
Es posible que Marcel Allain y Pierre Souvestre, los creadores del famoso criminal Fantômas, no esperaran que su personaje se trasladara con tanto éxito de las novelas al cómic, la televisión o el cine. No obstante, si hace poco os ofrecimos la reseña de la película homónima, rodada en 1964, en esta ocasión analizaremos la secuela, estrenada un año después, bajo el titulo de ‘Fantômas vuelve‘, la cual, a juicio personal, funciona aún mejor que su predecesora.

Al tratarse de una secuela, los títulos de crédito iniciales muestran unas escenas animadas que repasan los sucesos de la película anterior, a la vez que nos presentan a los integrantes del reparto. Esto supone una evidente mejora con respecto a la precuela en la que, evidentemente, no había ningún caso anterior que recordar.
Aunque Fantômas logró escapar al final del filme anterior, la ciudad está de enhorabuena, ya que suponen que el malvado criminal no se atreverá a volver. No obstante, cuando el profesor Marchard, un maestro de la hipnosis, es secuestrado todo apunta a que es obra de Fantômas, lo que se resulta ser totalmente cierto. Sin embargo, según afirma un colega profesional del hombre raptado, que responde al nombre de Lefèvre, si el criminal quiere llevar a cabo un malévolo plan sirviéndose de la hipnosis, también deberá secuestrarlo a él.
Además del comisario Juve y el inspector Bertrand, Fandor y Hélène (a los que acompaña Michou, el hermano pequeño de la chica, que ha sido expulsado del colegio por gastar una broma pesada) también quieren detener a Fantômas, así que idean un plan para suplantar a Lefèvre en un viaje que el profesor tiene planeado. La cosa se complica aún más cuando, preocupado por que Fandor eche su reputación por tierra, el verdadero hipnotizador hace acto de presencia.

Pero, como hay que emitir un juicio tan justo e imparcial como sea posible, no podemos quedarnos exclusivamente con lo bueno del filme. En la parte negativa hay que destacar que, si bien los efectos visuales del filme anterior eran de una calidad aceptable, en este caso resultan algo menos creíbles. Así, cuando vemos a los personajes montados en vehículos, se aprecia claramente que el paisaje que podemos contemplar a través de los ventanales del coche es, en realidad, una serie de imágenes proyectadas en una pantalla. No obstante, hay que tener en cuenta que estamos hablando de 1965, año que no contaba con los medios de los que disponemos en la actualidad. En relación a ello, conviene destacar la información que se ofrece al espectador al final de la película:
El rodaje de las escenas en caída libre han sido tomadas por primera vez para el cine por el cámara volador Jean-Jacques Dubourg.
Las imágenes de erupciones volcánicas se han tomado de la película ‘Les Render-Vous du Diable‘, de Haroun Tazieff
Por supuesto, si eres fan de las películas de género policiaco y las comedias, lo pasarás bastante bien con este entretenido largometraje, pero si además conoces la obra literaria de Marcel Allain y Pierre Souvestre y has disfrutado de las aventuras impresas del criminal Fantômas, sin duda esta película esta hecha para ti, aunque es preferible haber visto la precuela anteriormente, ya que, aunque el filme se entienda por sí solo, lo disfrutarás más si lo ves como parte de la saga a la que pertenece.



