
Si en un inicio había algo por lo sentía interés hacia ella, era el hecho de que tras esta se escondiese la mente privilegiada de Robert Kirkman, quien había sido capaz de “devolver” a la vida el género de los muertos vivientes, y que por ende, vuelve a hacer lo propio con un tema tan explotado como son los superhéroes.
Esta primera entrega de la edición de lujo “Invencible: Ultimate Collection” que las editoriales Aleta y Dolmen publican en España, tiene en su interior los primeros cinco tomos publicados en nuestro país, que corresponde a los números #1 al #13 de la serie americana. Ahora bien ¿qué es lo que hace ser tan bueno a Invencible? Para responder a esta pregunta os recomendaría a todos que leyeseis la serie para que pudieseis apreciar todos los detalles que la hacen grande, pero permitid que mencione por encima ciertos aspectos:
La historia comienza mostrándonos a un joven superhéroe volando con un hombre que lleva sobre sí una bomba, al que lanza por los aires en un entorno helado mientras se queja de haberle arruinado su tarde. Al pasar la página, observamos una nota que nos sitúa cuatro meses antes, donde conoceremos a un joven de 17 años llamado Mark Grayson, quien aparentemente es un adolescente normal, con la salvedad de tener por padre al superhéroe más poderoso del planeta, Omniman. Durante los primeros números, el cómic nos irá contando la vida de Mark e iremos viendo como poco a poco va poniendo en práctica los poderes que ha adquirido de forma hereditaria, y como suele ser frecuente, estos momentos están cargados de acción y humor. Porque si hay algo que Kirkman ha sabido hacer excelentemente en esta serie, es unificar un cúmulo de géneros dentro de un mismo hilo argumental, dotando así a la obra de un cariz sensacional, donde veremos grandes dosis de acción aderezadas con el humor de un joven adolescente, que en ocasiones se siente frustrado por la complejidad de su nueva vida.

En cuanto a la narrativa, Kirkman sabe lo que hace, y lo hace muy bien. Porque si bien es verdad que la historia nos puede parecer en principio algo ya contado en infinidad de ocasiones, el guionista utiliza numerosos métodos narrativos para crear en el lector un sentimiento de identificación con los personajes, que hará que queramos saber el devenir de Mark sin poder parar de leer. Además de esto, Kirkman rendirá homenaje y satirizará a numerosos personajes de otras franquicias, como pueden ser Superman (imposible no comparar a Omniman y su planeta de origen con el último héroe de Krypton), Spiderman (Mark es una clara alusión hacia la mejor etapa de este personaje), los Jóvenes Titanes o la JLA entre otros, sin olvidar la multitud de apariciones a modo cameo de otros tantos. Y es aquí donde se nota que el guionista americano ha querido crear su propio universo utilizando lo mejor de cada “casa”, riéndose en ocasiones de absurdos momentos o eventos que han publicado otras editoriales bajo sus series principales.

En cuanto al dibujo, este ha sido desarrollado por Cory Walker en su primera parte, quien se encargó también de hacer los primeros diseños. La labor de este artista destaca por su pulcritud y limpieza visual, que permite al lector disfrutar de la obra de una manera tranquila y entendible. Tras el primer arco, el testigo artístico es recogido por Ryan Ottley, quien continúa el estilo creado por su predecesor, aunque le añade bastante más detalle, algo muy destacable dada la importancia visual de la última parte del cómic.
Este primer número de Invencible: Ultimate Collection se compone de 400 páginas en formato cartoné con sobrecubiertas, teniendo en su haber un gran número de extras, entre los que encontramos: una introducción de Brian Michael Bendis, bocetos e ilustraciones del proceso creativo, el guion del primer número o las portadas de los cinco tomos que contiene este recopilatorio. Sin lugar a dudas, Invencible es una serie excepcional, fresca y sorprendente, siendo esta mencionada edición un ejemplar de lujo, ya sea por su excelente contenido, como por la cuidada edición que Aleta y Dolmen han desarrollado.



