Uno de los elementos que más sorprende del ser humano es cómo reacciona ante determinadas situaciones y cómo se ve atraído hacia rasgos oscuros de los individuos. De este modo, en lugar de eludir o evitar contemplar toda coyuntura en la que se humilla o daña a una persona, el morbo origina que en varias ocasiones se congregue una muchedumbre para asistir a cierto espectáculo sangriento y se profese admiración a las personas partícipes. Un buen ejemplo de ello son los aficionados a los asesinos en serie, temática que abordaremos en este segundo volumen de la cabecera ‘Muerdeuñas’.
Antes de adentrarnos en el mismo, llevaremos a cabo un recordatorio de lo que vimos en el tomo previo. Fundamentalmente, ‘Muerdeuñas’ nos ponía en una tesitura en la que en un sencillo pueblo del estado de Oregón, Buckaroo, habían nacido y crecido nada más y nada menos que dieciséis asesinos en serie. Con el fin de investigar este extraño suceso, el agente del FBI Elliot Carroll opta por ir al pueblo a investigar el origen de ‘los carniceros de Buckaroo’, como se conoce a estos dieciséis criminales.
A pesar de telefonear al agente especial Nicholas Finch contándole que necesitaba sus servicios y que había descubierto el secreto, cuando Finch llega se encuentra con que Carroll ha desaparecido, así que opta por seguir sus pasos y buscarle con la ayuda de la sheriff del pueblo Crane y el último y más famoso de los carniceros de Buckaroo: Edward ‘Muerdeuñas’ Warren, quien fue declarado inocente en el juicio. Como siempre, todo resulta mucho más complejo de lo que resulta a primera vista y pudimos obtener varios detalles muy interesantes que hacen intuir que, en efecto, existe algo detrás de todo. Y el lamentable estado en el que encontraron a Carroll es prueba de ello.
Después de esta síntesis, lo cierto es que ‘Muerdeuñas’ cambia considerablemente el foco y si en el primer arco asistíamos a una introducción y descripción de toda la coyuntura, en este segundo recopilatorio se opta por explotar el morbo y la fascinación por lugares bizarros. De hecho, se lleva a cabo de modo más que notable y podemos asistir a una escena que bien podría suceder en España.
Sin desvelar mucho, basta decir que veremos cómo un famoso guionista de cómics, cuyo cameo resulta todo un verdadero puntazo a la obra, se desplaza hasta Buckaroo con el fin de recopilar información para redactar un libro. Durante el proceso, conoceremos nuevamente la actitud de los habitantes de la localidad ante los fisgones, lo relacionados que están todos con alguno o varios de los ‘carniceros de Buckaroo’, así como presentar a alguno más de estos singulares asesinos.
A su vez, tenemos a una mujer de mediana edad con problemas mentales significativos que acude al pueblo con un propósito específico y muy poco convencional. Ciertamente, sorprende considerablemente esta sub-trama, pues es algo que a pesar de ser habitual en España no se suele llegar tan lejos en la mayoría de casos.
Alejándonos ya de estos dos puntos, realmente muy interesantes, Williamson, el guionista de la historia, sigue dedicándose a expandir y desarrollar la historia, si bien en un grado menor que el tomo anterior. Por mencionar algunos puntos, vemos cómo el conductor del autobús escolar, quien ha visto pasar a numerosos asesinos en serie, se vuelve loco y comete una decisión drástica.
También asistimos al hecho de que la historia de Buckaroo vuelve a resultar atractiva para la prensa a raíz de los recientes acontecimientos, por lo que esta localidad se ve nuevamente inundada por medios de comunicación. Por consiguiente, esto enturbia todavía más el ambiente del pueblo y hace traer oscuros y desagradables recuerdos a sus habitantes. Y tampoco ayuda nada que Edward ‘Muerdeuñas’ Warren ande suelto.
Si tuviera que resaltar dos aspectos del argumento, estos serían sin ningún ápice de duda el gran ‘cliffhanger’ o vuelta de tuerca con el que concluye el tomo, ya que parece que al fin sabremos algo más de todo el misterio; y el buen desarrollo de los posibles futuros asesinos en serie. Es decir, especialmente el desarrollo del personaje de Alice, una joven con claros desequilibrios psicológicos pero dubitativa, está notablemente bien conseguido.
En cuanto al dibujo, Mike Henderson sigue ocupándose del mismo, exhibiendo un estilo realista muy acorde con la obra y sin diferencias significativas respecto al primer volumen. Existe, pues, una consistencia gráfica clara muy de agradecer en estos tiempos habituales de vaivén de dibujantes, especialmente en las cabeceras de superhéroes.
Respecto a la edición, Norma Editorial recopila el segundo arco argumental de la colección, que incluye los episodios del 6 al 10, en un tomo rústica de 128 páginas a color por 16.5€. Se incluyen, además, las correspondientes portadas alternativas. En resumen, este segundo tomo confirma a ‘Muerdeuñas’ como una colección muy a tener en cuenta, como suele ser habitual con otras cabeceras de Image Cómics que también se están publicando en España.
Joshua Williamson
Nacido el 23 de diciembre de 1981 y residente en Portland, Oregón, su carrera empezó en 2007 y desde entonces ha trabajado para diversas editoriales, entre las que se incluyen Image, Dark Horse o DC. De Image, destacan sus trabajos más actuales y que escribe todavía en la actualidad: ‘Muerdeuñas’, ‘Ghosted’, que será publicado por Planeta Cómics en septiembre; y ‘Birdright’. Para Dark Horse ha escrito ‘Captain Midnight’; y escribirá para Marvel la serie ‘Illuminati’ tras las Secrets Wars.
[note]Muerdeuñas vol.2 – Manos ensangrentadas
¿QUIÉN SERÁ LA SIGUIENTE VÍCTIMA EN BUCKAROO? ¿Y QUIÉN EL ASESINO?
El pueblo de Buckaroo, Oregón, es la cuna de ni más ni menos que dieciséis asesinos en serie hasta la fecha y el investigador que puede tener la clave de esta maldición se encuentra en coma tras sufrir una cruel tortura. Su amigo Finch y la sheriff Crane continúan su investigación de los hechos, pero nuevos sucesos prometen complicarles la tarea.
Joshua Williamson y Mike Henderson ofrecen nuevas pistas y plantean nuevos y sangrientos misterios en este nuevo episodio que cuenta con Brian Michael Bendis como invitado especial.
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