viernes, marzo 29, 2024

JSA de Geoff Johns y David Goyer

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Panini

Hay personajes, y momentos, que tienen tanta fuerza en el mundo del cómic que forman parte de un imaginario difícil de dejar atrás. Historias que ocurrían antes incluso de que nuestros padres naciesen, son reverenciados a pesar del paso del tiempo y los bailes de continuidad. Sin duda, los personajes que protagonizan la reseña de hoy son de esos que se han ganado a pulso el sobrenombre de legendarios.

El primer tomo publicado por ECC
El primer tomo publicado por ECC

Para entender bien el concepto que hoy manejamos, no nos queda más remedio que el viaje a la Edad de Oro, una época en la que se establecía el género de superhéroes bajo unas normas tan férreas que incluso en la actualidad siguen siendo válidas en lo básico. Narraciones ancladas en la tradición pulp servían como génesis de una mitología moderna que ha perdurado hasta el día de hoy, y con muy buena salud (no hay más que ver las cifras que manejan las producciones cinematográficas basadas en héroes de cómic para certificarlo).

Es evidente que nuestro contacto con la mayoría de estos personajes se basa en la curiosidad, en las miradas que de cuando en cuando damos a momentos tan lejanos y brumosos, como aficionados al medio. Lo cierto es que el camino de la JSA ha sido complicado, con múltiples encarnaciones, hasta el punto de que resultaron incluso incómodos a cuentas de la compleja continuidad de DC (con la que Grant Morrison está haciendo malabares en la icónica Multiverso, que no os podéis perder). La existencia de estos héroes propició en su momento la existencia de Tierra 2, donde se daba una explicación más o menos pausible para que los antiguos y los nuevos personajes de la casa tuvieran una cronología creíble. El multiverso de la casa fue el gran comodín para un juego muy interesante con las diferentes versiones de estos seminales caracteres, pero la resolutiva saga Crisis en Tierras Infinitas ponía fin a las invenciones con realidades paralelas, e incrustaba a los antiguos miembros de la JSA en el mismo universo que sus jóvenes sucesores de la LJA. Poco a poco, estos personajes perdieron el favor del público, y quedaron en un práctico segundo plano. Lo curioso es que  ciertos autores sentían la llamada de los clásicos. Los viejos héroes se negaban a desaparecer sin más. Grant Morrison se encargó de la recuperación de algunos de estos viejos peleones en su larga etapa al frente de la LJA, y llamaron la atención de toda una nueva legión de lectores. Por supuesto, la respuesta de DC no tardó en llegar, y rescató del olvido al que fue el grupo por definición de la casa. La JSA contaba de nuevo con colección propia, y además por todo lo alto. Aquellos que triunfaron en los años 30 y 40, volvían hechos unos mozos en pleno 1999.

Para el lanzamiento de la renovada cabecera, se contó con dos escritores de reconocida trayectoria. Por un lado, David S. Goyer, todo un valiente que se metía de cabeza en el mundo de la viñeta tras haber dado la campanada en el mundo del cine. De hecho, ahí es donde ha tenido sus mayores éxitos, e incluso se atrevió a dirigir la horripilante Blade Trinity. Tal vez os suene de éxitos recientes como la trilogía de Nolan dedicada a Batman o Man Of Steel de Zack Snyder. Y ya que hablamos de este tipo, voy a decir algo que creo que resulta evidente con poco que sigas su carrera; David S. Goyer ha realizado sus mejores trabajos en colaboración con otros escritores. De acuerdo, el tipo tiene talento para las tramas, es imaginativo y trabaja con eficacia elementos de acción muy visuales. Pero carece de elemento humano o sensibilidad para dar profundidad a los personajes que completen un cómic (o una película) un paso por encima del simple espectáculo. Por suerte para todos, en esos primeros compases de colección, contó con la ayuda de James Robinson. Aplausos.

Soluciones civilizadas a problemas del día a día
Soluciones civilizadas a problemas del día a día

Robinson es de esos escritores que tengo en mi top ten personal. Sólo por su monumental trabajo en Starman merece pleitesía, pero en esta colección aplica de nuevo la receta de su éxito: respeto reverencial por sus personajes y conocimientos enciclopédicos sobre la Edad de Oro. No llega a los niveles de excelencia narrativa de Starman, pero da forma a las tramas de Goyer con mucha elegancia. Lo malo, que Robinson aguantó un puñado de números, acuciado por el calendario de trabajo. El sustituto, un tipo que seguro que os suena: Geoff Johns, un jovenzuelo que daba sus primeros pasos en el cómic, proveniente también del mundo del cine, que, como sabemos ahora, estaba destinado a ser importante en el convulso mundo editorial de DC.

El plan funcionó, y enseñaron al mundo una JSA que miraba con orgullo a su pasado, pero no ignoraba el presente. A los miembros fundadores Guardián y Wildcat se une todo un plantel de héroes de nueva hornada, o revisiones modernizadas de esos conceptos de los años 40. Personajes como Doctor Destino (por el que tengo un fetichismo personal bastante serio), Hourman o Star-Spangled Kid esconden sorprendentes catas tras la máscara, que tienen lazos evidentes con anteriores encarnaciones. Lo antiguo y lo rompedor se daban la mano en una colección pensada a lo grande, que contenta al lector clásico y al consumidor de una época tan convulsa para el cómic USA como los años 90. Resultado, una gozada que mantiene un nivel más que decente a lo largo de toda su andadura.

