Cuando en el año 2010 Dreamworks estrenó Cómo entrenar a tu dragón se produjo una de esas agradables sorpresas en la pantalla grande que ocurren de vez en cuando. Con una animación notable (excelente en algunas escenas), un guión divertido, entretenido y que contaba una historia agradable, nos encontramos con una historia sencilla pero efectiva de un adolescente que tiene problemas de identidad y hace un extraño y singular amigo.
[note note_color=”#fff9a9″] Segunda adaptación de la saga de libros Cómo entrenar a tu dragón, escritos por Cressida Cowell.
Han pasado cinco años desde que Hiccup consiguiera entrenar a su Dragón, rompiendo la tradición de su pueblo. Astrid y el resto practican un nuevo deporte, las carreras de dragones en las que surcarán los cielos llegando a territorios inexplorados. En una de esas carreras, descubrirán el hogar de cientos de dragones salvajes protegidos por un misterioso guardián. Hiccup y su grupo se unirán a este guardián en una nueva aventura para proteger a los dragones, de las fuerzas malignas que quieren acabar con ellos.
Cómo entrenar a tu dragón 2 dirigida por Dean DeBlois, se estrenará en España el 1 de agosto de 2014.[/note]
Sin ninguna pretensión la historia, contada de una forma efectiva y sincera, llegó a una inmensa mayoría de espectadores que terminaron encantados con las aventuras de los protagonistas. Precisamente por ello no se entiende que la serie creada a partir de esta película tardara tanto en salir y, sobre todo, que su continuación haya tenido que esperar cuatro años, algo insólito en el mundo del cine, sobre todo del infantil-juvenil.
Pero el éxito de la película, escrita y dirigida por Dean DeBlois y Chris Sanders, fue más bien gradual. Aunque desde el principio contó con el beneplácito de la crítica y fue número uno de la taquilla en el fin de semana de su estreno, “en realidad, no cumplió con las expectativas que tenían los estudios”, señala DeBlois. “Pero tenía un increíble potencial. Se mantuvo entre los primeros puestos de la taquilla, o muy cerca, a lo largo de siete semanas. Todos nos sentíamos muy orgullosos de que fuera precisamente el boca a boca lo que atraía al público a ver la película, y poco a poco terminamos por superar las expectativas de los estudios”.
Quiero pensar que el motivo de este “retraso” ha sido el crear una historia que mereciera la pena, y no simplemente aprovechar el éxito para recaudar sin más. Y, de nuevo, han vuelto a crear una historia entrañable, divertida, emocionante y que nos gustará ver más de una vez.
Desde el primer momento (una magnífica carrera de dragones que nos recuerda enormemente los partidos de Quidditch de Harry Potter) se nos deja claro que el único que no ha cambiado es Hipo: sigue siendo un inquieto inventor/descubridor que, como buen adolescente, no hace más que darle enormes quebraderos de cabeza a su padre. Éste, jefe de la aldea, está orgulloso de su hijo y ya ha decidido que debe sucederle, cosa que Hipo rechaza de plano.
Desde aquí la historia crece en intensidad y espectacularidad (sobre todo visualmente) desarrollando los magníficos diseños creados en la primera película pero, sobre todo, en la creación de nuevos personajes (humanos y dragones) que en seguida enamorarán al público infantil y, también, a los adultos.
Si bien es cierto que la trama es previsible y trillada (aparece un poderoso malvado con un pasado misterioso que logrará poner en verdadero peligro a nuestro protagonista, del que saldrá victorioso y más fuerte), hay ciertos toques en la historia que traen un aire fresco al panorama animado infantil-juvenil (y de los que no podemos hablar mucho para no soltar spoilers): desde una gran tragedia, hasta descubrimientos muy importantes, pasando por reacciones de los personajes que no son las típicas si no que reflejan personalidades tridimensionales y reales. De hecho, es de agradecer que Estoico, el padre del protagonista, jefe de la aldea, no sea el típico padre de adolescente, autoritario y ciego ante las virtudes de su hijo (ha aprendido la lección de la primera película).
Y es que el guión no va a dejarnos una huella indeleble. Esta película no será un clásico inmediato de la animación, colocándose en el pódium de nuestras preferidas, pero sí ocupará un lugar privilegiado en nuestra colección por ser una historia sencilla, tierna, trágica y encantadora.
Sin embargo su técnica, sin ser algo impresionante, sí que nos capturará inmediatamente. La he visto en (glorioso) 2D y aun así he terminado asombrado de los planos, travellings, planos-secuencia y, sobre todo, la puesta en escena. La variedad y cantidad de dragones, cada uno con su aspecto diferente y su propia personalidad, así como el nido de éstos, no tiene nada que envidiar a algunos momentos de películas espectaculares como Avatar. Se nota que esta película la han realizado con mucho cariño y cuidado, ocupando una enorme cantidad de tiempo en el diseño artístico. Uno de los nuevos personajes tiene una presentación maravillosa (muy melodramática en palabras del protagonista).
En resumen, Cómo entrenar a tu dragón 2 es una película que nos enseñará valores (compañerismo, amistad, amor fraternal, obligación y deber) con un grafismo maravilloso mientras nos entretiene y divierte, todo en su justo punto: ni el malo es un malo de opereta, ni los graciosos son cargantes, ni el protagonista es perfecto. Si lleváis a vuestros hijos/sobrinos tendréis un éxito asegurado. Pero, lo que es más importante, vosotros también pasaréis un rato muy agradable y seguro que, pasado un tiempo, volveréis a querer verla de nuevo.
Y no os preocupéis, porque tendremos una nueva entrega: “Yo les dije, ‘Me interesa mucho si vosotros contempláis la posibilidad de hacer una trilogía’”, recuerda DeBlois. “‘La primera película puede ser como un primer acto, ésta sería un segundo acto algo más largo y después debería haber un culminante tercer acto.’ Afortunadamente, me compraron la idea”.
[review]