Si hay una verdad que nadie puede negar, sea amante o no del género, es que los monstruos clásicos del mundo del terror nunca pasan de moda y, en los tiempos que corren ahora, los muertos vivientes son los que cuentan con más adaptaciones, sobre todo en cine, gracias a largometrajes como ‘Guerra mundial Z’ (2013), o en televisión, ampliamente demostrado por productos similares a la adaptación a serie del cómic ‘The walking dead’ (2010 – 2018). Por tanto, no es de extrañar que la factoría Disney también haya querido aportar su granito de arena, aunque sea en una faceta mucho menos terrorífica de lo que estamos acostumbrados. El resultado final es la película que analiza este artículo: ‘Z-O-M-B-I-E-S‘.
Bajo la dirección de Paul Hoen, este filme, de 94 minutos de duración, rodado en Toronto, fue estrenada este mismo año en el canal Disney Channel y está protagonizado por Milo Manheim (como Zed), Meg Donnelly (en el papel de Addison), Trevor Tordjman (que interpreta a Bucky), Kylee Russell (que encarna a Eliza), Carla Jeffrey (que da vida a Bree), Kingston Foster (que se mete en la piel de Zoey) y James Godfrey (que hace de Bonzo).
La tranquila y pacífica vida a la que están acostumbrados los habitantes de Seabrook, sufre un cambio radical cuando, debido a una explosión accidental en la central eléctrica, parte de la población es afectada por una neblina verde que los convierte en zombies. Como remedio preventivo, los supervivientes, en principio, deciden levantan un muro para mantener a raya a los muertos vivientes, hasta que el gobierno toma la iniciativa de crear unas pulseras que transmiten tranquilizantes pulsos electromagnéticos para evitar que los zombies tengan antojos de comer cerebros, lo que les permite convivir con los humanos. Sin embargo, no todo el mundo esta contento con esta idea. La situación se agrava aún más cuando el zombi Zed y la humana Addison comienzan a sentir una mutua atracción.
El prólogo de la película ‘Z-O-M-B-I-E-S‘ es mostrado a través de escenas dibujadas, lo que da a la principio del filme una estética de cómic que, pese a no tratarse de la adaptación de ningún tebeo, funciona bastante bien. Además, el hecho de que sea un producto de la factoría Disney, principalmente dirigida a los niños, aporta un nuevo enfoque a la temática zombi, que evita caer en el cliché de centrarse en unos humanos que huyen despavoridos de los muertos vivientes que quieren comerles el cerebro. Otro aspecto que demuestra la pertenencia de este producto a la compañía del ratón Mickey es el hecho de que haya una moraleja que envuelva a la historia. Y es que, por desgracia, hoy en día sigue siendo necesario recordar a las mentes más intransigentes que no está bien marginar ni burlarse de la gente diferente por el simple hecho de que no sean como tú.
Por supuesto, si queremos ser honestos, también tenemos que dejar constancia de los aspectos negativos del filme, sobre todo si ves la película sin conocimiento del género al que pertenece porque, aunque la temática zombi destaca por sí misma, nos encontramos ante un musical, lo que sabemos que conlleva el hecho de que los personajes se pongan a cantar y a bailar, sea por el motivo que sea, lo cual puede llegar a saturar al espectador.
Afortunadamente, pese al excesivo número de temas musicales, las coreografías resultan bastante logradas, lo cual no debe de extrañarnos, ya que fueron ensayadas por los actores durante todo un mes, en el que cada semana se cambiaba de coreografía, con el fin de que el reparto no se acomodase en un solo baile y dominase a la perfección cada uno de ellos.
Como ya habrás podido notar por las imágenes que acompañan al artículo, los muertos vivientes de ‘Z-O-M-B-I-E-S‘, pese a tener controlados sus impulsos de comer cerebros gracias las pulseras especiales citadas anteriormente, destacan por tener la cara tan pálida como es de esperar en este tipo de seres y el pelo verde, quizás debido a que se trata del color de la neblina que los infectó, lo que les da cierta similitud visual con el Joker de DC. Debido a ello, tanto Milo Manheim, Kylee Russell, Kingston Foster y James Godfrey como el resto de actores que encarnan a zombies tuvieron que someterse a diferentes procesos de coloración hasta que se alcanzó el tono de verde deseado.
Esta claro que ‘Z-O-M-B-I-E-S‘ no es ninguna superproducción, pero siempre hay que tener en cuenta el tipo de público al que está destinado el proyecto. Por tanto, si tenemos claro lo que nos vamos a encontrar y somo tolerantes con el exceso de temas musicales, podemos calificar esta película como un producto simpático, que sortea algunos clichés (como el de evitar el clásico triángulo amoroso, además de lo ya mencionado sobre la huida de la temática zombi habitual), que aún disfrutarás más si lo ves acompañado por los pequeños de la casa.