escribir los diálogos, que los hace muy bien, tienen mucha tensión, y que deje la dirección de arte en mis manos. A su vez él supongo que viendo eso podría retroalimentarse, crear alguna cosa nueva para la historia, parece que cuando se conforma eso como equipo es bueno preservarlo.

Milo, en 100 Balas
Milo, en 100 Balas

LCDE: ¿Qué es lo que más complicado te resultó ilustrar o dibujar en 100 Balas?

ER: Los bares… ¡100 bares! En varios capítulos le dije a Brian, “¿puedo sacarlo del bar?” Él era muy partidario de que la historia empezara o transcurriera en un bar, y estaba cansado de dibujar bares y de diseñarlos. Además, llega un momento en que uno piensa “la cámara aquí” “la cámara abajo” y cuando llegas al bar número 90, piensas “¿dónde carajo pongo la cámara?”. También es una oportunidad de poder generar alguna acción alternativa que no estaba en el guion, creada por mí. Porque dos personas hablando en un bar, o dos personas hablando en una oficina, durante muchas páginas resultaba aburrido para mí como artista, pensando en el lector doblemente aburrido. Yo ya lo había probado con Trillo en otra historia y me invento una situación alternativa, sin dejar de lado lo que transcurre aquí, muestro otra cosa paralela. Soy consciente de que eso no rompe con la historia, de hecho creo que la enriquece.

LCDE: Sí, recuerdo alguna cosa así

ER: Creo que es en el capítulo 5, donde Megan Dietrich va a un bar y el barman le roba el mechero para luego ir a devolvérselo… allí, esa historia, son 12 o 14 páginas sin diálogo entre él y Megan Dietrich, eso es aburridísimo para la historieta, para los tiempos de la historieta es aburrido, entonces digo “¿qué hago aquí?” Por aquel entonces yo enviaba en lápiz para que Brian lo viera previamente, y cuando lo vio y dijo “aquí vamos a poner a Lono por primera vez”. Lono aparecía en el capítulo 8 y lo introdujimos a través de esa acción.

LCDE: Tal vez el lector no se da cuenta, pero es lo que le da fuerza a la serie

ER: Exacto.

LCDE: ¿Hay algo más que te haya gustado?

ER: La riqueza de personajes. No quedarse solamente en uno, dos, o tres personajes. Esa variable que te produce tener diferentes historias todo el tiempo, para mí es un placer, yo no sé si para el escritor termina siéndolo, porque después hay que cerrar esas historias, pero para dibujar es muy grato.

LCDE: En cuanto al trabajo de 100 Balas, parece que tanto Azzarello como tú no habéis querido abandonar a vuestro “hijo”. Recientemente se acaba de publicar en España Hermano Lono, habéis retomado la obra para esa serie, ¿pensáis seguir publicando algo más sobre la obra en un futuro? 

ER: Estamos pensando, sí. Pero en verdad la idea es jugar con algunos personajes, sobrevivientes a la obra, que son ricos, interesantes. Como spin-offs.

LCDE: Suenan muchos rumores sobre una adaptación a televisión, y últimamente las series tienen mucho auge. El tema de adaptar cómics a series, estamos viéndolo constantemente

ER: Sería bárbaro para una serie, pero está durmiendo en un cajón. Sí que hay un línea, una intención, en la Warner para una película.

Eduardo Risso
Eduardo Risso

LCDE: Yo 100 Balas lo veo más para serie que para película, ¿no? Es mucho contenido para meter en dos horas

ER: Sí, yo también, pero creo que se puede lograr algo interesante. No sé si convocarían en su momento a Azzarello para estar allí. Pero yo también apoyo la serie, coincido totalmente y a nosotros nos vendría muy bien ese dinero (Risas) Que no solo se enriquezca la Warner (Risas) Nos ofrecieron dos opciones de película, y una miniserie; las tres descansan en un cajón, porque Warner no quiere dividir mucho sus beneficios.

LCDE: Por otro lado, cambiando de tercio, en cuanto a Before Watchmen, ¿qué opinión te merece? ¿Hubieses preferido que se hubiera quedado solamente el trabajo de Alan Moore? 

ER: No he leído Before Watchmen, salvo la historia de dos capítulos. Los disfruté, porque me parece que Straczynski lo escribió muy bien y lo cerró perfectamente.

LCDE: ¿Puedes hablarnos sobre algún proyecto futuro que tengas ahora mismo?

ER: Estoy trabajando con Paul Dini en una novela gráfica que supongo que verá la luz el año que viene. Viene atrasándose por los derechos de algunos personajes. Muchos pertenecerían a Hanna-Barbera y Looney Tunes y todo lo maneja la Warner, pero no los han autorizado y tuvimos que dar marcha atrás, pero bueno. Yo ya la empecé, estoy trabajando sobre algunas páginas que no necesitan de esos personajes, pero se ha atrasado y está yendo más lento de lo que pensaba.

LCDE: Por último, una pregunta que hacemos a todos los que entrevistamos ya que nuestra web es sobre todo del tema de DC Cómics: ¿Batman o Superman?

ER: Batman.

LCDE: Todo el mundo siempre coge a Batman (Risas)

ER: ¡¿Quién se va a creer a Superman!?

LCDE: ¡Es el superhéroe por excelencia!

ER: Los únicos que se lo creen son los americanos.

LCDE: También, es el icono americano

ER: Yo entendí, cuando llegué a Estados Unidos por primera vez, por qué creían en los superhéroes: porque ellos se creen que son la policía del mundo, y se creen que tienen los superhéroes allí. Ellos son los superhéroes. Nosotros en Sudamérica no podemos creer en alguien que dispare rayos por los ojos. Como dicen ustedes: “¡vamos, tío!” (Risas).

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