De puertas para fuera, la Escuela Xavier para Jóvenes Talentos, que se encuentra situada en el condado de Wetchester, es un centro educativo para alumnos especiales. Pero, una vez cruzado el umbral, podemos descubrir que, en realidad, se trata de un lugar en el que los mutantes pueden refugiarse de un mundo que los teme y los odia, además de aprender a controlar sus impresionantes habilidades.
Dentro del alumnado, los más aventajados forman parte de la Patrulla X que, siguiendo las sabias enseñanzas de Charles Xavier, se dedica a proteger a la humanidad, en ocasiones de los mutantes que quieren dominar el planeta y, a veces, de sí misma. Todo ello siempre se lleva a cabo bajo la clandestinidad más absoluta, ya que, entre aquellos humanos a los que intentan ayudar, se encuentran también los que tratan de acabar con ellos. La Patrulla X debe estar siempre preparada para entrar en acción. Y, con esa finalidad, se construyó la Sala de Peligro: una habitación, situada inicialmente en el ala oeste de la mansión, en la que los mutantes podían poner a prueba sus habilidades contra amenazas de todo tipo: humanos, alienígenas, entidades interdimensionales y hasta otros seres de su misma condición, en entornos extremos y siempre cambiantes.
En sus primeros años como grupo, bajo la tutela de Charles Xavier, los mutantes eran amonestados por su mentor si cometían actos incorrectos durante su entrenamiento. Entre los severos, pero sabios y justos, consejos del profesor podemos destacar algunas frases:
Piensa dos veces antes de confiar en un método de escape repentino.
El exceso de confianza puede ser desastroso.
Aunque, inicialmente, la sala utilizaba un tipo de entrenamiento relativamente básico, con láseres, fuegos, misiles y otros obstáculos que realizaban ataques por sorpresa para desafiar a sus alumnos, el profesor decidió mejorarla después de haber tenido algunos encuentros con la raza alienígena Shi’ar. Para empezar, la reubicó en el subsótano y la dotó de ordenadores con tecnología extraterrestre (perteneciente a la misma raza mencionada anteriormente), gracias a las aptitudes del maestro inventor mutante conocido como Forja. Los entrenamientos se volvieron más completos después de esta mejora, ya que la Sala de Peligro podía desconcertar al alumno con escenarios y enemigos holográficos, pero no por ello menos realistas y peligrosos.
Sin embargo, jugar con tecnología alienígena no es una buena idea, como pudo comprobar Xavier tras no darle importancia al hecho de que la habitación hubiera desarrollado una conciencia propia. Cuando la sala provocó, accidentalmente, el suicidio de un recluta llamado Wing, incumplió su primera directiva de no matar a nadie, lo cual alteró al programa de una manera tan drástica que la habitación se convirtió en una entidad femenina, conocida como Peligro. Sus intenciones no eran otras que las de asesinar al profesor Xavier, por considerarse rechazada por él. Afortunadamente, acabó por cambiar de bando.
Evidentemente, cualquier mutante que pretenda enfrentarse a la sala debe estar convenientemente preparado para superar sus mortíferos ataques. Uno de los incidentes más conocidos fue cuando una novata Kitty Pryde entró en la habitación para llevar un mensaje, sin saber que se encontraba conectada. El rescate llevado a cabo por sus compañeros evitó males mayores. No obstante, con el paso del tiempo, la joven mutante aprendió a defenderse sola dentro de la Sala de Peligro.
Desde una cabina de control, los mutantes pueden observar el entrenamiento de sus compañeros con total seguridad, además de aconsejarles durante la batalla. Gracias a los mandos allí instalados, pueden controlarse los niveles de calor y gravedad, alterar los niveles de dificultad y actualizar las simulaciones holográficas.
Una vez se cruza la sala de preparación, los mutantes deben estar dispuestos a enfrentarse a cualquier desafío que se les presente, empezando por disparadores láser ocultos que lanzan rayos de alta energía y generan desafíos holográficos de luz dura, sin olvidar los otros obstáculos que presenta la Sala de Peligro, como martinetes y cohetes robots que pueden surgir en cualquier momento desde el suelo o las paredes. Todo ello está alimentado por un suministro de energía Shi’ar, equipado con un modelo de gravedad potencial de 6,8 megavatios. Un segundo nivel tiene la función de surtir a la sala de proyectores de gravedad suministrados por la misma raza alienígena.
Aunque los entrenamientos están hechos a medida para cada mutante, sobre todo en las sesiones individuales, en la Sala de Peligro no se puede pecar de exceso de confianza, motivo por el que nunca hay dos sesiones iguales.
Aunque pudimos verla anteriormente en series animadas, la habitación apareció en el cine por primera vez en ‘X -Men: La decisión final‘ (2006), con unos resultados bastante prometedores, aunque con una muy breve presencie en pantalla. Si la Sala de Peligro volverá a aparecer en alguna película futura de la Fox o en la serie que parece estar preparándose sobre los X – Men, solo el tiempo lo dirá.
