viernes, marzo 29, 2024

Reseña de ‘Wonder Woman: Tierra Uno’

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Panini
El tomo que publica ECC
El tomo que publica ECC

Nueva entrega de Tierra Uno, la revisión planteada por DC de algunos de sus héroes más famosos en manos de autores de primera línea. En esta ocasión, es el turno de Wonder Woman, en manos de uno de esos escritores de cómics que no deja indiferente. Grant Morrison, tan laureado como rodeado de polémica, reimagina la historia de Diana, princesa de las amazonas, dando un toque personal a esta leyenda del noveno arte. Por supuesto, las posibilidades de Tierra Uno dotan de libertad creativa sin paliativos a sus autores, puesto que la continuidad oficial de DC es sólo una base sobre la que sustentar un relato lleno de pequeños detalles que la diferencian del original.

Grant Morrison es un experto en hacer malabares con los personajes de DC. Sus inicios son recordados por el giro valiente y exótico que imprimió en personajes tan secundarios como Animal Man o Doom Patrol, convertidos en auténticos laboratorios narrativos. Posteriormente, por sus manos han pasado casi todos los personajes de la casa, y nos dio como resultado la aparición de obras maestras como su interpretación del Hombre de Acero en Superman All-Star. También hemos visto cosas menos brillantes e irregulares, pero Morrison ha conseguido, al menos, levantar expectación cada vez que DC deja a este extravagante autor jugar con sus juguetes.

Wonder Woman: Tierra Uno es, como siempre en Morrison, una serie de intenciones e ideas subyacentes que siempre han estado latentes en la historia de Diana, pero que el escritor escocés explota de manera más visible de lo acostumbrado. No podía ser de otra forma, la revisión del mito presentada por Morrison en contradictoria, entre el respeto por el clásico y la irreprimible tendencia del creador de Los Invisibles a la inmersión en su propio universo. En Wonder Woman encontramos una buena colección de filias y fetiches personales del guionista, encantado de conocerse en cada página de esta Wonder Woman. Llega un punto con el escocés que no sabe uno cuando su obra no es más que la enésima llamada de atención o simples ganas de dar la nota más que un cómic serio y meditado. El ego de Morrison es parte ineludible de toda su producción. Es más, es una pieza indispensable en cuanto a la magnífica complejidad de su obra.

La llegada de Steve Trevor
La llegada de Steve Trevor

Ocurre con Morrison que se ha acomodado, ha perdido la capacidad de sorpresa de sus inicios, tras mil y una acometidas a las ideas básicas de su universo personal. Esto no impide que sea mejor escritor que la mayoría de los que se dedican a esto del cómic. Su obra sigue siendo excitante y llamativa. Pero lo “Morrisoniano” ya es un género en sí mismo, y saltarse las propias reglas a veces lleva a pasos en falso. En Wonder Woman: Tierra Uno, la contradicción es la norma general, hasta el punto de que el resultado es una de las obras más tambaleantes del escocés. Diferente, divertida, excitante y pícara en según que momentos, pero muy alejada de la grandeza esperada, e incluso alimentada por su creador.

La trama es de sobra conocida por todos. Steve Trevor tiene el famoso accidente en Isla Paraíso, una utopía femenina creada por la reina Hipólita hace 3000 años, huyendo de las miserias del mundo del hombre. La escena inicial, lo mejor de esta revisión, es brutal y expeditiva. La revisión del episodio mitológico de Hércules doblegando a las amazonas se transforma en manos de Grant Morrison en toda una declaración de intenciones. Con los años, Isla Paraíso se transforma en la cultura tecnológica y social más avanzada del planeta, totalmente ajena a los problemas del mundo real. Por supuesto, no todo es perfecto en el paraíso, y Diana, la joven princesa, sabe que hay todo un mundo esperando más allá de su hogar. La llegada de Trevor alimenta los deseos de la joven de explorar ese mundo horrible y lleno de desgracias que describe su madre, aunque para eso tenga que romper todas las reglas inamovibles de su reino.

La llegada de Diana a este nuevo mundo confirma la leyenda negra. Encuentra la sociedad corrupta, degenerada y violenta que todos conocemos y llamamos realidad. Sin embargo, a pesar de la repugnancia que siente por este descubrimiento, Diana sabe que Isla Paraíso puede servir de inspiración para un nuevo paradigma de encuentro.

Isla Paraíso según Paquette
Isla Paraíso según Paquette

Morrison, como decía, llena su obra de contrastes, que en algunos momentos se convierten en contradicciones. La más hiriente de todas se encuentra en las propias intenciones de la obra. Es evidente el claro posicionamiento feminista de esta Wonder Woman, donde el escritor intenta por todos los medios el aporte de personajes femeninos fuertes, poderosos tanto en lo físico como en la actitud. Las guerreras amazonas son capaces de dejar en ridículo al ejército del mundo de los hombres sin mucho esfuerzo, y su tecnología está a universos de distancia respecto a la primitiva sociedad patriarcal. Sin embargo, Morrison se columpia en las buenas intenciones, y llena las páginas de su Wonder Woman de sus filias con el fetichismo y el concepto de lo femenino un tanto extravagante (que ya plasmó en su personaje Lord Fanny en Los Invisibles). Supongo que hay una mezcla de humor y homenaje a la creación de la Wonder Woman original, además de la propia fijación del autor con la cultura sadomasoquista, pero el resultado es desconcertante.

