sábado, octubre 5, 2024

[DW50] Historia y Transmedia de Doctor Who

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Panini
Primera introducción de Doctor Who
Primera introducción de Doctor Who

23 de noviembre de 1963. Menos de 24 horas después de la muerte del presidente John Fitzgerald Kennedy, la cadena de televisión británica BBC emite el primer episodio de Doctor Who, con poca fortuna en su audiencia: el mundo estaba más pendiente del acontecimiento ocurrido en Dallas, Texas. Además, muchos no pudieron disfrutar el episodio porque un problema eléctrico dejó a muchos hogares sin corriente. Había, por lo tanto, razones suficientes para que se repitiera la semana siguiente, triplicando así su primera cuota de audiencia.

Desde esa primera emisión han pasado ya 50 años, y las aventuras del Doctor no han cesado en todo este tiempo, bien con forma de seriales televisivos, novelas, cómics o incluso audios. Desde La Casa de El queremos hacerle nuestro propio homenaje, con una serie de reportajes que nos acerquen un poco más a este universo, cuya relevancia en la ciencia ficción quedó  acreditada con el Record Guiness a la serie de ciencia ficción más longeva.

Los inicios

Doctor Who nació como un nexo de unión entre dos programas de la parrilla televisiva del momento, algo con que rellenar en el hueco entre Grandstand (un importante programa de deportes) y el programa favorito de los adolescentes de entonces, Juke Box Jury. Por lo tanto, la clave era que el producto pudiera contar con las dos audiencias.

A su vez, desde su origen, la serie estuvo teñida de un innegable carácter educativo, ya que el Doctor y sus viajes en el tiempo nos acercaban a momentos históricos determinados de los que los pequeños podían aprender divirtiéndose, mientras que los mayores disfrutaban de esta aclamada serie. Para afianzar este carácter de serie intergeneracional, los primeros compañeros con los que el Doctor empieza la serie fueron una profesora de historia (Barbara Wright), un profesor de ciencias (Ian Chesterton) y su nieta (Susan Foreman), asociándose estos personajes con una familia comprendida por una hija, unos padres y un extraño abuelo o tío. Este aire de unidad familiar favorecía una mayor afinidad con el espectador.

Reparto Doctor Who
El Doctor y sus primeros compañeros en la TARDIS

En los documentos oficiales que la BBC conserva, Sydney Newman, C. E. Webber y Donald Wilson, creadores de la serie, describen al Doctor con estas palabras:

Dr Who: Un nombre que le dan sus amigos terrestres porque ninguno de ellos sabe quién es. Doctor Who tiene alrededor de 650 años. De aspecto débil, pero resistente, como queda demostrado cada vez que se ve obligado a huir de un peligro (…) Parece no recordar de donde viene pero tiene flashes de una memoria confusa que le recuerda que estuvo involucrado en una guerra galáctica y todavía teme la persecución de algunos enemigos indeterminados. Como parece patético de algún modo, sus amigos tratan de ayudarle a encontrar su camino a “casa”, pero nunca están seguros de qué le motiva.

Pero, ¿por qué “Who”? Básicamente porque no sabemos nada acerca de este extraño personaje. (Por si hay algún despistado en cuanto al inglés, “Doctor Who” se podría traducir como “Doctor Quién”). En el primer episodio (An Unearthly Child, 1963) nos encontramos con el diálogo de Ian Chesterston, el profesor de ciencias:

“Ese no es su nombre. ¿Quién es? ¿Doctor quién? Quizás si supiéramos su nombre, podríamos tener una pista de lo que ocurre”.

Y como apunta Marcos Muñoz en su ensayo “Algo nuevo, algo viejo, algo prestado, algo azul” (Barcelona, 2013): “Su identidad es solo parte del misterio”.

Los creadores también explican la nave en la que viajan:

Doctor Who tiene una “nave” que le permite viajar a través del espacio, del tiempo y de la materia. Cuando la vemos por primera vez, la nave tiene la apariencia de una cabina de policía de la calle, pero nadie se da cuenta de que tiene en su interior un amplio artilugio mecánico. Una vez dentro, es impresionante, es un modelo viejo escacharrado que el Doctor robó cuando escapó de su propia galaxia en el año 5733; tiene un rendimiento inseguro, además el Doctor no está seguro de cómo funciona, por lo que lo tiene que aprender probando y equivocándose.

TARDIS interior-exterior
TARDIS por fuera y por dentro.

Ésta finalmente recibió el nombre de TARDIS – siglas de Time And Relative Dimension In Space – tiempo y dimensión relativa en el espacio, en castellano. El interior de la nave es algo que todavía después de 50 años sigue fascinando, pues en él existe una dimensión diferente a la exterior, por lo tanto es más grande por dentro que por fuera (típica frase a lo largo de la serie, y que el Doctor casi se puede decir que espera escuchar cuando llega alguien nuevo: “It’s bigger on the inside”). El interior ha ido cambiando a lo largo de estos 50 años.

En un principio, la apariencia de “cabina de policía” iba a variar con el lugar en el que aterrizaran, como un sistema de camuflaje, pero se descartó por completo la idea por falta de presupuesto. Es por esto por lo que en el primer viaje que vemos, el Doctor se sorprende de que la TARDIS no se haya camuflado. ¿Conclusión? Se les ha estropeado ese sistema. Este elemento no solo afianzó el sello británico de la historia, sino que convirtió las cabinas de policía de la época en uno de los primeros merchandising de Doctor Who.

