sábado, abril 20, 2024

Análisis de Lego Batman 2: DC Super Heroes

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Panini

Lego Batman 2 DC superheroes ps3 -1

Cuando la franquicia Lego se estrenó con Lego: Star Wars (que adaptaba los Episodios I a III de la saga galáctica) lo hizo, en apariencia, como una anécdota; como un producto más que venía a aprovechar la estela del estreno cinematográfico de La Venganza de los Sith (Revenge of the Sith, Geroge Lucas, 2005). Sin embargo, la combinación de humor, sencillez jugable y una adaptación mucho más fiel del material original de lo que en principio pudiera pensarse, colocaron rápidamente a Lego: Star Wars como uno de los mejores videojuegos basados en el universo creado por Geroge Lucas hace ya tantos años. Esta buena primera impresión permitió a Traveller’s TalesTT– (conocidos por haber llevado a cabo Sonic 3DToy Story -Mega Drive) sacar al mercado una secuela, Lego Star Wars II: La Trilogía Original, que confirmó las buenas sensaciones que había causado su antecesor. Con este nuevo éxito, TT advirtió que las mecánicas jugables presentadas en ambas entregas eran exportables a otras franquicias populares, por lo que en 2008 presentaron Lego Indiana Jones: La Trilogía Original y acercándonos ya al juego reseñado, Lego Batman: El Videojuego.

Así lucían los héroes y villanos de Lego Batman: El Videojuego
Así lucían los héroes y villanos de Lego Batman: El Videojuego

Hasta ahora, los videojuegos de Lego habían adaptado material cinematográfico con gran acierto, pero esta vez TT se enfrentaba a un nuevo reto: lanzar un videojuego protagonizado por el Hombre Murciélago completamente original. Desde luego, una mayor libertad significaba no estar encorsetados, como creadores, por la historia, personajes y desarrollo de las últimas versiones en pantalla grande del personaje; pero también una mayor posibilidad de error. Ante las múltiples versiones de Batman que a lo largo de la Historia hemos encontrado (y, nos guste o no, son todas lícitas; desde lo naif de la Edad de Plata hasta el oscurantismo de El Regreso del Señor de la Noche de Frank Miller), TT tira por la calle de enmedio y crea un universo que es una amalgama entre el Batman del cómic (por ejemplo, en el diseño del uniforme empleado por el protagonista), el de la serie televisiva de los 60 protagonizada por Adam West (con un Joker que se parece más de lo necesario a la versión de César Romero y una trama muy ligera salpicada de humor de forma constante) y, aunque de forma muy residual, la serie animada de Bruce Timm de los 90; todo ello sin pasar por alto la controvertida decisión de utilizar (indiscriminadamente) la banda sonora de Danny Elfman para Batman (Tim Burton, 1989). Aunque se puede discrepar sobre el peso específico que debería haber tenido cada una de estas visiones en el resultado final, lo que es innegable es que, finalmente, el mejunge resultante encaja muy bien con el tono infantil al que se quería revestir el producto. Lo que sin embargo parece que no acaba de funcionar es la adaptación de las mecánicas made in Lego exportadas de Lego: Star Wars. El juego galáctico se basaba en una enorme pluralidad de personajes para dotar a cada clase de una serie de habilidades características que permitían a cada una resolver determinados problemas (los Jedi utilizan la Fuerza, Jar Jar tiene doble salto…), pero aquí los únicos protagonistas eran Batman & Robin (aunque aparezcan Batgirl y Nightwing y hubiera una “segunda vuelta” protagonizada por los villanos), por lo que las posibilidades se reducían. TT solventó este reparto menor con una argucia: vestir a los héroes con distintos uniformes que dotaban al Dúo Dinámico de esas habilidades características de las que hablábamos antes. Sin querer entrar con más detalle a analizar Lego Batman: El Videojuego, baste decir que el resultado final era francamente irregular, pues nos hallabámos ante un juego hecho con mucho cariño pero con una historia demasiado dispersa y episódica que desembocaba siempre en unas mecánicas repetitivas, incluso para los estándares de Lego (el truco de los uniformes daba para lo que daba), todo ello aderezado con un pésimo y cansino montaje musical que podía llevar a cualquiera a odiar las melodías compuestas por el exlíder de Oingo Boingo. Ahora bien, TT es un estudio inteligente que lleva puliendo la fórmula original desde hace mucho tiempo y ha ido aprendiendo con cada franquicia que versionaba, como Harry Potter, Piratas del Caribe o El Señor de los Anillos (a las que ha incorporado detalles que, de algún modo, singularizan cada título y lo diferencia de sus hermanos, aunque compartan raíces idénticas). Con esas lecciones aprendidas, presentaron en 2012 Lego Batman 2: DC Super Heroes.

