
Lo que de verdad gana la atención de los mismos es, en cambio, la interacción estratégica entre protagonistas y antagonistas, más en un manga de baloncesto o, más globalmente, en una obra de deportes de equipo como esta. En otras palabras, cada equipo ostenta una o varias características en la que es superior a su rival, y dependiendo de cómo de bien las utilice saldrá victorioso del enfrentamiento o no.
Pero recapitulemos. ‘Kuroko no Basket’ relata cómo Kuroko y Kagami, jugadores de primer año del equipo de baloncesto del instituto Seirin, se plantean derrotar a los jugadores de ‘la Generación de los Milagros‘, el antiguo cinco inicial del instituto Teiko, en el cual Kuroko era el sexto jugador fantasma, que arrasó en los torneos de la escuela secundaria. Al acabar la secundaria, cada uno de esos cinco fue a un instituto diferente. En consecuencia, todos compiten entre ellos para saber quién es realmente el mejor.

Y no solamente eso: lo lograron reservando a Kagami y Kuroko para el próximo encuentro, que se celebra el mismo día. Ciertamente, era una decisión arriesgada pero necesaria, ya que su próximo rival es otro de los ‘Tres Reyes de Tokyo’, Shutoku, que ha fichado a otro miembro de ‘la Generación de los Milagros’, Midorima Shintaro, quien ya fue brevemente presentado en el segundo tomo. Experto en lanzamientos de tres y con un carácter también muy marcado, será todo un rival a batir.

El presente volumen pone de manifiesto un aspecto importante de ‘Kuroko no Basket’, y es que Tadatoshi Fujimaki, autor de la colección, sabe cómo plantear obstáculos de muy diversa índole. De este modo, el partido contra Kaijo y Kise Ryota era la coyuntura más parecida a algo similar a “juntos somos más fuertes“. Es decir, Kuroko y Kagami no podían vencerle por separado, pero sí lo hicieron juntos.
A continuación, el jugador exótico africano extremadamente alto supuso para Kagami un nuevo prisma, que se podría resumir como “combate con tus propias armas“. En otros términos, en un duelo de altura siempre saldrá perdiendo, pero con una buena presión fue posible frenarle. Seiho, por último, prueba que un buen estudio del rival y su método de juego es crucial para ganar el partido.

Por otro lado, y sin desvelar mucho, en este tomo también se sigue desarrollando de forma más intensa la subtrama iniciada ya en el segundo volumen relativa a los dos protagonistas. Esto es, qué ocurriría cuando Kagami alcanzara un nivel similar al de ‘la Generación de Milagros’. En esencia, debido a determinados factores, Kuroko no es tan útil en este partido como lo ha sido en otros, lo que alterará sustancialmente la relación entre ambos.
En el apartado gráfico, poco más hay que añadir a lo mentado con anterioridad: tanto la narrativa como el estilo se mantienen. Esto es, los partidos son dinámicos y fáciles de seguir, los rostros reflejan adecuadamente las expresiones faciales…Respecto a la edición, Ivréa recopila el cuarto volumen de la obra en un tomo rústica de 200 páginas por 8€. En resumen, este es sin duda el volumen más interesante a nivel argumental hasta ahora: se nos muestra a un Kagami mucho más individualista y la tensión del partido se puede palpar en todas y cada una de las páginas.
[note]
El instituto Teiko era conocido por contar con el mejor equipo de baloncesto, con cinco miembros apodados «Generación de los Milagros». Pero muchos desconocían la existencia de un sexto jugador de gran importancia para el resto de los de su equipo: Tetsuya Kuroko. Él, recien mudado, decide apuntarse al equipo de baloncesto de su nueva escuela, Seirin. Junto a él, estará Taiga Kagami, un «rookie» que ha vivido en USA y cuenta con un físico impresionante. Juntos se marcan como objetivo llevar a lo más alto al equipo de baloncesto de la escuela Seirin, así como derrotar a todos y cada uno de los miembros de la vieja «Generación de los Milagros» en sus nuevos equipos.[/note]



