La mañana del jueves en el Salón del Cómic de Barcelona se mostraba tranquila. Los pocos visitantes, en comparación con lo que se vería días después, iban dubitativos de un stand hacia otro. Mientras esperábamos a que llegara el maestro Jose Luis García López al stand de ECC Ediciones, observábamos cómo se iban formando colas alrededor de los tickets que daban acceso a las firmas. Tras unos minutos de espera llegó nuestro entrevistado, quien nos saludó de forma afable, pudiendo comprobar, solo con el intercambio de unas pocas frases, que su gran experiencia solo era comparable a su ingente humildad. Subimos al piso superior del stand de la editorial y tras una breve presentación comenzamos con la entrevista.
LCDE: Es un ejemplo de motivación, ya que a los 11 años comenzó un curso de dibujo por correspondencia. Ahora no sería algo tan difícil gracias a Internet, pero en 1959 tuvo que ser muy tedioso. Háblenos un poco de sus comienzos.
JL: Los orígenes son como los de la mayoría de dibujantes de historietas. Desde niño a uno le gusta el mundo, le gusta la historieta, primero se complace leyéndola, mirando los dibujos, y después quiere o necesita hacer lo mismo. Es como cualquier otra vocación, por lo general se empieza temprano y luego ya depende de en qué se está más puesto.
No recuerdo ya muy bien el curso, pero era para dibujo humorístico, no tenía nada que ver pero de todas maneras ayudaba. Recuerdo por ejemplo que en una de las lecciones aparecía una foto de un animador de Walt Disney haciéndose fotos delante de un espejo para ver las expresiones de los personajes humorísticos, aunque también se puede aplicar a personajes de aventuras. Así que eso fue lo que más me quedó de ese curso, la foto y ese ejemplo.
LCDE: Años después de aquel curso decidió apuntarse a la Escuela Panamericana de Arte para adquirir una base solida sobre la que trabajar, aunque ya había estado trabajado como entintador para alguna editorial. ¿Cree imposible poder llegar a dominar la disciplina de forma autodidacta?
JL: La razón por la que fui a esa escuela es porque me desengañé de que no iba a ningún lugar con la escuela por correspondencia y además no era lo mío. Aunque de todas maneras, yo seguía haciendo muestras que llegaban a los distintos “publishers” en Buenos Aires. Creo que empecé a llevarlas a los once años.
Seguramente me pasé un año más enviando muestras hasta que al final me aceptaron algo. Este trabajo fue publicado cuando yo tenía 14 años, pese a que lo había hecho un año antes con la ayuda de otro dibujante, que aunque nunca lo supo, yo le copié descaradamente. De alguna manera mis comienzos fueron mediante autoformación. Por esa época yo entré a trabajar en una editorial donde hacía de todo, era el cadete para esto y para aquello, pero también para dibujar y hacer letras o para preparar las historietas extranjeras que venían y editarlas en otro formato. Pero como me di cuenta de que no llegaba a ninguna parte, me decidí a ir a la Escuela Panamericana de Arte para ver si lograba dominar alguna técnica antes.
En definitiva, se puede, sí, pero depende también de cada individuo. En la actualidad es mucho más fácil poder llegar a hacer las cosas por uno mismo, porque además se tienen un montón de herramientas que abundan en Internet. Incluso buscas cómo dibujar anatomía, acuarela, dibujo digital, etc. vas a Youtube y encuentras algo. En cambio, aquella época era la prehistoria.
LCDE: Además de Joe Kubert por su ‘Tarzán’, ¿cuáles han sido sus principales influencias?
JL: Yo lo único que intenté en este caso, porque es muy difícil imitar a alguien que es muy superior a uno, es tratar de conservar el mismo tipo de composición de página: un cuadro grande, después pequeños “inserts” que llevaran la historia…
En cuanto a mis influencias, vienen de todos los lados. Las primeras, cuando era niño, llegaron a través de las revistas y de muchos trabajos de las editoriales americanas, aunque especialmente de las tiras de sindicato. Hablamos de obras de Jack Kirby, o historias como ‘Steve Canyon’… Primero eran esas historietas cortas que venían de DC, de Marvel o de algunas otras editoriales. Entre esas historietas había ilustraciones de Kirby, pero para mí no significaba nada el nombre, sino su dibujo.
LCDE: En 1974 emigró de Argentina a EEUU. ¿Buscaba hacerse un nombre allí o fue por la difícil situación que comenzaba a darse en su país?
JL: Emigré porque tenía la necesidad de viajar y de conocer algo nuevo. Además ya había hecho trabajos para una editorial en EEUU a través de una fuente, pero a pesar de las circunstancias que se empezaban a dar en Argentina en aquella época, la razón por la que me marché era porque era joven.
LCDE: Antes de eso trabajó con el difunto Oesterheld en la serie `Roland el corsario’, quien tiempo después fue asesinado en parte por sus trabajos. Oesterheld fue un ejemplo de que el cómic se puede utilizar como una herramienta de crítica para con la sociedad. ¿Cree que en la actualidad está desaprovechado este uso?
JL: Yo no creo que el cómic deba ser usado como una herramienta para decir algo, de hecho, no me gusta mucho la palabra herramienta. El cómic al igual que otro medio de comunicación puede ser usado para contar cualquier cosa. Pero cuando se le llama herramienta es como destinarlo a hacer un trabajo determinado, es decir que yo a través de mi trabajo voy a hacer que pienses de esta manera o de otra.
‘El Eternauta’ de Oesterheld puede ser leído de ambas maneras. El que está preparado puede llegar a entender el doble sentido o la doble intención que tiene la historia. Pero utilizar algo a propósito para conseguir ese objetivo creo que no debería ser así. Y yo no creo que Oesterheld lo hiciera por esa razón. Era un gran escritor, entretenía con su trabajo y enseñaba con él. Evidentemente era un humanista y eso se traducía en sus escritos. Él, independientemente de su ideología, tenía amor por el ser humano.
