Analizamos el tomo ‘Jupiter’s Legacy 2’ de Mark Millar y Frank Quitely, publicado por Panini Comics
Superhéroes con mayúsculas
Hace unos años los señores Mark Millar y Frank Quitely sorprendieron con la publicación de una obra que se colocaba automáticamente en el Olimpo de los cómics de género superheroico, ‘Jupiter’s Legacy’ (sin nada que ver con la película de las hermanas Wachowski bautizada como ‘Jupiter’s Ascending’). Ahora, gracias de nuevo a Panini Comics, podemos por fin dar por terminada la larga espera y disfrutar ya de la lectura de su segunda entrega que nos llega bajo el nada sorprendente título de ‘Jupiter’s Legacy 2’…
La resistencia contraataca
En el primer libro de ‘Jupiter’s Legacy’ se nos presentaba un hecho de vital importancia ocurrido en el año 1932 que cambiaba de forma radical la historia de la civilización a partir de ese momento. En esta ucronía, el aventurero Sheldon Sampson, su hermano Walter Sampson y un grupo de compañeros llegaron a una misteriosa isla, muy parecida a la Isla Calavera de ‘King Kong’, y lo que allí descubrieron les otorgó a todos los poderes de un dios. A partir de ese momento, los viajeros se convierten en unos superhéroes pulp que tratan de traer la paz al mundo durante décadas. Sus descendientes biológicos heredaron, en mayor o menor medida, este don. Sin embargo, estos hijos del verano criados con todas las ventajas del mundo no están tan dispuestos sacrificarse por la humanidad, y suelen perder el tiempo en tareas más banales y lúdicas.
Sin embargo, todo cambia cuando las tiranteces existentes entre los poderosos llegan a un punto de no retorno y tanto Sheldon (conocido en su papel de superhéroe como Utopian) como su querida esposa Grace Kennedy Sampson (Lady Liberty) son asesinados por Walter (Brainwave) y por el propio hijo de la pareja, Brandon Sampson. A partir de este momento, esta nueva especie pretende dejar de servir a la humanidad para pasar a controlarla. Se acabó el no meterse en política y centrarse tan solo en intervenir allá donde su ayuda es requerida. Curiosamente, este punto de partida puede recordar mucho a lo que ocurrió en la serie de Wildstorm ‘The Authority’, que contó en su momento tanto con los guiones de Mark Millar como con el dibujo de Frank Quitely.
Obviamente, no todos los superhéroes se acaban aliando con el malcriado Brandon y su tío Walter. Entre la resistencia encontramos a Chloe Sampson, hermana de Brandon, a su novio “Hutch” Hutchence, hijo del primero héroe y después más grande supervillano de todos los tiempos, Skyfox, y al hijo de ambos, Jason Hutchence, que cuenta con un inmenso poder comparable tan solo al de su abuelo materno Utopian. Tras un tiempo viviendo en la clandestinidad, es hora de empezar a reunir un ejercito para acabar con la tiranía de los superheroes. Por suerte o por desgracia, los únicos reclutas disponibles para esta labor son los supervillanos que todavía quedan en la Tierra…
Millar en su apogeo
Los lectores acostumbrados a leer historias de Mark Millar probablemente no se sorprendan demasiado de lo que se van a encontrar en este tomo. La ultraviolencia, la molonidad por bandera y los giros inesperados son las señas de identidad de este guionista, y aquí nos vamos a encontrar paladas de esto. A Millar tampoco le cuesta nada meterse en terreno político a la hora de tratar ciertos temas. Quizás lo realmente reseñable de la historia de ‘Jupiter´s Legacy’ es que sencillamente aquí lo hace todo al máximo nivel y que está desarrollando una historia a largo plazo, algo que hace mucho que no le vemos hacer, ya que la mayoría de los títulos de su Millarworld están compuestos de un único arco de media docena de números.
La saga familiar de tres generaciones desarrollada aquí está muy bien escrita y logra dotar de personalidad a unos personajes a los que no tiene tiempo para explorar en exceso. Tal es así que ante la muerte de alguno de ellos me he encontrado cabreado como lector, y eso teniendo en cuenta que hablamos de una colección que lleva tan solo diez números publicados entre el primer volumen y el segundo, es algo realmente meritorio.
