jueves, abril 18, 2024

Crónica de la MIRcon 2014: sábado 6

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Panini

El Hotel Sercotel Ciutat de Montcada, situado en una zona tranquila de la ciudad de Montcada i Reixac, a unos veinte minutos en tren de Barcelona, bullía de actividad de buena mañana.

MIRcon 2014

A las 9:30, empezó la charla de inauguración en la que el colectivo Urânik (organizadores de la MIRcon), Oriol Comas (especialista en juegos de mesa e impulsor de las jornadas DAU), Ian Watson (escritor británico), Cristina Macía (editora, autora y traductora) y M. Carmen Porro (alcaldesa de Montcada i Reixac) dieron la bienvenida al evento. Durante la breve charla, salieron varios temas interesantes, como el impacto de las convenciones en ciudades pequeñas como Angoulême o el recuerdo de Christopher Priest en la primera convención de Ian Watson.

Tras la charla, empezaba la vorágine de opciones (mesas redondas, charlas, presentaciones de libros) separadas en tres salas del hotel, más la MIRcat en la biblioteca Elisenda de Montcada y la MIRcon Jr. en el espacio joven de Can Tauler.

Decidimos empezar el día con una presentación: la de ‘Visiones 2014’, el último tomo de la antología que edita anualmente la AEFCFT (Asociación Española de Fantasía Ciencia Ficción y Terror), que presentaba Antonio Guisado. Tras hablar sobre los volúmenes anteriores que se están reeditando, se centró en la selección, que este año se ha dejado a Joaquín Revuelta (autor y traductor) y que se centra en la ciencia ficción “next minute”, que persigue temas de actualidad (big data, desastres ecológicos, la lucha por la supervivencia de la especie). Los seleccionados tienen unos 36 años de media, hay muchos autores latinoamericanos y todavía pocas mujeres. Guisado habló también de las iniciativas para relacionarse con otras entidades europeas, como por ejemplo una asociación italiana, con la que se han intercambiado relatos. A continuación, de 11: a 12:00, tras poner ejemplos sobre conflictos históricos (de los duelos de Twain a la Gamergate) y otros ejemplos internacionales, Juanma Santiago hizo un repaso humoroso a la historia del fandom español de los 90, cuando los lectores se enzarzaban en las llamadas “guerras del fandom” a través de larguísimas cartas que se intercambiaban en las revistas y fanzines de la época. Todo ese reflejo de una época, del que queda poca documentación, mostraba los enfrentamientos entre partidarios de la ciencia ficción dura y los de la humanística, por la falta de plausibilidad en el planteamiento de una novela (¡en ciencia ficción y fantasía!) o por reseñas de parodia que no se entendieron como tales. Eso sí, cada año, los enfrentados se iban a tomar algo juntos cuando llegaba “la pax hispaconera”. Fue una charla divertida, con mucha intervención del público.

Francisco Jota-Pérez hablando de hiperstición en la MIRcon (sábado 6)
Francisco Jota-Pérez hablando de hiperstición en la MIRcon (sábado 6)

A continuación, decidimos dirigirnos a la Sala 2 para escuchar al autor Francisco Jota-Pérez hablar sobre “hiperstición, leyendas urbanas, mitos populares y otras ficciones fronterizas”. Tras una aclaración del neologismo, el autor de obras como ‘Carnaval según San Judas’ (Aristas Martínez) o ‘Aceldama’ (Editorial Origami) empezó a mencionar ejemplos concretos de profecías autocumplidas (el relato de García Márquez “Algo muy grave va a suceder en este pueblo”) y de varios ejemplos en los que lo verosímil se convierte en verificable en naturalizar su veracidad. El dinero, la figura de Slenderman y el mítico videojuego arcade Polybius fueron mencionados en una lista interesante de objetos hipersticiosos, cargada de datos y de conceptos clave para la ciencia ficción (como el aceleracionismo) y el mundo editorial (como el hype como sistema de publicidad). Tras la excelente charla, nos quedamos para escuchar a Elisabet Roselló (historiadora e investigadora cultural) y a Marian Womack (editora de Nevsky, además de autora y traductora) hablar sobre “Los límites del steampunk”, un tema que demostró ser de una amplitud creciente a medida que participaba también el público y se originaban nuevos temas: el steampunk y su definición, la relevancia del steampunk para la historia española, las diferencias entre la estética y el componente ideológico del movimiento, la naturaleza del progreso o la atracción por la nostalgia. Elisabet Roselló aprovechó para recordar que en nuestro país existe una historia de la ciencia olvidada, que no solemos aprender, lo que contrasta con el interés en el I+D que habría de traer beneficios económicos. Marian Womack, por su parte, recalcó la oportunidad que da el steampunk de reescribir la historia, dando voz “al otro” y retomando el lema del blog “Beyond victoriana”, que apuesta por un victorianismo sin Victoria y una revisión del colonialismo.

