Una de las críticas recurrentes de Solo: Una historia de Star Wars a menudo implica la dificultad de aceptar a alguien que no sea el actor original que dio vida al famoso contrabandista galáctico, Harrison Ford, en el papel principal de la película. En su día incluso hubo una campaña en redes sociales para que el prácticamente desconocido Anthony Ingruber consiguiese el papel tras la publicación de un vídeo en el que le imitaba. Imaginar a un joven Ford sustituyendo a su protagonista Alden Ehrenreich es un poco más fácil ahora, gracias a algunas técnicas avanzadas de edición y síntesis de imágenes.
Un YouTuber conocido como Shamook ha incorporado la cara de Ford al cuerpo de Ehrenreich, y el resultado es bastante sorprendente. Este vídeo de deepfake fue publicado ayer, y nos permite vislumbrar lo que podría haber sido… si tan solo Harrison Ford tuviera algo más de 40 años menos.
Al superponer la cara de Harrison Ford a la actuación del propio Ehrenreich, podemos ver lo que hubiera sido que un Ford más joven se reuniera con Chewbacca, y conociera a los personajes de Thandie Newton y Woody Harrelson, pero el vídeo también ilustra lo bien que Ehrenreich imita los manierismos de Ford. “Esto realmente muestra lo buena que fue la actuación de Ehrenreich – las expresiones faciales, la cadencia del habla, el lenguaje corporal y otros gestos coinciden perfectamente con lo que Ford habría hecho”, ha manifestado un usuario de YouTube en los comentarios del vídeo.
Y también es interesante que Harrison Ford no es el único en ser sustituido digitalmente en este video, ya que Donald Glover también es reemplazado por Billy Dee Williams en el papel de Lando Calrissian. Aunque este cambio no parece tan natural comparado con el de Han Solo, en su mayor parte funciona. Y no podemos negar que uno disfruta viendo a los dos juntos en la pantalla.
No es la primera vez que la cara de un actor se inserta digitalmente en la saga galáctica ideada por George Lucas, aunque esta ocasión proviene de una fuente ajena al contrario que las apariciones del Gran Moff Tarkin o la Princesa Leia en Rogue One: Una historia de Star Wars. Del mismo modo, tampoco es la primera vez que los profesionales de la inteligencia artificial utilizan software de aprendizaje profundo para poner el rostro de los famosos en el cuerpo de otras personas sin su permiso.