Puede que a veces aquí Millar sea un poco tramposo (todo lo tramposo que se puede ser en un universo en el que básicamente todo es posible), pero el efectismo que logra con los ases que se saca de la manga a la hora de jugar con los poderes de sus personajes es algo digno de alabanza. Y es que no se puede negar que el autor es un gran vendedor de humo, pero qué humo tan maravilloso vende…
Frank Quitely desatado
Y si la historia de ‘Jupiter’s Legacy’ es una de las mejores cosas que el guionista escocés ha escrito, de la misma forma es también una de las mejores cosas que su compatriota Frank Quitely ha dibujado. Cada maldita viñeta de este tomo esta dibujada de forma brillante. Bien es cierto que al estilo de Quitely se le puede echar en cara que sus niños parecen padecer el síndrome de Werner y que sus mujeres tienen rasgos levemente alienígenas, pero todo eso da igual porque este tío está ahora mismo en lo más alto de su carrera, y lo único que sabe hacer es dejarte con la boca abierta con su trabajo.
No se trata tan solo de su increíble habilidad para dibujar de forma clara y limpia imágenes de lo más complejo. Quitely brilla tanto en momentos de acción como en primeros planos o en conversaciones intrascendentes. Y el uso de toda clase de espectaculares recursos narrativos para contar una determinada acción es asombroso. Es realmente impresionante, por ejemplo, cómo es capaz de mezclar en una batalla el uso de poderes físicos con el de unos poderes mentales altamente complejos y que el lector sea capaz de comprender todo lo que está ocurriendo sin la utilización de textos de apoyo o de diálogos que expliquen la acción. Si hacia falta un dibujante a la altura para que esta obra fuera completamente redonda, la elección no podría haber sido mejor en ningún caso.
Con Netflix en el punto de mira
Tras el acuerdo alcanzado entre Mark Millar y la plataforma Netflix para la adaptación a imagen de real de las historias del Millarworld (ya en la contraportada de este tomo nos encontramos con el logotipo de Netflix) es muy posible que de aquí a unos años nos encontremos con series de televisión muy potentes basadas en sus guiones, y ‘Jupiter’s Legacy’ tiene todo lo necesario para convertirse en un gran éxito mediático. Y ojo, que si lo publicado hasta ahora ya es excepcional, aún nos queda más ‘Jupiter’s Legacy’. Este segundo tomo cierra por así decirlo la parte más terrenal de la historia, pero deja claro por donde van a ir los tiros en el tercer (¿y último?) libro de esta serie. Y el hype no puede ser mayor…
El tomo ‘Jupiter’s Legacy 2’ publicado por Panini Comics en tapa dura contiene 136 páginas a color con un tamaño de página de 18 x 27.5 cm e incluye la traducción de los números del #1 al #5 de la edición americana de ‘Jupiter’s Legacy 2’ así como las portadas originales de todos ellos. El precio de venta recomendado es de 15 € y se puso a la venta en junio de 2018.
Mark Millar
Nacido en Coatbridge, Escocia en 1969. Se trata de uno de los más aclamados y exitosos autores del cómic estadounidense actual, guionista de algunas de las series de mayor éxito de crítica y público de los últimos años, como ‘The Authority’, ‘The Ultimates’, ‘Superman: Hijo Rojo’ ó ‘Civil War’. Su popularidad no es menor que la controversia que suscitan sus historias, repletas de sexo y violencia con tintes de humor negro, en las que trata provocativamente temas de política y de sociedad así como otros más personales, mezclando continuamente el drama y la acción dramática más desenfrenada.
Muy reconocido en el ámbito más allá del cómic debido a la íntima relación que ha establecido en los últimos años con Hollywood tras las adaptaciones cinematográficas de sus obras ‘Wanted’, ‘Kick-Ass’, ‘Supercrooks’ ó ‘The Secret Service’.
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‘Jupiter’s Legacy 2’
¡Aquí está! La segunda parte de la alucinante serie de Mark Millar y Frank Quitely.
Hutch y Chloe han salido a la luz con su hijo Jason para reunir una fuerza de contraataque a lo largo del mundo. Descubre lo que ocurre en un mundo en que los superhéroes han tomado el control… y todo se ha ido al infierno.
Guion: Mark Millar
Dibujo: Frank Quitely
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