miércoles, abril 24, 2024

El Videoclub: Underworld (I, II y III)

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Panini

El Videoclub: Underworld (I, II y III)

Kate Beckinsale, selene, UnderworldLos vampiros y los hombres lobos son dos de las monstruosas razas más destacadas de las historias de terror de la cultura popular. Lo habitual es que los humanos se conviertan en víctimas de sus salvajes ataques. No obstante, también existen ocasiones en que estos monstruos deciden pelearse entre ellos, como es el caso de ‘Underworld‘, la saga cinematográfica que analiza este artículo. Ahora que Guerras de sangre, su quinta entrega, puede disfrutarse en la gran pantalla, es buen momento para hacer un repaso a las películas anteriores. Sin embargo, debido a que El despertar, la cuarta parte de la saga, ya fue analizada en un artículo anterior, aquí nos dedicaremos a los tres primeros largometrajes, aunque no nos basaremos en el orden que fueron rodadas sino en la cronología de la saga. Por tanto, este análisis comenzará por la tercera entrega, que funciona como precuela de la historia:

Underworld: La rebelión de los licántropos (2009)

Kate Beckinsale, selene, Underworld

Bajo la dirección de Patrick Tatopoulos, la película, de 92 minutos de duración, está protagonizada por Michael Sheen (como Lucian), Bill Nighy (en el papel de Víktor) y Rhona Mitra (que interpreta a Sonja). También cabe destacar el breve cameo de Kate Beckinsale (que da vida a Selene).

Habían pasado dos décadas desde la creación de ambas especies. La guerra había empezado. Víktor multiplicó su ejército creando una legión de vampiros para protegerlos del primer clan de hombres lobo: una casta fiera y contagiosa, incapaz de recobrar jamás la forma humana. Hasta que nació él: Lucian. Y aunque lo más profundo de su alma le pedía que diera muerte a aquel niño, no lo hizo. Con el paso de los años, el niño se hizo mayor. Poseía una fuerza y una concentración de las que sus antecesores carecían. Víktor empezó a sacar rendimiento de la sangre contagiosa de Lucian. Aprovechándose de la sed del muchacho, explotaba su necesidad de alimentarse de humanos: los esclavos de Víktor. Y además creó una nueva raza de inmortales: licántropos. Lobos, pero también humanos. A diferencia de la anterior, esta nueva casta podía ser domada, esclavizada para proteger a sus amos durante las horas de luz. O eso pensaba Víktor hace muchísimo tiempo.

Esta introducción da paso a la película en la que los espectadores somos testigos de lo que podríamos llamar una versión especial de la mítica historia de amor de Romeo y Julieta. También aquí nos encontramos con dos seres que se aman pero pertenecen a familias rivales pero, en vez de tratarse de los Montesco y los Capuleto, aquí se refiere a los vampiros y los hombres lobo. El imposible final feliz para la relación entre Lucian y Sonja es el motor principal de este filme.

Aunque esta sea la única entrega de la saga en la que Selene no tiene un rol protagonista, la escena final del largometraje nos muestra una escena que enlaza con la siguiente película, en la que el personaje interpretado por Kate Beckinsale descubre los engaños a los que ha estado sometida durante toda su vida.

Pero deja que te cuente algo sobre tu amado padre oscuro. Fue él quien mató a tu familia, no los licántropos. Cuando llegó hasta ti, no pudo soportar la idea de desangrarte. Tú le recordabas tanto a su preciosa Sonja, la hija que condenó a muerte.

La entonación de la palabra “mentiras”, con la que Selene responde al párrafo anterior, da a entender que se avecina una gran lucha a muerte. Y que nadie será capaz de impedirlo.

El éxito obtenido por la dos entregas anteriores fue lo suficientemente grande como para que esta precuela lograra ver la luz.

Underworld (2003)

Kate Beckinsale, selene, Underworld

Len Wiseman se sienta en la silla del director para llevar a cabo este filme, de 121 minutos de duración (133 en la edición especial) protagonizado por Kate Beckinsale (como Selene), Scott Speedman (en el papel de Michael Corvin), Michael Sheen (dando vida nuevamente a Lucian), Bill Nighy (repitiendo como Víktor) y Shane Brolly (que se mete en la piel de Kraven).

La guerra se había estancado en un abrir y cerrar de ojos. Lucian, el más temido y despiadado líder que jamás había gobernado el clan licántropo, finalmente había sido asesinado. La horda de licántropos se dispersó como el viento en una sola noche de llamas y justo castigo. La victoria, al parecer, estaba a nuestro alcance. El mismísimo derecho natural de los vampiros. Habían pasado casi seis siglos desde esa noche. Y, aún así, la antigua y sangrienta enemistad demostraba no estar dispuesta a seguir a Lucian a su tumba. Aunque los licántropos eran inferiores en número, la guerra se había vuelto más peligrosa, ya que la luna no iba a contener su influencia por mucho más tiempo. Más viejos y más poderosos, los licántropos ahora eran capaces de cambiar a voluntad. Las armas habían evolucionado, pero nuestras órdenes eran las mismas: cazarlos y exterminarlos uno por uno. Una campaña de lo más exitosa. Quizás demasiado exitosa. Para aquellos como yo, una guerrera de la Orden, eso señalaba el fin de una era. Al igual que las armas del siglo pasado, nosotros también nos volveríamos obsoletos. Una pena, porque vivía para ello.

