viernes, abril 19, 2024

Rocky Balboa (2006)

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Panini

Rocky Balboa 2006

El mismo Sylvester Stallone dijo que no acertó con el cierre que realizó de la saga de Rocky con Rocky V y es por ello que quería darle un nuevo y definitivo cierre en el que volviera a transmitir los mismos sentimientos de aquel púgil de Filadelfia que veíamos en la primera de las películas de Rocky de 1976, con quien la mayoría llegamos a empatizar y solidarizarnos viendo al humilde boxeador que a fuerza de empuje y tesón, consigue lograr lo impensable. Pero, ¿cómo un hombre de 60 años podría volver a transmitir lo mismo que transmitió cuando tenía 30? Porque el detalle es que no solo el actor tenía 60 años sino también el personaje, Rocky. Pues estad atentos porque por fin, Sylvester Stallone, pondría el broche definitivo y más que digno a esta extraordinaria saga.

Los Balboa, padre e hijo
Los Balboa, padre e hijo

Rocky lleva muchos años retirado del mundo del boxeo y el cáncer se ha llevado a su mujer, Adrian, a la cual día tras día y año tras año recuerda, realizando anualmente un recorrido por los lugares que le recuerdan a su difunta esposa, acompañado por su cuñado y amigo Paulie. Además también posee un restaurante italiano al que puso el nombre en honor a su mujer, “Adrian’s”. Por otra parte, su hijo Robert se mantiene con un trabajo que no le llena y vive siempre eclipsado por la fama de su padre, pues piensa que tanto en su vida como en su trabajo, su progenitor siempre ha sido una sombra alargada y que la gente no le ve a sí mismo, sino a su padre, lo cual es algo que le cohibe.

Por otro lado, en el mundo del boxeo, tenemos a Mason Dixon, un boxeador cuya supremacía en el mundo pugilístico ha llegado a ser tan abrumadora que tanto espectadores como periodistas, los cuales van a presenciar lo que en su día era un espectáculo, ahora les resulta algo tedioso y repetitivo, presenciando victoria tras victoria del campeón sin que nadie pueda hacerle sombra, lo cual es algo que critican pues no lo consideran un campeón real, como los de antaño, pues el nivel del resto de contrincantes de la época es muy inferior y algo así no supone ninguna prueba para Mason Dixon.

Es en este punto donde los periodistas comienzan a crear una campaña en donde como si de una máquina del tiempo se tratara, intentan juntar de forma simulada lo que podría resultar de un combate entre el invicto campeón, Mason Dixon y el campeón del pueblo, el antiguo campeón de los pesos pesados varios lustros atrás, el gran Rocky Balboa. Las opiniones están repartidas pero una simulación por ordenador de lo que podría haber pasado, acaba dando por ganador a Rocky Balboa. Esto indigna a Mason Dixon, que piensa que zurrarse con un abuelete sería un espectáculo lamentable y una pantomima creada por y para el periodismo y el público con fines puramente comerciales, pero su mánager le intenta hacer comprender que no solamente ganará mucho dinero, sino que puede ayudar a que sea más querido al volver a dar una oportunidad a toda una vieja gloria y leyenda del mundo pugilístico como Rocky Balboa.

Rocky y Marie
Rocky, Marie y Punchy

También veremos cómo a Rocky le falta algo sin el boxeo y sin su mujer que tanto apoyo le había dado hasta el momento de su muerte. Es todo esto lo que hace que le entre el gusanillo de volver a boxear para tratar de aplacar su bestia interior. Por ello, consulta a su hijo por su opinión en cuanto al hecho de volver a pedir licencia para boxear a nivel local, sin grandes aspiraciones, solamente para saciar su “apetito”. Ni qué decir tiene, que Robert, que vive en un eterno estado de amargura, no apoya la idea en absoluto, sin embargo, Rocky encuentra otro apoyo en Marie, la pequeña jovencita a la que Rocky 30 años atrás acompañó a su casa y la aconsejó sobre vigilar sus compañías si no quería que su reputación se viera perjudicada. Rocky se reencuentra con ella de forma casual después de tantos años, resultando un excelente apoyo mutuo, en donde Rocky la agasaja tanto a ella como a su hijo, lo cual, en un principio, Marie no entiende tanta atención, sin embargo, Rocky es así; él se siente bien haciendo el bien, aunque en esta ocasión, el tiempo que pasa con Marie y su hijo Steps le resulta sumamente provechoso pues le ayuda a distraerse y recibe el apoyo que su propio hijo no le estaba dando.