LCDE: A pesar de que su primera serie continuada para DC Comics fue ‘Hercules Unbound’, con la que se ganó el favor del público fue con Jonah Hex. ¿Qué sintió cuando vio que fue llevada al cine?
JL: Oh no, no, no… Antes ya habían hecho desastres con el personaje como cuando lo llevaron al futuro. “C’est la vie”, es la condición en la que se hacen las cosas ahora. Posiblemente antes también las hacíamos de la misma manera pero con otros medios o herramientas. Pero en la actualidad todo está al servicio de una industria más poderosa, como es la del cine, la televisión o los juegos.
LCDE: Con el genero superheroico se desenvuelve de maravilla, aunque tengo entendido que le costó algo adaptarse a ello. ¿Puede hablarnos de ese proceso?
JL: No me costó mucho. Fui aprendiendo a medida que lo iba haciendo. Tuve que aprender a dibujar anatomía, porque haciendo ‘Roland el corsario’ no necesitaba saber mucho de anatomía. Había dos o tres personajes con el torso desnudo y muchas camisas amplias, casacas y todo ese tipo de cosas.
LCDE: Después de trabajar en varias series, e incluso en la propuesta de cómics sobre videojuegos, idea que se ha vuelto a retomar en la actualidad, dejó de lado las series continuadas y se centró en miniseries, portadas o trabajos individuales. ¿Qué le motivó a ese cambio?
JL: La razón es muy sencilla: no produzco o no dibujo muy rápido. O sea, tomemos por ejemplo ‘Hércules’, que hice seis o siete historias, con ‘Tarzán’ igual, ‘Atari Force’ duré un poquito más. Todo eso era cuando las historietas tenían 17 páginas, cuando subieron a 22 y después a 24 para mí fue imposible hacer un número mensual. Así que la razón más que nada fue y es, que no tengo la capacidad como para hacer tantas páginas por mes. Al principio podía hacer incluso páginas en lápiz y tinta, pero después únicamente en lápiz. Me gusta la historieta, me gusta la continuidad, me gustaría también hacer algo que tuviera el suficiente tiempo para desarrollar los personajes pero no puedo, no tengo la capacidad.
LCDE: Posteriormente le vimos participar en trabajos como la adaptación a cómic de la película ‘Batman Returns’. ¿Qué Batman le gusta más, el de Tim Burton o el de Christopher Nolan?
JL: Son dos estilos distintos pero personalmente el de Nolan creo que es mejor. Pero eso sí, en el de Tim Burton se empezaba a ver que ya no era Batman, ya era ‘The Dark Knight’. Ya no era para que los chicos pasaran el tiempo, sino para aterrorizarlos. Yo creo que no hay que asustar al chico, sino que hay que atraerlo y se está perdiendo la futura generación a la que pueda gustarle el cómic. Todo lo que sean ideas para atraer a nuevos lectores me parece fantástico. Me invitaron hace tiempo a ver la primera de los Vengadores y salí encantando, eso es lo que tiene que hacer DC, no algo tan oscuro. De hecho todos los que trabajan en la editorial tienen gran sentido del humor.
LCDE: Otros trabajos por los que ha destacado han sido por los publicados bajo el sello ‘Elseworlds’. ¿Disfruta más con este tipo de miniseries donde vemos a los héroes en otras épocas o momentos, o prefiere las historias clásicas?
JL: Sí, la verdad es que esas son el tipo de historias en las que me gustaría repetir.
LCEE: Siendo usted como es un maestro del Hombre de Acero, ¿qué opinión le merece la película de Zack Snyder?
JL: No la he visto. El problema es que cada vez que me han invitado a la “premiere” la han puesto muy temprano y yo me levanto muy tarde. No me muero por verla, siempre hay tiempo para hacerlo en el futuro. He visto solo alguna escena suelta en televisión.
LCDE: En lo que respecta a editoriales americanas, casi todos sus trabajos han sido para DC, salvo una ficha que realizó sobre Wonder Woman y el número de la línea Amalgam dedicado al Dr. Strangefate. ¿Le hubiera gustado haber trabajado más para Marvel? Y de ser así, ¿qué personaje le hubiera gustado dibujar?
JL: Me imagino que Conan, a pesar de que no era propiedad de Marvel. Ahora bien, para cambiar un superhéroe por otro, tengo una anécdota: Mike Allen me dijo que había que hacer muchas más líneas para dibujar a Spiderman que a Superman. Aunque el Superman del ‘New 52’ ya incluye muchas más líneas.
LCDE: Actualmente se encuentra realizando guías para los productos de “merchandising” de DC Comics. ¿En qué consisten estas guías?
JL: Sí, desde el año 82 hasta el presente he estado dibujando guías para el “merchandising”. Básicamente la idea es que puedan tomar directamente lo que necesitan y usarlo sin alteraciones. El problema es que antes de haber la guía, cada cliente hacía las cosas de forma distinta y luego tenía que pasar la supervisión de Warner o DC. Pero esa guía nunca fue creada para los dibujantes de la editorial, que suelen darse malentendidos, fue creada para los productos de “merchandising”.
LCDE: Finalmente, una pregunta que hacemos a todos los autores: ¿Batman o Superman?
JL: Batman. Personalmente pienso que me ofrece más libertad dibujar a Batman que a Superman, por lo menos en la época en que yo empecé a dibujar a alguno de esos personajes, aunque es posible que en la actualidad haya más libertad para dibujar a Superman que en la época de los 70 u 80. Superman era una marca registrada, no se podía alterar nada.