Portada de Lego Batman 2: DC Super Heroes para PS3
Portada de Lego Batman 2: DC Super Heroes para PS3

Esta secuela introduce bastantes cambios respecto a su antecesor, pero habría que decir que sólo algunos constituyen un acierto; otros se quedan en lo estético y lo accesorio y otros, directamente, no funcionan o se quedan a medio camino.

De entre los cambios que funcionan destaca principalmente, aunque el peso de la historia siempre haya sido menor en los Lego, la narración. El argumento no es ni novedoso ni complejo (ni quiere ni necesita serlo), pero sí comprime en un menor espacio de tiempo lo que acontece en el juego, hilando mejor los distintos episodios del mismo y reforzando el dinamismo. El añadido de introducir diálogos (con un correcto aunque mejorable doblaje) colabora a la fluidez del argumento. Además, da entrada a Superman como aliado y personaje jugable (coprotagonista, podríamos decir) y centra mucho más la amenaza villanesca en la alianza que constituyen el Joker y Lex Luthor, ganando en empaque frente a lo visto en el videojuego anterior. La presencia de Superman intenta diversificar las cosas que el jugador puede hacer y combatir el hastío que podía llegar a provocar el antecesor y ciertamente lo consigue, pero resulta al mismo tiempo uno de esos cambios que se quedan a medio camino.

Batman & Robin junto a Superman
Batman & Robin junto a Superman

El propio subtítulo DC Super Heroes parece sugerir esa intención de subir al barco a muchos más personajes con el afán de aportar más variedad. Lo que ocurre es que aparecen muchos personajes, sí; pero tienen en general poco protagonismo. Así, la Liga de la Justicia de América hace acto de aparición (en su formación compuesta por Wonder Woman, Flash, Jonn Jonzz, Cyborg y Hal Jordan, pudiendo desbloquear posteriormente a Zatanna, Hawkman o Canario Negro, entre otros) pero prácticamente al final del videojuego, llevando el protagonismo Batman y Superman. Por lo tanto, si bien se nota el esfuerzo por resultar más variado (los villanos también provienen de las colecciones de cada uno de los miembros de la Liga, como Sinestro, el General Zod o Ra’s al Ghul), parece que no se acaba de aprovechar, relegando al resto a la función de meras comparsas  que llegan justo a tiempo para la traca final; más aún cuando TT ha puesto empeño en diferenciar a cada uno de los miembros de la Liga con habilidades singulares. Puede decirse lo mismo, como decía, de los villanos jugables, que esta vez carecen de trama propia y pueden desbloquearse encontrándolos en el nuevo mundo abierto que se ha creado para la ocasión (una suerte de Gotham City bastante limitada), pero que sólo están ahí como añadido y, lamentablemente, muchas veces resultan sólo contrapartidas de los héroes (por ejemplo, Aquaman y Killer Croc comparten las mismas habilidades).