En la primera entrega que se rodó de la saga, la encarnizada enemistad entre los vampiros y los hombres lobo se encuentra en todo su apogeo. Aunque Selene es una de las mejores luchadoras dentro del clan de los chupasangre, tras descubrir que todo su pasado está lleno de mentiras, se encuentra en medio de una guerra entre dos bandos, sin llegar a sentirse parte de ninguno. El regreso de Lucian y la aparición del joven doctor Michael Corvin, al que los licántropos pretenden apresar a toda costa, añaden aún más tensión a una situación ya complicada de por sí.

Aunque no puedo predecir el futuro, las consecuencias de esa noche repercutirán en ambas comunidades durante los años venideros. Dos vampiros mayores fueron asesinados, uno con mis propias manos. Pronto, Marcus subirá al trono. Y una corriente de ira e injusto castigo se extenderá en la noche. Las diferencias se dejarán a un lado, se formarán alianzas. Y pronto me convertiré en la presa.

Este párrafo sirve de punto final a una película que no estuvo exenta de controversia, ya que se enfrentó a problemas de violación del copyright de diversos juegos de rol y novelas.

Underworld: Evolution (2006)

Kate Beckinsale, selene, Underworld

La película, de 106 minutos de duración, vuelve a estar dirigida por Len Wiseman, y Kate Beckinsale, Scott Speedman, Bill Nighy, Shane Brolly y Michael Sheen regresan en sus papeles habituales dentro de la saga. No obstante, también contamos con caras nuevas, como es el caso de Derek Jacobi (como Alexander Corvinus) y Brian Steele (en el papel de William Corvinus).

Hace ocho siglos, ignorada por la humanidad, se germinó una sangrienta enemistad mortal ente una clase dirigente de vampiros y una legión rebelde de hombres lobo, llamados licántropos. Según la leyenda, la guerra empezó con dos hermanos, los hijos inmortales de Alexander Corvinus. Marcus, mordido por un vampiro, se convirtió en el líder de sangre de los vampiros. William, mordido por un lobo, se convirtió en el primero y más poderoso de todos los licántropos.

Los primeros minutos del filme nos trasladan al año 1202 a.C. En ellos, los espectadores asistimos a los acontecimientos narrados en el párrafo anterior.

Durante seis siglos, fui una soldado leal del clan de los vampiros. Pero, me traicionaron. La guerra no era lo que parecía. En una sola noche, las mentiras que habían unido a nuestra especie se habían desenmascarado. Kraven, nuestro segundo al mando, había formado una alianza secreta con Lucian, el gobernante del clan de los hombres lobo, para derrocar a Víktor, nuestro líder. Pero la sed de poder y dominación de Kraven había fracasado. Víktor no era el salvador que me habían vendido. Nos había traicionado a todos. Pronto empezará la caza de su asesina. Solo me queda un aliado: Michael, el descendiente humano de Corvinus. Ni vampiro, ni licántropo, sino un híbrido. Solo es cuestión de tiempo que nos encuentren. Ahora, la única esperanza que me queda es despertar a Marcus, el último patriarca que nos queda, y revelar la verdad antes de que Kraven intente matarle, mientras aún sigue en hibernación. Kraven sabe que no puede competir con él una vez despierto.

Ya en la actualidad, tras el párrafo anterior, continua la guerra de Selene contra su propia especie, después de haberse encargado de castigar mortalmente las mentiras de Víktor. La protagonista solo cuenta con la alianza de Michael Corvinus, que se ha revelado como un híbrido que no forma parte de ninguna de las dos especies. Aunque Selene piensa que su única oportunidad es despertar Marcus, último patriarca de los vampiros, el chupasangre está más interesado en el paradero de la tumba de su hermano William, al que pretende devolver al mundo de los mortales.

El destino nos deparó un capítulo desconocido. Las líneas que dividían a los dos clanes ahora se han desdibujado. El caos y las luchas internas son interminables. Lo único seguro es que aún nos espera la oscuridad. Pero ahora, por primera vez, miro hacia la luz de una nueva esperanza.

Si eres seguidor de ‘Underworld‘, aunque las dos películas siguientes (con la última de ellas aún en cartelera) pongan punto final a la saga, puedes quedarte tranquilo, ya que, aprovechando que hexalogía de ‘Resident Evil‘ también llega a su final, se está barajando la posibilidad de fusionar ambas franquicias en una serie de nuevas películas que pretende hacer las delicias de todos los fans de los vampiros, los hombres lobo y los zombies.

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CRÍTICA

Underworld: La rebelión de los licántropos
Underworld
Underworld: Evolution

RESUMEN

Las tres primeras películas de la saga 'Underworld'

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