A simple vista la diferencia más llamativa sin darle al play. De 121 minutos del montaje de la cinta original de Joss Whedon a los 242 minutos del de Zack Snyder. Esto evidencia la capacidad narrativa que tienen ambas y como una misma historia tiene dos propuestas tan diferentes hacia un mismo público.
En cuanto a su banda sonora es una clara muestra de intenciones por parte Snyder. Del desplante de Warner Bros a Junkie XL, al cual sustituyeron por Danny Elfman para el montaje de Whedon, a su regreso tras que haber participado en Batman v Superman: El amanecer de la Justicia y tener una sinergia especial con Zack. Un regreso palpable desde el primer momento.
Vuelen los acordes guitarreros más salvajes, melodías rasgadas con violencia con temas mucho más agresivos. La selección musical tiene más gancho y resulta mucho más cuidada en este nuevo montaje. Nick Cave partiendo la pana en contraposición de un Leonard Cohen más soporífero, salvo en el tema instrumental final, cuando podemos ver en pantalla el recuerdo de un padre a su hija. ¿Por qué esta elección? Era uno de los temas favoritos de Autumm, la hija fallecida de Snyder. Un tema instrumental emotivo.