Tras una mañana cargada, tuvimos que dirigirnos al espacio Aqua, en el que se encontraban tantos los stands como el Teatro en el que se acogerían algunas charlas y presentaciones por la tarde. La comida fue también la oportunidad de comparar e intercambiar libros del pack de bienvenida de los inscritos, que conformaban los ejemplares cedidos por las editoriales que patrocinaban el evento. Un pack variado, que podía contener desde clásicos a novedades, incluyendo no ficción, láminas de Enrique Corominas (en nuestro caso, de personajes del Dorne) y códigos de descarga que prometen muchas horas de buena lectura.

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El contenido de dos packs de bienvenida de la MIRcon

Con tanto presumir de bolsas blancas, las dos horas para la comida se hicieron cortísimas, ya que no queríamos llegar tarde a uno de los grandes momentos del día: la charla de la autora Aliette de Bodard.

De izq. a der.: Aliette de Bodard, Silvia Schettin y Susana Arroyo
De izq. a der.: Aliette de Bodard (autora), Silvia Schettin y Susana Arroyo (Fata Libelli)

Presentada por Susana Arroyo (editora de Fata Libelli) e interpretada por Silvia Schettin (editora y parte traductora de Fata Libelli), Aliette de Bodard centró su charla en sus motivos para escribir en el universo de Xuya, en el que se ambientan las dos novedades de Fata Libelli: ‘El ciclo de Xuya’ (antología de relatos) y ‘En una estación roja, a la deriva’ (novela corta). En este universo de historia alternativa, se muestra un continente americano definido por dos grandes potencias que han empequeñecido Estados Unidos: el imperio de Xuya (independizado de China, imperio que llegó a América antes que Colombo) y Magna Mexica, una oligarquía azteca. Aliette de Bodard ha estado trabajando desde 2006 en Xuya, puesto que siempre le han interesado las historias sobre contacto entre culturas. Las historias espaciales sobre colonización siempre la han hecho sentirse identificada con el colonizado, el alienígena incomprensible. Imaginar un mundo en el que una cultura asiática es la dominante y en la que algunas culturas precolombinas han sobrevivido hasta la era espacial le permite trabajar en una idea de la que está muy segura: que el éxito de ciertas historias no se basa en su universalidad, puesto que eso elimina las diferencias y los matices, que son muy importantes para la identidad cultural. Aunque todo el mundo nace y muere, vive, sufre y ama, hay muchas diferencias entre la vida de un erudito vietnamita del siglo quince (para el que el conocimiento era lo más elevado y que siente una gran devoción filial) y una persona francesa actual (que seguramente no vea la literatura como el camino al éxito y que tiene otro tipo de relación con su familia). Entre ejemplos de ciencia ficción antropológica y revisionismo histórico, destacó ‘La mano izquierda de la oscuridad’ de Ursula K. LeGuin y la trilogía de Kate Elliot ‘Spirit Walker’ (en la que Cartago nunca cayó y el reino nativo americano sigue en pie). Aliette de Bodard se centra en diferencias culturales, pero sin encasillarlas, mostrando el dinamismo natural y sus reacciones a la religión, la guerra o la inmigración. Mencionó también la idea de familia (en literatura de género a menudo un obstáculo que te impide vivir una gran aventura y que, cuando no está muerta, es asesinada más tarde). La autora puso como ejemplo el caso de la figura materna en Star Wars, en la que Amidala muere “de falta de ganas de vivir” en el Episodio 3, se establece la figura del padre ausente y en el Episodio 4 toda familia adoptiva es asesinada. Supe que Aliette de Bodard se me había ganado para siempre cuando mencionó lo siguiente: una cultura en la que existe la mortalidad por dar a luz y que tiene naves espaciales tiene un serio problema. El deber y la familia, la inteligencia artificial y las diferentes esperanzas de vida… La autora avisó que sus libros no daban respuestas a todas las preguntas y dilemas, pero que esos son los temas que ella ha decidido explorar en su obra. Me alegra que la autora sea una invitada confirmada a la Eurocón de 2016 en Barcelona, puesto que su obra está llena de ideas interesantes y las expresa con convicción y la pasión propia de quien disfruta con lo que hace.

