Original adaptación cinematográfica del famoso cuento de La bella y la bestia
Origen de La bella y la bestia
El origen de la conocida historia de La bella y la bestia, cuento de hadas tradicional de Francia, no está muy claro, aunque existe la creencia de que está basado en la historia Cupido y Psique, uno de los relatos que se pueden leer en el libro El asno de oro, que Apuleyo escribió en el siglo II d.C.
Como ocurre con muchas historias de índole similar, este cuento ha sido adaptada al cine en numerosas ocasiones, como es el caso de la famosa versión animada que realizó Walt Disney en 1992, cuyo éxito propició la aparición de dos secuelas, las cuales vieron la luz en el mercado doméstico, y una live action que triunfó en las salas cinematográficas en 2017.
En todas las ocasiones, la moraleja de la historia era que la belleza se encuentra en el interior. Sin embargo, en esta ocasión, vamos a centrar nuestra atención en una muy libre adaptación que surgió en 2009, cuyo análisis puedes leer a continuación:
Análisis de la adaptación La bella y la bestia
Bajo la dirección de David Lister, esta película, de casi hora y media de duración, está protagonizada por Estella Warren (como Bella), Rhet Gilles (en el papel del conde Rudolph), Victor Parascos (que interpreta a Bestia / Maximiliam XIV), Vanessa Gray (que encarna a Helena) y Tony Bellete (que se mete en la piel de Otto). También es justo hacer mención a la actuación de Alex Kuzelicki (que hace de troll).
Todos conoceréis la antigua leyenda de La bella y la bestia. En este lugar yo solía ser la ley, me llamaban Sheriff Otto y conocía a la bestia. Lo que me gustaría contaros es que lo que pasó en realidad fue mucho, mucho más terrorífico de lo que cualquier narrador admitiría jamás. Todo comenzó en el palacio real, donde el rey Maximiliam yacía moribundo.
Este párrafo, narrado en primera persona, sirve de introducción a la historia, ya que, como el mismo Otto nos comenta, sera él quien nos devele la verdadera leyenda oscura que, según él, había quedado edulcorada hasta ahora.
Al estar el rey Maximiliam XIII a punto de morir y no tener ningún hijo vivo que lo suceda, son varios los nobles que desean acceder al trono, entre los que destaca el despiadado conde Rudolph. Mientras suceden estos acontecimientos, la vida de la joven Bella, hija de una lavandera, queda trastocada cuando se encuentra cara a cara con la deforme Bestia y siente amenazada su vida por la ballesta de dicho monstruo.
Al conocer la noticia, el malvado conde Rudolph decide usar dicha información en su favor, ya que considera que, si es capaz de capturar y matar a ese horrible ser, logrará ascender al trono sin problemas, sobre todo gracias a contar con la ayuda de la bruja Helena y su troll. No obstante, las cosas se complican cuando el conde Rudoplh descubre el oscuro secreto que rodea a Bestia.
Al final del filme, recordando el discurso final de paz que pronuncia el rey Maximiliam XIV, tras casarse con Bella, Otto despide la película con estas palabras:
Y cumplió exactamente lo prometido. Mientras la pareja gobernó hubo paz y prosperidad. Y también dos insólitas estatuas que recordaban al pueblo lo afortunado que era.
Por supuesto, al no tratarse de una versión de Disney, la película no se encuentra salpicada por los habituales números musicales que son característicos de todos los largometrajes de la compañía del ratón Mickey, lo cual es de agradecer. Y es que, de hecho, pese a titularse La bella y la bestia, está claro que no se trata de un filme para niños. Por tanto, su calificación por edades, para mayores de 16 años, es más que lógica, ya que la película no muestra ningún reparo en ofrecernos escenas tan macabras como lo son las decapitaciones, las extremidades arrancadas o los cuerpos desgarrados, por citar algunos ejemplos.
Por tanto, la conclusión es bastante sencilla: si decides dar una oportunidad a esta película pensando que vas a ver una adaptación fiel a la historia original, lo mejor es que escojas cualquier otra de las diversas versiones existentes. Sin embargo, si lo que prefieres es darle un giro de tuerca al argumento clásico y conocer otra forma de contar la famosa historia de La bella y la bestia, esta es, sin lugar a dudas, la opción adecuada. En cualquier caso, independientemente de su fidelidad a la historia original, se trata de una película que se puede disfrutar y, casi seguro, te hará pasar un rato entretenido, que es lo menos que se le puede pedir a cualquier filme.