Para terminar de definir la serie, C. E. Webber sugirió “un villano para cada historia. Básicamente, las claves del Western: héroes constantes y un villano fresco para cada ocasión.” (Doctor Who: The Vault, Marcus Hearn, 2013).

Pero, ¿qué hace especial a la serie? ¿Dónde está la clave para sobrevivir tantísimo tiempo? Lejos de haber encontrado el elixir de vida eterna, lo que hace inmortal a Doctor Who es la posibilidad de cambiar los personajes protagonistas sin que la historia pierda su esencia. De hecho, se consolida más y más con el tiempo. Quizá sea la única serie que puede presumir de eso.

Décimo Doctor regenerándose
El Décimo Doctor (David Tennant) empieza su regeneración

Regeneración

Cuando William Hartnell, el actor que dio vida al primer Doctor, comenzó a tener problemas de salud, y más despistes de lo normal (los primeros síntomas de su malestar daban un aire especial a su interpretación) fue necesario tomar medidas, y no pudieron tomar una mejor.

Conociendo un poco más de cerca al Doctor, tenemos que saber que es un Señor del Tiempo (Time Lord) de un planeta llamado Gallifrey y que viaja por el espacio y el tiempo exiliado de su planeta natal. Esta raza tiene la capacidad de regenerarse, tanto de forma voluntaria como involuntaria, o en ocasiones cuando están cerca de la muerte.

Este proceso se lleva a cabo gracias a que las células de los gallifreyanos se pueden separar, restaurar y reorganizar, dando lugar a una apariencia física completamente diferente, incluso también el aspecto psicológico. Así, un mismo personaje puede tener personalidades totalmente distintas, conduciendo así una misma serie y una misma mitología por diferentes caminos.

Por lo tanto, no hay duda de que la regeneración es uno de los puntales que han afianzado la resistencia de la serie. Dotar al personaje de la capacidad de regenerarse,- no solo física sino mentalmente-, hace a la serie maleable y adaptable a los tiempos. Permite lidiar, con naturalidad y sin que quede extraño, con cambios de actores, enfermedades, desavenencias y demás vicisitudes que pueden presentarse en un set de rodaje, además de permitir la evolución de la trama y del propio protagonista. Algo similar a lo que ocurre con el mito del vampiro o la ficción en sí misma: que se va adaptando a los tiempos en los que son creadas.

Transmedia

Es habitual que cuando algo tiene éxito se recurre a expandir ese universo en infinitas posibilidades; Star Wars o Star Trek son claros ejemplos. Sin embargo, con Doctor Who la transmedia adquiere un cariz diferente. La historia del Doctor no se limita únicamente a seriales en la serie clásica o a episodios en la serie moderna, sino que se trata de un inmenso puzzle que uno ha de ir recomponiendo si quiere conocer todos y cada uno de los detalles de este espectacular enjambre.

Pero, aunque parezca increíble, esto no supone ningún problema al espectador que solo se limite a ver la serie, o que solo lea las novelas, o que solo escuche los audiolibros. Como explicó Marcos Muñoz en una charla reciente: “Doctor Who tiene muchos puntos de enganche para que la gente pueda unirse y entender qué está pasando”. Hay muchos detalles para whovians (el nombre con el que se conoce al fandom del Doctor) ávidos de más, a los que una frase aparentemente banal, puede sacarles una sonrisa porque conocen lo que hay detrás de esas palabras, quizá una novela, o tal vez cualquiera de los otros formatos que nos acercan al Doctor. Al que no conoce estas historias subyacentes, esa frase en particular no supone nada extraordinario, sino tan solo una frase más del guion, una aventura más del personaje.

Las novelas, los cómic, los spin-off (Los exitosos Torchwood y Las Aventuras de Sarah Jane son los más destacados), la revista del programa (el siguiente reportaje profundizará en este aspecto) y los audiolibros aportan tal cantidad de información a la mitología de la serie que pensar en ella da vértigo. Concretamente los audiolibros son una práctica muy extendida en Reino Unido, a diferencia de España, donde nos puede resultar algo más llamativo a simple vista.

Las historias narradas en estos audiolibros en ocasiones son incluso mejores que las de la serie, y cuentan con los propios actores para interpretar sus papeles, con lo cual las aventuras de cada Doctor no tienen fin, convirtiendo el universo de Doctor Who en imperecedero.

Libros Doctor Who
Pequeña parte de la transmedia de Doctor Who.

Por otra parte, la importancia de la transmedia aplicada a esta serie radica en que, de no haber sido por ella, Doctor Who habría terminado hace muchos años, cuando fue cancelada en 1989, y probablemente no habría llegado a contar con la película de 1996 (Doctor Who: The movie), ni mucho menos con la recuperación de la serie por Russell T. Davies en 2005. El hecho de tener una fuente inagotable de aventuras que mantuviera ese fandom vivo, permitió una bocanada de aire para retomar una continuidad que se habría estancado años antes, volviendo con más fuerzas y con ganas de quedarse.

A pesar de todos los contratiempos a los que se ha tenido que enfrentar, este mes podemos celebrar que hace 50 años vimos por primera vez la TARDIS, en el número 76 de Totter’s Lane (Londres), y comenzamos a viajar con el Doctor. ¡Y que sean muchos más!

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