De izq. a der. Luís Sucasas, Nina Allan, James Womack y Karin Tidbeck
De izq. a der. Luís Sucasas, Nina Allan, James Womack y Karin Tidbeck

Tras quedar francamente impresionados, aprovechamos para conseguir su firma y, antes de que se hiciera más tarde, volvimos a subir hacia el hotel, porque la tarde todavía tenía sorpresas interesantes. La primera, de 18:00 a 19:00, era la mesa redonda sobre new weird, en la que Nina Allan y Karin Tidbeck, presentadas por Ángel Luís Sucasas e interpretadas por James Womack tocaron muchísimos temas interesantes, en gran parte por las preguntas cañeras de Sucasas. La definición del mismo término ya fue interesante. Citando como grandes ejemplos del subgénero a China Miéville y Jeff VanderMeer, Nina Allan describió el new weird “lo inesperado”. Karin Tidbeck, por su parte, habló de “las cosas que no acaban de ser, que no son realmente clasificables” y de su atracción por las cosas que se escurren entre los dedos. Mencionó también la tradición literaria sueca de jugar con la realidad, aunque no se reconozca como weird. Cuando se les preguntó por su manera de enfrentarse a la escritura, Nina Allan habló de su interés por crear un mundo detallado y reconocible para el lector e introducir un elemento de “y si…” tan propio de la ciencia ficción, pero con una especulación cercana, basada en la toma de diferentes decisiones. La autora de ‘Máquinas del tiempo’ afirmó que sus personajes no son ella, pero están basados en lo que conoce. Karin Tidbeck mencionó que no se había acercado a ‘Jagannath’ de manera uniforme, puesto que los relatos son una selección de su obra entre 2002 y 2012, simplemente le interesaba ver la realidad como una superficie sobre la que camina y bajo la cual hay “todo lo demás, y a través de cuyos resquicios le gusta mirar. Cuando Sucasas preguntó acerca de la fusión entre lo fantástico y lo realista, y sobre la lacra de escribir fantasía, Allan comentó que vivíamos un momento fascinante en el que los elementos propios de la ciencia ficción se volvían mainstream, aunque eso hacía que gente del fantástico se sintiera amenazada. Pero, incluso con prejuicios, consideró que incorporar una perspectiva ajena al género renovaba la forma y el lenguaje. Tidbeck señaló que hay una diferencia, en especial en Suecia, entre autores establecidos que prueban a jugar con el fantástico y autores de género que juegan con el realismo, siendo lo segundo discriminados. Aunque los suecos, afirmó, adoran el realismo social, las “guerras entre géneros” le parecen sanas. Sucasas tocó entonces un tema polémico: la falta de traducción al inglés de obras en otras lenguas. Tidbeck habló de su experiencia, consciente de que viene de un país industrializado y querido, y que ha originado una gran ola de novela negra y de terror. A veces, admitió, hablar de su origen le impedía hablar de su obra, como habla de fantasía le impedía hablar de los temas que le gustan, porque “hay una línea fina entre ser algo nuevo y ser un mono de feria”. Nina Allan señaló que la fantasía más interesante se estaba haciendo en el exterior (Rusia o el sudeste asiático), aunque la tradición americana pulp siempre esté presente y la literatura anglosajona sea un gran gueto. Cuando alguien del público preguntó por la figura de Lovecraft en el weird, Tidbeck reconoció su enorme importancia, pero la necesidad de dejarlo atrás (aquí costó contener una ovación) y Allan hizo énfasis en lo positivo de su creatividad, lo único bueno que llegó de sus creencias problemáticas. Por ello, concluyó, va siendo hora de que nos quedemos con su herencia, pero descartemos el resto.

Antes de acabar la jornada, nos quedaba la presentación del volumen ‘Retrofuturismos’, la antología steampunk editada por Nevsky que presentaba por Marian Womack, que explicó cómo se gestó el proyecto y convocó a los autores presentes a leer un fragmento de su relato. Empezó Ángel Luís Sucasas (que había escrito “Las manos que construyeron América” junto con Francisco Miguel Espinosa), siguió Laura Fernández, cuya primera incursión en el steampunk se titula “Aborrecer a Lester J. Murray”. A continuación, Joseph M. Remesar nos puso en contexto de su historia “Prey’s moon”, un spin-off de la novela ‘El dirigible’. Lo siguió Alfredo Álamo, que revisa a Alicia en el cuento “El óxido del sombrerero”. Tras Sergio Lifante, cuya macabra historia “Los hijos de Saturno” muestran una Barcelona convulsa, Sofía Rhei leyó su fragmento de “La cicloteca de BubbleLon”, situada en un Londres encerrado en una cúpula. A la historia de tintes góticos “Como dentro de un reloj”, de Luís Guallar, le siguió el relato de Jesús Cañadas “Tiros a la barriga”, que ficcionaliza un hecho histórico: el alzamiento anarquista de Cádiz. Los espectadores tuvimos la doble suerte de poder escuchar a los autores y luego cazar sus firmas.

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El primer día de la MIRcon acabó con mucho cansancio, pero el sueño pesado fue muy bienvenido, porque Urânik nos había preparado mucho más para el día siguiente.

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