Recientemente he tenido la ocasión de ver la película de animación Superman/Batman: Enemigos Públicos. Al igual que otras películas del universo DC, como La muerte de Superman, Batman Año Uno o Superman/Batman: Apocalipsis, traslada al universo cinematográfico (al menos para la pequeña pantalla) una popular saga del mundo del cómic, siendo el caso que nos ocupa la saga homónima, publicada a lo largo del año 2003 en Estados Unidos.
La historia nos cuenta como Lex Luthor, recién convertido en presidente de los Estados Unidos, inicia una campaña de persecución contra Superman acusándolo de un falso asesinato, anunciando una recompensa de un millón de dólares. La única persona que está de su lado es el hombre murciélago, Batman, pues el resto de los héroes o bien creen la mentira de Luthor o simplemente se ven incapaces de llevarle la contraria por su puesto de presidente, mientras que para los villanos la recompensa es motivo más que suficiente para enfrentarse al hombre de acero.
Al mismo tiempo, un enorme meteorito de kryptonita se acerca a la tierra. Lex Luthor intentará detenerlo con todos sus medios… ¿O no? ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones? ¿Podrá enterrar su odio a Superman y colaborar con él, o antes preferirá dejar al mundo en ruinas?
Nos encontramos ante una película muy entretenida y correcta en todos sus apartados. Por primera vez no tengo la sensación de encontrarme con un producto cuyo único fin es ganar dinero fácil recurriendo a unos personajes conocidos por todos adaptando libremente historias que ya existen. En lo poco más de una hora que dura la película se suceden escenas de acción frenética tras otra manteniendo el interés del espectador: cuando el peligro parece que ha pasado un nuevo enemigo aparece y vuelta a empezar. Dichas escenas están muy bien animadas con lo cual en ningún momento resultan confusas.
Los personajes son creíbles, una sensación que no tuve por ejemplo en Superman/Batman: Apocalipsis, donde ambos personajes eran poco más que los clichés que la gente tiene de ellos, carentes de emoción alguna. En esta, sin embargo, nos encontramos a un Superman alegre que contrasta muy bien con el taciturno Batman, convirtiéndose incluso en algunos momentos en una película de “bromance” (amor “sin roce” entre chicos). Las referencias a otras historias son constantes, como menciones a otros personajes ausentes en la película o eventos. El resto de personajes de DC son correctos, quizá el único lastre sea una PowerGirl insulsa cuyo único cometido parece ser la integrante femenina de la película, y, esto ya es una opinión personal, Batman en estas ocasiones siempre parece estar fuera de lugar rodeado de tanto meta-humano: si bien siempre consigue salir indemne y plantar cara a quien se le ponga por delante, a veces se nota demasiado la mano del guionista para darle “utilidad” (e increíble la cantidad de bombas y accesorios que lleva siempre encima sin tener que reponer).
En resumen, nos encontramos ante una película muy recomendable en la que más allá de una buena historia a un gran nivel técnico, nos permite dar un vistazo a la amistad entre Batman y Superman.