La "Justice Lego of America"
La “Justice Lego of America”

Decía un poquito más arriba que esta vez se ha creado un mundo abierto por el que Batman y sus aliados pueden moverse, tanto para activar las misiones principales a gusto del jugador como para intentar desentrañar todos los secretos que TT ha escondido en él. Sin embargo, lo que pudiera parecer un acierto, acaba siendo algo más que discutible. Es cierto que diseñar un conjunto de actividades en el escenario para obtener los necesarios ladrillos dorados (para poder seguir desbloqueando a nuevos personajes) puede alargar el juego que en su modo historia no es demasiado largo; actividades que, además, implican a diversos personajes que será necesario desbloquear. Pero lo que no ha cuidado TT es la variedad o, siendo francos, que recoger todos esos items secundarios resulte entretenido. Este mundo abierto peca de lo mismo que pecaba Assassin’s Creed III con las famosas hojitas voladoras: resulta cansino hacer lo mismo y una y otra vez cuando además no es algo divertido y nunca lo fue. Salvar siempre de las mismas maneras a los ciudadanos de esta Gotham no supone ni un reto ni entretenimiento; sólo exige de nosotros tiempo. Alargar por alargar siempre me parecerá criticable porque lo relevante no es cuánto tiempo te va a llevar completar el 100% de un videojuego, sino si ese tiempo invertido entretiene, emociona, hace disfrutar… algo que Lego Batman 2 no consigue si hablamos de las actividades secundarias. Tampoco colabora al escaso disfrute de la ciudad abierta el horroroso control de los personajes voladores cuando están en el aire. Acaba siendo un auténtico suplicio tratar de conseguir una cierta precisión para conseguir ese bloque dorado que se esconde en una gigantesca escultura en Gotham o simplemente para llegar a donde uno quiere. Por ello, en conjunto, este nuevo mundo no acaba de funcionar.

Mucho menos importante, claro está, es la novedad respecto al diseño de los personajes y una mayor variedad musical. En cuanto a lo primero, se ha eliminado el uniforme más próximo al cómic de Batman y directamente se le ha encasquetado el del Batman de Tim Burton (uniforme que ya portaba en los trailers de la entrega anterior pero que no acabó en el producto final), lo cual no es algo en sí mismo criticable ni mucho menos, pero no deja de ser llamativo; algo parecido pasa con Robin (Dick Grayson) que abandona su tradicional aspecto y aquí adopta una  imagen más cercana a la de Red Robin; por último, se han mejorado o perfilado algunos diseños anteriores, como el del Joker o los de algunos vehículos, sin cambios bruscos. En cuanto a lo segundo, la música, sigue vigente la apuesta total de TT por la música de Elfman, pero esta vez también toma prestados temas de Batman Vuelve (Batman Returns, Tim Burton, 1992) y, para el Hombre de Acero, la partitura de John Williams tiene también su espacio. De nuevo, no es que el material original sea, ni muchísimo menos, de poca calidad; justo al contrario. El problema es que el montaje de las distintas pistas musicales es absolutamente terrorífico. Eso sí, para tratar de paliar levemente este defecto, se ha compuesto algo de música original para el videojuego, pero tiene poca presencia y normalmente adapta los temas principales de Elfman y Williams. Nos quedamos con las ganas, también, de encontrar temas concretos para otros héroes, como Flash o Green Lantern.

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No quisiera, en todo caso, que estas últimas líneas dejaran la impresión de que Lego Batman 2: DC Super Heroes es un mal título. Tampoco que es igual o peor que su predecesor. Desde luego, no está al nivel que ha exhibido Lego: Marvel Super Heroes, pero intenta, aunque no siempre lo consiga, seguir manteniendo fresca la idiosincrasia de los juegos de Lego, esfuerzo que se traduce en una mayor variedad, una historia más apropiada y un entretenimiento superior, con los peros que anteriormente hemos señalado. Igualmente, no podemos dejar de reconocer a TT el enorme cariño con el que ha hecho esta entrega (amor al personaje y al Universo DC en general), que se nota especialmente en los elementos desbloqueables. Por nuestra parte, seguiremos esperando y disfrutando más juegos de Lego de esta o de otras franquicias.

[xrr rating=3/5]

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