Los secundarios tampoco ayudan mucho, y las chicas que acompañan a Wonder Woman en su viaje de descubrimiento rozan peligrosamente el cliché, además de resultar en multitud de ocasiones bastante irritantes. De nuevo, me temo que las intenciones de Morrison eran más amables que el resultado. Las chicas de la realidad muestran la diversidad que no existe en Isla Paraíso, sometida al ideal guerrero implantado por Hipólita, pero no acaban de resultar todo lo reales que a Morrison le hubiese gustado.

Cuando Grant Morrison se hace cargo de estos personajes definitorios de la historia del cómic, lo hace desde el respeto absoluto. Por muy extraña que sea la andadura, los elementos clásicos son parte fundamental de la propuesta, como hemos visto en sus X-Men o en su larga etapa en Batman. Ese respeto entra en constante conflicto con las ideas de modernización del mito, y se crea un conflicto demasiado evidente y mal resuelto entre las dos ideas puestas sobre la mesa.

Yanick Paquette está a un nivel espectacular, y cada viñeta es la demostración de amor por su trabajo de un dibujante extraordinario. Aún así, a pesar de la belleza contenida en las páginas de Wonder Woman: Tierra Uno, el resultado es parte de esta contradicción que domina toda la obra. La planificación de la página, el diseño de los personajes, las perspectivas y puntos de vista, el talento narrativo, la luminosidad de un cómic que luce optimismo por todos sus lados, todo el despliegue de Paquette roza la genialidad. Pero hay un exceso de referencias físicas, los personajes del artista parecen forzados, como si estuviesen continuamente en pose. Hay falta de naturalidad, de fluidez. Hay escenas que resultan imposibles e increíbles por esta tendencia a transformar a sus personajes en modelos. A pesar de esto, su arte es de belleza incuestionable. La recreación de Isla Paraíso es un delirio de ciencia ficción que dejará al lector con la boca abierta.

Sometida a la justicia de las amazonas
Sometida a la justicia de las amazonas

Morrison mezcla con menos eficacia de la acostumbrada el aura de los mitos griegos con el sabor clásico de la Wonder Woman creada por Moulton Marston y considerada un icono feminista desde sus inicios. Este es el espíritu que ha buscado el escritor en su revisión del mito en Tierra Uno, pero con demasiados ingredientes en la mezcla. En lo narrativo, Morrison plantea la historia como el juicio a Diana, basado en constantes flashbacks que, todo sea dicho, funcionan muy bien y dinamizan la lectura sobre el eje central de esa justicia de las amazonas. Al final, el escocés nos cuenta una historia sobre el enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo, mostrando de paso el coste de la utopía. La fantasía femenina impuesta por Hipólita, al final, es una especie de dictadura benévola con reglas tan estrictas y castrantes como las del mundo exterior. Diana se transforma así en el nexo entre dos mundos, dispuesta a encontrar lo mejor de ambos para hacer de este planeta un lugar mejor.

Esas son las buenas intenciones de Grant Morrison, en una obra inequívocamente suya. Tan llena de conceptos enormes como de patinazos incomprensibles, esencia fundamental de casi toda su producción. Es curioso, porque hasta sus títulos esenciales son víctima de esta personalidad aplastante que impide la perfección redonda de la propuesta. Se salvan la citada All Star Superman y WE3, en mi opinión. El resto, pertenecen a un universo fascinante y extraño, que genera tantos aplausos como odios. Wonder Woman, a pesar de todo, es una lectura sugerente, atrevida y distinta, como todo lo que sale de la cabeza de Morrison. Eso es más de lo que ofrece la mayoría de nuestras lecturas.

Wonder Woman: Tierra Uno nos llega de la mano de ECC ediciones. Un tomo encuadernado en cartoné con 144 páginas a todo color, incluye extras como bocetos y diseños de Paquette, que nos dan una idea de su proceso creativo para el apartado visual de esta historia. El precio de venta recomendado es de 15,95 euros.

Grant Morrison

(Glasgow, Escocia; 1960) Probablemente el guionista más talentoso de su generación, convertido en uno de los ejes sobre los que ha girado no solo el sello Vertigo, sino también DC Comics. A destacar clásicos como ‘Animal Man’ o ‘Batman: Arkham Asylum’, la personalísima ‘Los Invisibles’, o sus colaboraciones con Frank Quitely, con quien ha coincidido en proyectos como ‘Flex Mentallo’, ‘All Star Superman’ o ‘WE3′. Recientemente ha abordado una extensa y ambiciosa etapa al frente de Batman.

Yanick Paquette

Este dibujante canadiense lleva implicado con el mundo del cómic desde finales de los 90. Ha trabajado con autores de primera línae, como Alan Moore o Grant Morrison, con el que colaboró en Batman INC. Entre sus últimos trabajos, hemos visto a Paquette como dibujante regular de la última etapa de La Cosa del Pantano.

[note]De las mentes magistrales de Grant Morrison (Crisis Final, El Multiverso) y Yanick Paquette (La Cosa del Pantano, Batman Inc.) llega el origen más provocador de Wonder Woman que hayas leído. Un relato único que rinde homenaje a su rica trayectoria.

Tras Batman, Superman y los Jóvenes Titanes, llega el momento de que los mejores autores aborden el mito de Wonder Woman desde una nueva óptica. Provocadora pero respetuosa, completamente moderna pero atemporal, esta nueva incorporación a la serie de novelas gráficas Tierra Uno de DC nos presenta el poder y el valor de Wonder Woman, la campeona de Isla Paraíso.  [/note]

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RESUMEN

Revisión del mito de Wonder Woman con demasiadas contradicciones como para ser redonda

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