
Tras esto, Abulí se alió con Bernet, quien años después se encargaría de ilustrar en la revista El Jueves las historias ‘Clara… de noche’, lanzando así en 1981, dentro del número 32 de la revista Creepy española, la primera historia de ‘Torpedo 1936’.
Al contrario de lo que ocurría con Toth, la elección de Bernet fue más que acertada, ya que el dibujante catalán consiguió plasmar perfectamente el tono oscuro y violento de los guiones de Abulí. Después de los dos primeros números realizados por el americano, Bernet se encargó de la labor artística hasta el año 2000, momento en el que cesó la serie tras varias diferencias entre los autores.
Desde su nacimiento en Creepy, ‘Torpedo 1936’ fue publicándose en multitud de revistas españolas centradas en el cómic, como eran Thriller, Totem o Viñetas entre otras, además de álbumes y relatos, llegando a ganar el Premio Alph-Art al Mejor Álbum Extranjero de Angoulême en 1985. Después de esto, en 1990, la serie dio el salto al suplemento dominical El País Semanal, donde se publicarían cinco historias, ya que la sexta, de nombre ‘Lolita’, fue censurada por su dura temática: su protagonista era una prostituta menor de edad con la que Torpedo mantenía relaciones sexuales explícitas. Al año siguiente, en mayo de 1991, la editorial Makoki comenzó a publicar una revista dedicada al personaje, hasta que, como ya he mencionado, un problema de derechos en los que se vio inmiscuido el cantante Lokillo, rompió el tándem artístico, poniendo fin a la carrera de Torpedo.
Pero si de algo podemos estar seguros, es de que Torpedo, durante los años en los que ocupó cientos y cientos de viñetas, se embolsó además de ‘mucha guita’ dentro del cómic, multitud de buenas críticas. Y no es para menos, ya que su excelente narrativa y su espléndido dibujo lo convierten en una obra indispensable para el público adulto.
Luca Torelli es un siciliano nacido en 1903 que se ve obligado a emigrar a Estados Unidos a temprana edad. Allí, decide convertirse en un asesino a sueldo o ‘Torpedo’ que es como se conoce a estos en la jerga de la época. A partir de este momento cada capítulo se centra en alguna de sus misiones, que pueden ir desde liquidar a alguien hasta simplemente amedrentarle, aunque por el camino iremos viendo cómo este personaje juega sucio hasta con su sombra. Junto a su compañero, o más bien perro faldero, Rascal, Torpedo nos introduce hasta el tuétano de la sociedad más decrépita de la época.
Con una gran dosis de humor negro, el cómic, que está realizado en su mayoría a modo de historias cortas autoconclusivas de ocho a diez páginas, recupera el estilo noir clásico que más adelante inspiraría a otros artistas, como claramente se puede apreciar en el Sin City de Frank Miller, quien se consideró fan de la obra.

Por otro lado, el rostro de Luca es capaz de transmitir cualquier tipo de sensación sin dejar lugar a dudas. Así, este ‘galán’ italiano logra en manos de Benet mostrar odio, tristeza o placer solo con una simple viñeta, sin necesidad de una narrativa escrita que lo explique el contexto de la historia.
Torpedo se convierte así es un cómic que todo lector adulto, sobre todo el amante de la novela negra, no debe perderse. Esta es una de esas obras gráficas que sobresalen frente al resto, y no solo por su tamaño, del cual hablaremos continuación, sino por su excelente y rebosante calidad, de esa que no se encuentra todos los días.
La edición que Panini acaba de editar bien merecería una reseña aparte, no solo por haber logrado incluir en un solo tomo todas las historias de Torpedo publicadas de forma cronológica, sino porque han sabido cuidar cada mínimo detalle. Hasta ahora podíamos hablar de dos ediciones de la obra, la publicada por Toutain y la de Glénat, a las que se suma esta nueva que revisa las dos anteriores, logrando situarse por encima de ambas.

Hablamos no solo de una mejora en el sombreado, por ejemplo logrando que este capte todo el detalle que por niveles técnicos en las anteriores no se apreciaba con la misma calidad, sino también de una labor de rediseño de ciertos títulos o de la mejora de algunas tipografías. El cómic ha sido reescaneado completamente para lograr no perder ningún detalle, por ínfimo que sea. Los grandes títulos que antes ocultaban ciertos dibujos o parte de algunas páginas ahora han sido rediseñados buscando tapar lo mínimo. Cada página ha sido cuidada con un mimo exquisito, que se traduce en una edición impresionante.
Además de lo comentado, el integral ‘Torpedo 1936’ de Panini ha sido editado bajo un lujoso formato cartoné que incluye en su interior las 61 historias publicadas sobre el personaje, divididas en 720 páginas en blanco y negro, con un precio de portada de 60 euros. En su parte final podéis encontrar además un artículo de Javier Mesón, quien se encarga de la web ‘Tocata y Fuga’ en la que se puede apreciar todo el proceso de reedición.
Enrique Sánchez Abulí (Francia, 1945) inició su carrera en el mundo del cómic en los años sesenta, con la obra Hazañas Bélicas. Aprendiendo el oficio de escritor de su propio padre, pronto vimos numerosos trabajos suyos en diferentes publicaciones hasta que en 1982 publica junto a Esteban Maroto, Zodíaco, lanzando también meses después Torpedo 1936, que se publicó hasta el año 2000. Fue con esta obra con la que alcanzó la fama internacional, trabajando a partir de entonces en diferentes revistas o series, como puede ser El Jueves o Playboy.
Jordi Bernet (España, 1944) es un dibujante español que nació en una familia dedicada a la historieta. Desde que a los 13 años publicase un par de chistes en la revista Pepe Cola, comenzó su andadura como dibujante cogiendo el testigo de su padre en Bruguera, donde se encargo de ilustrar las historias de Doña Urraca. Desde aquel entonces no ha parado, siendo sus trabajos más longevos el de ‘Torpedo 1936’ (1985-2000) o la serie ‘Clara de noche’ que desde 1992 hasta el año 2011 dibujó para la revista El Jueves.
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Autores: Enrique Sánchez Abulí y Jordi Bernet.[/note]