En estos lujosos tomos presentados por ECC, Goyer y Johns se esfuerzan por dar sentido a la historia de los personajes, poniendo en orden contradicciones en sus orígenes, al mismo tiempo que manejan con inteligencia tramas que se extienden a lo largo de la colección. Algunas, se cierran poco a poco, pero otras sirven de astuto gancho, y consiguen que las aventuras de este singular grupo se transformen en todo un ascenso narrativo hacia cotas de espectáculo cada vez más llamativas. Desde la presencia de fantasmas del pasado a viajes en el tiempo hacia el antiguo Egipto, todo vale en la propuesta de Johns y Goyer. El retorno por todo lo alto de clásicos como Hawkman (cuyo origen es normalizado por estos autores tras años de bandazos acerca de la identidad real del personaje) pone de manifiesto la idea de los autores de recuperar el esplendor de una época mítica.

Lo viejo y lo nuevo se dan la mano
Lo viejo y lo nuevo se dan la mano

La JSA tendrá que hacer frente a amenazas de sabor clásico, y por las páginas de este cómic se pasearán indispensables como Mordru, Black Adam, El Existente (el héroe Halcón, corrompido por el poder absoluto, que regala algunos de los momentos más dramáticos de la colección), o una terrorífica encarnación de la Sociedad de la Injusticia dirigida por un Johnny Sorrow totalmente fuera de quicio, y bajo el dominio de algo parecido a monstruosidades cósmicas que parecen imaginadas por Lovecraft con indigestión de marisco. Incluso hubo lugar para la polémica a cuenta de la expeditiva forma en la que Rompeátomos soluciona el enfrentamiento con El Existente, y que levantó cierto debate acerca de si lo de la Justicia del nombre de este grupo era un concepto discutible.

En el último tomo publicado hasta la fecha, el protagonismo en el lado de los malos recae en otro de los clásicos enemigos de esta pandilla (sobre todo en los tiempos de Infinity Inc. Señores de ECC, una reedición de aquella etapa ya es mucho pedir, ¿verdad?), el Ultra-Humanita, que consigue reconstruir la realidad a su gusto, gracias al poder de Thunderbolt. Como es un tarado de muchos quilates, está claro que el mundo resultante es una distopía de control total, y algo tienen que decir los chicos y chicas de la JSA.

En el apartado artístico, encontramos varios nombre potentes, pero la mayoría del tiempo disfrutaréis de la presencia de Stephen Sadowsky, un tipo que sabe en que liga está jugando. Su interpretación del mundo planteado por Goyer y Johns es exquisita, y trabaja los personajes y su entorno con auténtica reverencia por el mundo clásico del que proceden. Puede que no sea el dibujante más espectacular del mundo, pero tiene recursos de sobra, talento narrativo que hace la lectura extremadamente intuitiva y sencilla, mezclado con el gusto clásico que esta colección necesita. Algo más que correcto, Sadowsky es el dibujante apropiado para que este cómic tenga personalidad propia. Mención especial a las portadas de Alan Davis, un lujo que redondea la jugada. Este señor nació para dibujar superhéroes, es así.

Alan Davis os presenta a los malosos
Alan Davis os presenta a los malosos

Ahora que el multiverso es (otra vez) una realidad en DC, es bueno mirar al pasado. De hecho, leer este cómic es una muy buena idea si estáis enfrascados en la lectura de sagas como Tierra 2 o El Fin del Mañana. De hecho, Tierra 2 se descubría como la gran sustituta de JSA en los Nuevos 52, con James Robinson como guionista, responsable de la génesis de la colección de la que hoy hablamos. El problema es que aquella colección con tan buena pinta y excelentes perspectivas ha caído en las fauces de la megalomanía editorial que, en mi opinión, es la gran lacra de la DC de hoy en día. Tipos de gran importancia como Mr. Terrific tienen su origen conceptual en esta excelente JSA, así que si sois deceitas crónicos como el que suscribe, os lo vais a pasar en grande con la lectura de estos tomos.

Palabra.

ECC publica con periodicidad algo caótica la recopilación de esta gran etapa en un formato de lujo, en tomos de tapa dura con una buena cantidad de material adicional, la mayoría artículos explicativos sobre los autores y personajes. Hasta el momento han salido a la venta 4 tomos, con precio entre los 24 y los 30 euros, dependiendo de la cantidad de material que recopilan.

[review]

[note]Wesley Dodds, el Sandman de los años 40, ha muerto en extrañas circunstancias, y a su funeral acuden tanto viejos amigos como nuevos héroes que desean presentar sus respetos. El triste acontecimiento será el catalizador de la creación de una Sociedad de la Justicia de América contemporánea donde convivirán justicieros de diferentes edades y procedencias que se enfrentarán con amenazas tan peligrosas como Mordru, Ian Karkull o Black Adam, uno de los personajes más poderosos del Universo DC.[/note]

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