La saga Kiseki, o Trails, tiene una larga trayectoria en el mundo de los JRPGs. De hecho el capítulo del que vamos a hablar en este análisis es el octavo de la saga. Empezar así quizás echa para atrás a gran parte del público, pero no os preocupéis, esta entrega está pensada para nuevas incorporaciones. Antes de pasar a la acción, eso sí, os introduciré un poco a este mundo.
Nihon Falcom, la compañía encargada de toda la saga, publicó a finales de los 80 una saga de juegos llamada Dragon Slayer, con un montón de títulos interconectados. En 1991 se lanzó para PC Engine Dragon Slayer: The Legend of Heroes, abandonando después de esta entrega el título principal. Después de unas cuantas entregas apareció la subsaga Trails, conocida también como Kiseki (por su nombre japonés), una colección de títulos muy ligados entre sí que conforman, quizás, una de las tramas más complicadas, bien hiladas y espectaculares del mundo de los videojuegos. Dentro de la saga Trails existen colecciones de títulos que suceden en un mismo continente, como por ejemplo los 3 primeros juegos, titulados Trails in the Sky, juegos que han sido lanzados originalmente en PSP y más tarde en ordenador y PSVita con algunas revisiones. También para PSP, aunque no salieron de Japón, apareció la duología de Trails of Zero y Trails of Azure, para dar paso a los juegos que nos ocupan, Trails of Cold Steel.
Como decía, esta vez vamos a hablar de Trails of Cold Steel, su tercera entrega. Esta subsaga la forman 4 juegos, aunque como también decía más arriba, esta tercera parte está pensada como un punto de entrada para el jugador nuevo. Es cierto que puedes perderte muchas referencias, aunque hay muchos resúmenes de eventos en el propio juego y muchísimas referencias que te van explicando durante la partida.
Cabe mencionar que este análisis está hecho a partir de la versión de Switch, cuyo lanzamiento es el primero de la saga en una consola de Nintendo. Gracias a ello, esta edición cuenta con todos los DLCs que aparecieron en Playstation 4.
Nos encontramos en un nuevo comienzo, una nueva Clase VII, aunque con un instructor conocido, Rean, uno de los protagonistas del anterior juego. El juego empieza de manera muy similar a la primera entrega, con un montón de guiños para los que vienen de antes y para los nuevos, repiten la fórmula que tan bien ha funcionado. Los combates, por turnos, se han rehecho de manera que son todavía más dinámicos y la acción es desenfrenada en cada combate. Otro cambio notable en Switch respecto al juego original es a nivel visual, que obviamente se ve un poco peor que en Playstation 4, aunque sin lugar a dudas este es el port definitivo, pues además de la portabilidad de Switch, cuenta con un framerate estable menos en algún caso puntual pero que se siente súper suave en todo momento. Quizás uno de los añadidos más interesantes es el modo rápido, pudiendo recortar el tiempo de los combates considerablamente. También contamos con audio dual, algo que a los fans de la animación japonesa les encantará.
A pesar de haberme pasado ya el juego en su plataforma original, el juego me ha exigido más de 100 horas para superarlo, más de 200 horas si queréis todos los retos y desbloqueables.
El juego solo tiene un problema, y es que de momento, solo está anunciada la 4a parte, no así las dos primeras. Es de entender que dependiendo de lo que venda, llegue el resto de la saga, aunque tengo mis dudas de que sea una buena estrategia empezar por este a pesar de lo comentado anteriormente. La saga fue concebida en portátil en Trails in the Sky y su vuelta a esta manera de jugar le sienta como un guante, esperemos que tanto los nuevos como los viejos visiten la portátil de Nintendo para que la disfrute cuanta más gente mejor.
En definitiva, Trails of Cold Steel III es el mejor de la subsaga Cold Steel hasta el momento, y nos prepara para un final apoteósico como nos tiene acostumbrado Falcom. El salto a Switch le sienta divinamente, aunque no exento de algunos problemas puntuales. Si no sabéis si meteros de lleno en la saga, este juego es el gran ejemplo de qué os espera; combates clásicos por turnos con una gran profundidad, cientos de horas con muchísimo por hacer y una historia que ya es historia de los videojuegos.
