martes, marzo 19, 2024

El origen editorial de los Transformers

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Panini

Hasbro, Marvel, TransformersComo es lógico, las temáticas de la ciencia ficción y la robótica siempre han estado estrechamente relacionadas. Un claro ejemplo de ello lo tenemos con la franquicia de los Transformers, línea de juguetes creada por la empresa Hasbro, que se encuentra, actualmente, en uno de sus mejores momentos gracias a la saga de películas que se viene estrenando de un tiempo a esta parte: Transformers (2007), Transformers: La venganza de los caídos (2009), Transformers: El lado oscuro de la Luna (2011), Transformers: La era de la extinción (2014), Transformers: El último caballero (2017) y el spin off Bumblebee (actualmente en cartelera).

No obstante, si  queremos descubrir cómo han llegado estos peculiares robots a gozar actualmente de tanto éxito, debemos echar la vista atrás, hasta los años ochenta, y descubrir la colaboración que tuvo lugar entre las empresas Hasbro y Marvel.

Todo empezó cuando, a principios de 1983, la Casa de las Ideas estuvo a punto de publicar el cómic The Mysterions, como fruto de unos acuerdos llevados a cabo con la empresa Knickerboker Toys. El propio Jim Shooter se encargó de esbozar lo que debían ser las bases de esta nueva historieta. Sin embargo, antes de que el proyecto tuviera la oportunidad de hacerse realidad, la compañía juguetera fue comprada por Hasbro, que no tenía ningún interés en seguir adelante con el acuerdo, lo que supuso su cancelación.

Hasbro, Marvel, TransformersLo curioso del caso es que The Mysterions también era el nombre de un proyecto que estaba escribiendo Dave Cockrum, al cual pretendía dar salida en formato de novela gráfica. Sin embargo, al darse a conocer el pacto entre Knickerboxer Toys y Marvel, el nombre del nuevo proyecto tuvo que ser cambiado por The Futurians. Evidentemente, si en la Casa de las Ideas hubiesen sospechado lo que iba a suceder, no habría sido necesario rebautizar la obra de Cockrum.

Con el paso del tiempo, Hasbro se puso en contacto con la empresa japonesa Takara Tomy, con la idea de importar a Estados Unidos una nueva línea de juguetes, basada en robots convertibles, los cuales acabarían siendo bautizados con el nombre de Transformers. Curiosamente, a la hora de perfilar el universo que iba a integrar a dichos personajes, se decidió recurrir a Marvel, ya que era una idea que Hasbro ya había comprobado que funcionaba con los personajes de G.I.Joe. Por tanto, no había ningún motivo para sospechar que no fuese a resultar igual con los Transformers.

Entonces, Jim Shooter decidió encargarle a Denny O’Neil un dossier que plasmara las líneas generales por las que transcurriría el cómic pero, dado que no quedó satisfecho con el resultado, decidió alterarlo antes de mostrárselo a Hasbro. Sin embargo, a la compañía juguetera no le acabó de convencer el trabajo de Shooter y requirió aún más cambios, tanto en los nombres de los personajes como en sus especificaciones técnicas. Finalmente, los pocos conceptos originales que sobrevivieron fueron el nombre de Optimus Prime, ideado por Denny O’Neil, y el del planeta Cybertron, con sus dos facciones, conocidas como los Autobots y los Decepticons, lo cual pertenecía a la cosecha de Shooter.

Sin embargo, cansado de lidiar con Hasbro, Jim decidió delegar en Bob Budianski (después de que cuatro o cinco personas se negasen a ello, o al menos eso es lo que se dice), quien tuvo que currarse la presentación en un fin de semana. Finalmente, cuando presentó el proyecto, Hasbro no quedó muy convencida con algunos conceptos, como es el caso del nombre Megatron, ya que sonaba parecido a megatón, lo que sugería connotaciones nucleares que la empresa juguetera prefería evitar. Budianski tuvo que explicarles que así era como iba a llamarse el líder de los Decepticons y, como se trataba de los malos, no debía haber ningún problema con que su nombre sonase demasiado similar a megatón.

Hasbro, Marvel, TransformersZanjados todos los obstáculos, Bill Mantlo, que había hecho un buen trabajo con colecciones como Rom y Los Micronautas, fue designado como guionista de la cabecera, de la que puedes ver la portada de su primer número en la parte izquierda de este párrafo. Sin embargo, su participación acabó siendo reducida a generar los argumentos de los dos números iniciales, cuyos diálogos recayeron en Ralph Macchio, en el caso del primero, y Jim Salicrup, que se encargó del segundo y terminó siendo el guionista completo de las dos entregas siguientes. La labor artística fue llevada a cabo por Frank Springer.

No obstante, mientras que las portadas, a cargo de Bill Sienkiewicz, gozaban de cierto atractivo, la calidad de las historias dejaba bastante que desear. Por ello, Marvel decidió convertir la cabecera en una miniserie de cuatro números, cuya salida sería bimestral. Sin embargo, los buenos resultados de ventas hicieron cambiar de opinión a la Casa de las Ideas, que acabó por convertir la colección en un proyecto de duración ilimitada, cuyos guiones correrían, a partir de ese momento, por cuenta de Bob Budianski.

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