Como ya comentamos en una anterior reseña, la editorial Planeta DeAgostini Cómics está publicando en nuestro país, entre otras colecciones del cimmerio, la concerniente a su etapa como rey de Aquilonia. Sobre esta época, también se está editando nuevo material publicado originariamente por Dark Horse, pero en esta reseña nos centraremos en el último volumen publicado que comprende los números que editaba Marvel cuando tenía los derechos sobre Conan. Así, bajo el título “Conan Rey: El espíritu del Cenotafio” encontramos los números #11 al #15 de la serie King Conan, que fueron publicados entre junio de 1982 y marzo de 1983.
Las cinco historias propuestas para este tomo son autoconclusivas, mostrándonos en cada una de ellas diferentes facetas del bárbaro y a su vez, que gobernar el mayor imperio de la Era Hiboria no es nada fácil, ya que tanto brujos como conspiradores quieren hacerse con el trono.
El primero de estos relatos es el que da nombre al volumen, “El espíritu del Cenotafio”. La historia comienza situándonos en Nemedia, donde una extraña mujer que tiene a dos panteras como mascotas, dirige a varios hombres cargados con reliquias hacia una especie de templo. Tras esto, viajaremos hacia Aquilonia, donde el poderoso rey Conan tendrá que visitar al genio Alcemides, ya que tras sufrir un intento de asesinato, ha encontrado un extraño símbolo colgando del cuello de su agresor. Poco a poco se irán desenmascarando nuevos hechos que estarán ligados entre sí, lo que obligará a Conan a sumergirse en una nueva aventura, cuyo final será un épico duelo.
La siguiente historia, “Las tumbas subterráneas de Tarantia”, dará mayor protagonismo a Conn, el primogénito de Conan, quien intentará seguir los pasos de su padre, aunque estos le lleven a un mal oculto durante años bajo la capital de Aquilonia. Un relato en el que podremos ver el amor que profesa el bárbaro por su hijo, realizando cualquier tipo de acción a pesar de sus posibles consecuencias.
En “Círculo de hechicería”, seremos testigos de las maquinaciones de tres brujos, quienes sueñan con destronar al rey de Aquilonia. Estos ofrecerán un desafío directo al propio Conan, quien lo aceptará a sabiendas de los peligros y trampas que le aguardan. Así, volverá a viajar solo hacia una remota isla, con el fin de ir acabando con cada uno de los hechiceros.
La portada de “Reyes del fuego y la oscuridad” es la que sirve como ilustración para este tercer volumen. En sus páginas, nos contarán la historia del rey Andromedus, creador del imperio aquilonio, quien desapareció en el sur sin dejar rastro. Conan viajará en esta ocasión junto a un grupo de soldados, su esposa, la reina Zenobia, y el científico Alcemides. Tras llegar al sur, donde las brújulas dejan de funcionar, serán testigos de algo grotesco, dando lugar a unas páginas finales llenas de heroicidad y “realeza”.
Finalmente, el último de los relatos se llama “Los saqueadores de R’Shann”. Aquí veremos cómo el rey, necesitado de sentir el hedor y las hazañas que se dan en las tabernas más lúgubres de Tarantia, decide disfrazarse con una barba e inmiscuirse entre el pueblo. Allí conocerá a un joven llamado Thandar, quien le recordará a sí mismo en sus años mozos. Tras seguirle, ambos se verán arrastrados a una nueva aventura, aunque cada uno buscará fines distintos: el joven, riquezas, y el rey, emociones. Una historia que evoca a las clásicas hazañas del héroe como saqueador, donde se solía rodear de compañeros que buscaban ayudarse mutuamente.
Los cinco números han sido escritos por Doug Moench, un asiduo de la compañía Marvel, quien además de escribir los números #9 al #15 de la serie King Conan, también se encargo de varios números de otro personaje creado por Robert E. Howard, Kull el conquistador. Todas sus historias tienen una estructura clásica: presentación del suceso que se va a narrar, grueso de la historia donde se da la acción, y finalmente un desenlace en el que tiene lugar una batalla final a modo de clímax entre el bárbaro y su antagonista.
En cuanto a la labor ilustrativa, esta es desarrollada por Alan Kupperberg y Ernie Chan en el primer número, notándose claramente una diferenciación entre las viñetas de los dos artistas; un joven Ron Frenz y Ricardo Villamonte, quienes cumplen correctamente su cometido a cargo del segundo relato, y Marc Silvestri, un habitual de Marvel y de esta serie, quien dibujó los números #13-#16 y #19-#29, sobre quien apreciamos una gran influencia del maestro John Buscema.
Planeta De Agostini Cómics continúa así proporcionándonos esta saga que constó de 40 números, siendo esta la primera ocasión que tenemos para encontrarla bajo formato cartoné. Este tercer volumen contiene 208 páginas a color, teniendo un precio de venta recomendado de 22€. Como salvedad, elogiar la decisión de Planeta de publicar todos los volúmenes bajo unas cubiertas que mantienen una misma tonalidad, alejándose así del amalgama de colores ideado por Dark Horse para la versión original.
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