
En el anterior tomo conocimos como Light Yagami, un joven ejemplar (inteligente, buen estudiante, educado…), se hacía con el Death Note de Ryuk, un shinigami que, aburrido, decidió dejar caer uno de sus dos cuadernos de muerte sobre el mundo humano para ver qué ocurría. Así, una vez que se hizo con este, Ligh Yagami no tardó en descubrir que, las personas cuyos nombres eran escritos en el cuaderno, acababan muriendo en el momento y de la forma que él indicase en el mismo. Tras conocer las propiedades de su nueva adquisición, comenzó a usar el cuaderno para asentar las bases de una utopía en la que él sería como un dios que impartiría justicia librando al mundo de atracadores, asesinos, violadores y demás mugre social. Con este fin, el joven comenzó a escribir en el diario los nombres de todos aquellos malhechores que, según él, merecían la muerte. Las repentinas muertes de todos estos por ataques al corazón no tardaron en ser percibidas por la policía japonesa. A partir de ahí, un equipo especial de los mismos, liderados por Soichiro Yagami (el padre de Light), junto a L, el mejor detective del mundo, comenzarán a investigar con tal de conocer la auténtica identidad de Kira, nombre del asesino tras el cual se encuentra Light. Esto provocará una titánica batalla de intelectos entre Kira y L, quienes pretenden conocer la identidad del otro para acabar con él.
En este tomo vemos como L cada vez se centra más sus sospechas sobre Kira. Una de las medidas puestas por L a las que Light deberá hacer frente son las cámaras ocultas colocadas estratégicamente en el cuarto de Light, algo que, teóricamente le imposibilitaría usar el Death Note en el único lugar seguro, su cuarto.
La trama guionizada por un cada vez más ingenioso y atrevido Tsugumi Ohba seguirá sin dar respiro al lector, dando en cada página un nuevo giro argumental que hará que el lector no pueda imaginar que es lo que va a pasar. Así, una de estos inesperados vuelcos que la trama dará lo encontraremos nada más empezar el tomo, pues L, por tal de hacer que Light forme parte del equipo para descubrir a Kira, obviará las sospechas que tiene sobre que el joven sea Kira y se presentará ante él como L. A pesar de lo que pueda parecer, esto supondrá un nuevo obstáculo para 
A pesar de que el Death Note sigue encontrándose en el centro de la trama escrita por Tsugumi Ohba, este se apartará cada vez más del género fantástico, por así decirlo, para centrarse en el duelo intelectual que hay entre Kira y L. Además, la historia en este nuevo tomo se vuelve mucho más intensa, sorprendente y, por ende, absorbente para un lector que, como decíamos antes, no sabe que puede ocurrir en la siguiente página. Pero no será la trama la única que avance, pues iremos viendo a los personajes evolucionar, olvidando Light cada vez más las intenciones que en un principio lo motivaron para usar el cuaderno y L mostrándose cada vez más humano.
Takeshi Obata nos sigue deleitando con sus geniales dibujos. Sus trazados detallistas y la forma de caracterizar a cada personaje cuidando desde sus expresiones faciales hasta sus posturas al estar sentados o al caminar hacen que el dibujante se convierta en el compañero ideal para terminar de definir las personalidades ideadas por su compañero guionista Ohba.
Norma Editorial nos vuelve a deleitar con un segundo y lujoso volumen Black Edition. Esta cuidada edición recopila en sus 392 páginas desde el capítulo 17 hasta el 34, es decir, los tomos 3 y 4 que en su día publicó Glénat, a unos más que justos 14,95 €.
A modo de conclusión, decir que la serie continúa con la calidad marcada en la anterior entrega superando a la misma. En este nuevo tomo Tsugumi Ohba logra atrapar en sus páginas al lector con tramas más interesantes, giros argumentales más sorprendentes y nuevos personajes que harán que el lector siga esperando con ganas la próxima entrega de Death Note.
Un artículo escrito por Antonio Cañestro Lanzadera