Con todo, finalmente el manager de Dixon, contacta con Rocky en su propio restaurante para ofrecerle la suculenta propuesta de un combate de exhibición en Las Vegas contra el campeón de los pesos pesados, donando la mitad de las ganancias a causas benéficas, lo cual es algo que termina de convencer a Rocky aceptando el combate, en donde vuelve a recurrir para que le prepare, a Duke, el entrenador que tuvo en en sus últimos combates y que también entrenó a su rival y amigo, Apollo Creed.

Rocky Balboa entrenamiento
Rocky volvió a subir las míticas escaleras

Tras enterarse de la noticia, Robert, va a recriminarle que con lo que hace intenta ponerle en ridículo, a lo que Rocky responde a su hijo con el que bajo mi punto de vista, sería el mejor discurso de toda la saga, en donde le incentiva a ser él mismo sin ver la supuesta sombra alargada que Rocky proyecta sobre él. Tras esto, Robert deja su trabajo y se centra en ayudar a su padre en la preparación del último gran combate al que se enfrentaría, junto a la ayuda de Duke, Paulie, Steps e incluso la de Adrian, quien vuelve a servirle de apoyo y ayuda gracias a Marie, quien el día antes del combate, le lleva una foto suya, haciéndole recordar todo lo que ha significado y sigue significando Adrian para el potro italiano.

Cuando llega el día del combate, Rocky vuelve a demostrar que, a pesar de que Dixon creía que todo iba a ser un paseo, el legendario Rocky Balboa, sigue alargando su leyenda, pues consigue plantarle cara, mostrándole que, a pesar de haber perdido velocidad y el juego de piernas que había aprendido de Apollo, aún conserva una férrea voluntad y una fuerza arrolladora en cada uno de los puñetazos que le asestaba, logrando poder superar esa prueba de fuego a la que se sometió al aguantar todos y cada uno de los 10 asaltos del combate. Sin duda, a pesar del resultado final, en donde los jueces dan a Mason Dixon como ganador no unánime, Rocky, se marcha sintiéndose vencedor y sabedor de que los vítores tras los que se marcha con un público coreando su nombre, indican que su leyenda alcanza la culminación ideal que todo boxeador desea y por la que se siente sumamente satisfecho.

Sin duda, este fue un extraordinario broche final, en donde tanto público como crítica coincidieron en elogios para esta cinta que, una vez más, nos puso los pelos como escarpias recordando la fuerza de voluntad que un desconocido joven de Filadelfia por el que nadie daba un duro por él, llegó a tener la oportunidad para poder conquistar el título de campeón y que una vez más, demuestra esta misma fuerza de voluntad al ir contracorriente y demostrar que la edad no es dificultad para llegar a conseguir lo que muchos podrían conseguir inalcanzable, si realmente es lo que quieres y te esfuerzas por ello.

En cuanto a los actores, debo destacar en esta ocasión el excelente papel del protagonista, Sylvester Stallone, que volvió a emocionarnos, volvimos a vivir su habla atropellada y embarullada, sus excentricidades y, además, acentuadas con lo que posiblemente, serían chocheos propios de la edad pero donde siguió aportándonos sus toques de ingenio, sus genialidades, sus maravillosos discursos que a los fans de Rocky nos llegan a embelesar y esa gran profesionalidad de un Stallone que no siendo un actor de Oscar, siempre da todo en cada uno de sus personajes y sus películas. Un 10 por él.

En cuanto a los nuevos, resulta interesante la labor que hace Milo Ventimiglia en el papel de Robert Balboa, dejándonos ver claramente a ese hijo repleto de inseguridades, con una personalidad prácticamente anulada y el cual, se ve claramente que sigue afectado por la muerte de su madre. Un papel que también supo llevar con soltura.

También es destacable el papel de Antonio Tarver, quien fuera campeón de los pesos semipesados de boxeo, además de medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta, pues a pesar de no ser actor, cumplió el trámite, haciendo un más que creíble papel como Mason “Frontera” Dixon.

Balboa Vs Dixon
Mason Dixon (Antonio Tarver) sufrió ante Rocky

Geraldine Hughes fue quien volvió a traernos a la “pequeña Marie” de vuelta pero bastante más crecidita y con mejores modales. Su trabajo, bajo mi punto de vista es muy digno, sin embargo, quienes estemos acostumbrados a Talia Shire en el papel de Adrian, quizá nos resulte chocante que a la fémina de la película la interprete otra que no sea ella y lleguemos a comparar entre el papel de una y otra, a pesar de que sean personajes distintos. Aún así, su papel, como digo es muy correcto.

A modo personal, decir que he disfrutado mucho relatándoos cada una de las películas de mi saga favorita y del personaje al que tanto cariño tengo, Rocky Balboa. Sin embargo, estad atentos, puesto que aún hay muchas más cosas relacionadas con la saga y el personaje que os seguiré contando en próximos días.

[xrr rating=4.5/5]

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