
En ’Saqueadores en las tierras fronterizas’, que era el número 22, veíamos varias historias ‘sueltas’ del cimmerio hasta llegar a ‘Conan the barbarian #172’, donde conocíamos a una joven llamada Tetra, quien se uniría a Conan desde ese momento hasta varios números más adelante. El final de este tomo quedaba abierto, viendo cómo un ser monstruoso, que en otros tiempos fue un hombre llamado Keiv, comenzaba su andadura con el propósito de poner fin a la vida de Conan, Tetra y del general Delmurio.
Es a partir de este momento donde comienza el volumen 23, con una historia llamada ‘Hijos de la noche’ que se presenta como un alto en el camino que el trío de héroes está realizando. En ella se cuenta cómo los continuos ataques de los soldados aquilonios han terminado con la vida de todos los adultos de una aldea remota, quedando así solamente niños que se ven obligados a madurar rápidamente. Un relato que nos recordará a obras como ‘El señor de las moscas’, donde un grupo de jóvenes se veía privado de la supervisión adulta, lo que les llevaba a crear su propia sociedad.

Después de estos números comienza el grueso de la historia que desde números atrás se venía gestando. Es así como la acción comienza a ir a mayores cuando en medio del mar aparece Keiv, el monstruoso ser que antes había mencionado. Tras una trifulca los héroes naufragan, llegando a la isla en la que se encuentra el supuesto tesoro que llevan tiempo buscando. Es aquí donde Jim Owsley demuestra todo su potencial, sobre todo con la historia que se presenta en el número 178, donde el guionista es capaz de jugar con el espacio-tiempo y crear momentos asombrosos que lanzan varias incógnitas sobre la razón por la que Conan se interesó por Bêlit o Sonja.
Una vez concluido este arco, que devuelve al lector a la época dorada del bárbaro, con un nivel de calidad narrativa que llevábamos muchos números sin ver, las demás historias vuelven a utilizar el patrón habitual: Conan continúa su vida sin rumbo aparente, sirviendo como mercenario para distintos amos. Aun así, estos relatos cuentan con dos salvedades, la primera es el nuevo compañero del cimmerio, que no mencionaré su nombre para que podáis descubrirlo vosotros mismos, y la segunda, la presencia de otro personaje de forma puntual, quien añade mayor interés a la historia.

Obviando esta minucia, estamos nuevamente ante una buena historia de Conan, que bebe claramente de los números ideados por Roy Thomas a finales de los ochenta, pero pese a que cuenta con el dibujante de esa época, John Buscema, a este sí que se le nota una pérdida de fuerza en algunas viñetas, dando lugar a un trazo más imperfecto y menos pulido.
El volumen 23 de ‘Las Crónicas de Conan’, editado por Planeta DeAgostini Cómics, cuenta con 248 páginas a color en su interior, incluyendo las portadas originales al inicio de cada número, por un precio recomendado de 25 euros.
Jim Owsley, conocido a partir de 1993 como Christopher Priest, comenzó su carrera como guionista de cómics a los 21 años, uniéndose poco después a la editorial Marvel como editor asistente de Larry Hama en la serie ‘Conan the barbarian’. Tras encargarse de editar Spider-man y debido a desacuerdos con la editorial, fue destituido, por lo que abandonó Marvel. Desde su salida, trabajó en varias revistas y terminó formando parte de los creadores de la editorial Milestone, una afiliada de DC Comics.
John Buscema, fallecido en 2002, fue uno de los principales artistas que se encontraban tras los cómics de Marvel publicados entre los 60 y 70. Además de ser incluido en el Salón de la fama de los Premios Will Eisner en 2002, ha dibujado al menos un número de casi todos los personajes importantes de Marvel. En la década de los ochenta, y tras dejar atrás el género superheroico, comenzó a trabajar en las tres series sobre Conan que se publicaban. Su último trabajo antes de fallecer a los 74 años a causa de un cáncer, fue una litografía basada en Los Vengadores que realizó junto al artista Alex Ross para la editorial Dynamic Forces.
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Título original: #174 al 181 de Conan el Bárbaro y el número 10 de Anual de Conan el Bárbaro, publicados por primera vez por Marvel Comics.[/note]



