A través de Bleeding Cool nos enteramos de la siempre lamentable pérdida de otra de esas personas que se ganan la vida creando las viñetas que nos hacen disfrutar mes tras mes. Esta vez nos ha dejado Alberto Dose, dibujante nacido en Rosario, Argentina, en 1948.
Poco se sabe de forma pública de la vida personal del autor, aunque su carrera artística es de sobra conocida y reconocida. Sus primeros trabajos publicados se remontan a finales de los años 70, para editoriales de su Argentina natal, en revistas como ‘Cuero‘, ‘Don‘ y ‘Superhumor‘. En los años 80 colaboró con autores tan conocidos allí (y aquí) como Carlos Trillo, Ricardo Barreiro, Eduardo Mazzitelli, Emilio Balcarce, Walter Slavich, Ricardo Ferrari o Guillermo Saccomanno, consiguiendo cosechar sus primeros éxitos con ‘Navarrito‘ y ‘El Cimarrón‘. A finales de los 80 cambió su residencia a Italia en donde terminó de eclosionar como artísta y en donde se labró un nombre de sobra conocido en la siempre generosa industria del fumetti. A principios de los 2000 volvió a partir allende los mares recalando en Estados Unidos, donde colaboró entre otras, con las dos editoriales de cómic más grandes del país.
Para Marvel trabajo en el extinto ‘Spider-Man’s Tangled Web‘, en donde realizó una historia muy en su estilo ubicada en los bajos fondos de Nueva York. Fue en DC Comics donde se mantuvo algo más de tiempo en la serie mensual de ‘The Flash‘, en plena etapa de Geoff Johns, en concreto en el arco argumental ‘Ignition‘ (números 201 a 206), en el que su estilo volvía a encajar a la perfección con el tono oscuro y sentimentalmente confuso que Johns buscaba para su historia. Trabajó también con IDW Publishing en diversos títulos como ‘Desperadoes: Buffalo Dreams‘ con Jeff Mariotte, ‘Scarface: Devil in Disguise‘ junto a Joshua Jabcuga y ‘Killing the Cobra‘, novela gráfica basada en el libro ‘The Nymphos of Rocky Flats‘ del escritor Mario Acevedo.
El pasado 5 de marzo, en Burbank (California) durante una complicada operación de corazón a la que Dose se sometía, quiso el destino que nos quedáramos sin un grandísimo artista. Pero aún permanecen sus cientos de páginas dibujadas, sus grandes cómics, en donde su corazón sigue latiendo para nosotros.
