
A su vez, como el ánimo de lucro está intrínsecamente ligado a la competencia, valores como la cooperación, que históricamente ha promovido los deportes, se dejan de lado, puesto que se busca únicamente la excelencia. En otros términos, ya no vale con ser bueno. Hay que ser el mejor. Si mezclamos esta concepción del deporte llevada al extrema con el proceso de origen de un superhéroe obtenemos Mara, un volumen notablemente profundo donde los habilidades extraordinarias son meramente decorativas.
Pero empecemos por el principio. Mara Prince es la gran estrella del voleibol, el deporte estrella en el mundo del futuro. Literalmente, ha sido entrenada desde que era una niña con el solo propósito de alcanzar la perfección en dicha actividad. Así pues, tal como menciona el cómic, “no jugábamos. Tan solo entrenábamos”. Al ser la mejor del mundo, tiene numerosos patrocinadores y un tren de vida extremadamente alto. No obstante, de repente un día mientras juega un partido su velocidad se multiplica sin que ella se percate y, dado que hay cámaras que han grabado el suceso, la vida de Mara cambia para siempre al ser tachada de tramposa.

El guionista de la historia, el conocido Brian Wood (The Massive), ha sido muy hábil, tal como he remarcado al principio, a la hora de usar los superpoderes como telón de fondo para tratar temas mucho más profundos. Por un lado, la necesidad de tener ídolos o personas a las que tomar como referente y adorarlos como si de divinidades se tratasen. El caso de Mara está, como todo en este cómic, llevado al extremo, ya que como menciona el hermano de la protagonista “nuestros enemigos llevan tus fotos en sus AK-47”, pero la línea entre ficción y realidad cada vez está más difusa y en unos años no sería tan descabellado que sucediera. Por otro, el uso por parte del Estado del deporte, con el fin de entretener a la población y difundir valores como la superación, el compromiso…Esto encaja muy bien con el sistema existente, ya que ayuda a justificar el sistema carente de toda libertad que asigna a los niños, ya de bien pequeños, sus profesiones ideales y se les entrena para ellas. También hay que considerar, ligado a esto, el papel cada vez mayor de las multinacionales, que patrocinan partidos y aprovechan cada mínima oportunidad para lucrarse, como los nuevos poderes de Mara.

Visualmente el cómic es más que notable, ya que el dibujo a cargo de Ming Doyle es muy bueno y detallista. Sinceramente, hay poco o nada que objetar a su trazo limpio, que sabe plasmar muy bien las emociones de los personajes y todo tipo de ambientes tanto terrestres como espaciales. El color de Jordie Bellaire resulta también muy adecuado. La edición de Planeta deAgostini recopila la obra íntegra de Mara formada por séis números USA en un tomo cartoné de 168 páginas por un precio de 17,95€. Incluye un artículo introductorio y numerosos bocetos al final del tomo. Es, por tanto, una edición muy cuidada.
En suma, un volumen muy recomendable y profundo. Los temas que trata son muy actuales y hará reflexionar a los lectores. Así pues, por el hecho de ser un único tomo, cuya historia tiene la longitud idónea he de añadir, y atípico a la hora de formular el planteamiento del género de superhéroes, es un volumen muy a tener en cuenta. Nuevamente, se cumple una regla personal: todo lo actual de la gran editorial Image (donde se publican Saga o Los Muertos Vivientes, por ejemplo), es bueno. Espero que nos vaya llegando más material de la misma.
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