Te traemos nuestra crítica de Cinderella, la versión de Cenicienta que podrás ver en Amazon Prime Video desde hoy mismo
Cinderella Llega a Amazon Prime Video, una nueva versión del cuento de Cenicienta, escrita y dirigida por Kay Cannon, guionista de varios capítulos de Rockefeller Plaza o de las dos últimas entregas de la saga Dando la nota, en la que es su segunda película en cuanto a dirección tras #SexPact (2018). Vamos a ver qué nos ofrece esta revisitación del conocido cuento.
Ella (que es como se llama realmente nuestra protagonista), vive en una pintoresca aldea en la que todos los habitantes son fantásticos bailarines y cantantes. Ella vive en una enorme cabaña con su madrastra Vivian (Idina Menzel) y sus hermanastras Anastasia (Maddie Baillio) y Drizella (Charlotte Spencer). En esta nueva versión, Ella es una aventajada modista, y desarrolla tanto sus diseños como sus vestidos en el (nada frío) sótano de la cabaña, acompañada de sus tres amigos ratoncitos parlanchines, interpretados por James Corden, Romesh Ranganathan y James Acaster.
Por otro lado tenemos al encantador príncipe Robert (Nicholas Galitzine) que intenta eludir la obligación de casarse ordenada por su padre, un patético aunque divertido Rey Rowan (Pierce Brosnan), cuyo único punto de sentido común parece haber sido casarse con la dulce e inteligente Reina Beatriz (Minnie Driver). La familia real se completa con la Princesa Gwen (Tallulah Greive), que ha sacado la inteligencia de su madre.
Cinderella: Cenicienta Siglo XXI (o no)
Esta nueva versión de Cenicienta se adapta a los tiempos modernos, satirizando el patriarcado y mostrándonos a una Cenicienta que está lejos de la que tenemos en mente: esta Ella es una adolescente aventajada, feliz y segura de sí misma que, más que vivir en el sótano, va allí de vez en cuando y, en vez de estar agobiada por infinidad de tareas domésticas, pasa el rato allí alegremente, diseñando vestidos, soñando en convertirse en una famosa diseñadora de moda.
Cinderella (2021) es una visión llena de buenas intenciones y de buenas ideas pero que no termina por cuajar. Es visualmente brillante, con divertidas actuaciones (nótese el adjetivo que he utilizado) y unos números musicales estupendos… pero la suma no es mejor que las partes.
Nicholas Galitzine presenta un príncipe encantador con un aspecto inmejorable, guapo, simpático, preocupado por el amor verdadero (de hecho se enamora de un flechazo) y que sale victorioso de los números musicales… Pero dado que la película es una comedia muy ligera, su personaje no deja de ser un estereotipo. Positivo, pero estereotipo.
Algo similar le ocurre a su hermana Gwen, ya que el carácter del film hace que se desaproveche este personaje, una mujer mucho mejor calificada para el liderazgo que su hermano aspirante al trono.
Un musical pop
Los responsables han querido que esta versión del cuento se diferencie, sobre todo, en el género, ya que estamos ante un musical moderno. Un musical diferente a otros en los que se ha visto nuestra protagonista, donde tenemos números musicales, con canciones muy actuales en su mayoría (¿recordáis Destino de caballero con Heath Ledger? Pues eso).
Nada nuevo bajo el sol. De hecho, la secuencia inicial me recordó mucho a la de la animada Bella y Bestia (1991), con todo el pueblo cantando y bailando mientras realizan sus tareas cotidianas. Pero son números divertidos, bien coreografiados y muy vistosos, con canciones que reconoceremos en su mayoría como la lucha dialéctica entre chicos y chicas (ellas cantando “Whatta Man” de Salt-N-Pepa mientras ellos responden con “Seven Nation Army” de The White Stripes), o temas como “Rhythm Nation”, “Somebody To Love” o “Million To One” y que nos sacarán una sonrisa. Bueno, no todas las secuencias están bien realizadas… y no quiero mirar a ninguna hada madrina, precisamente la que más insistentemente nos han ofrecido.
Camila Cabello como Cinderella (o Ella) cumple perfectamente. Y es que si su faceta musical está cubierta de sobra (formó parte del grupo Fifth Harmony y tiene una carrera como solista desde 2015), cumple con su papel de “Cenicienta emancipada”, sobre todo para las espectadoras más pequeñas, que estarán encantadas con su personaje. Se la ve muy cómoda en la comedia, aunque no sea una actuación memorable.
Entre los demás cabe destacar por sus números musicales al príncipe Robert (Nicholas Galitzine), obviamente, ya que la importancia de su papel hace que se luzca varias veces; y a las dos madres, Idina Menzel (lo poquito que le dejan cantar) y Minnie Driver, cuyo final es demasiado previsible, pero que se come la pantalla cada vez que aparece, con un personaje que desprende dignidad y complejidad.
Pierce Brosnan, por su parte, sabe reírse de sí mismo, y lo hace mucho mejor que en Mamma Mía.
Dirigida por…
Como he dicho anteriormente, tanto el guión como la dirección corren a cargo de Kay Cannon, quien maneja muy bien estas difíciles escenas con muchos extras bailando y, sobre todo, ha conseguido el todo adecuado para esa comedia ligera, amable, apta para todos los públicos, como el momento en el que el coro “acompaña” la discusión entre el Rey y el Príncipe.
La directora consigue una historia fácil de consumir, con una estética deslumbrante y un diseño plenamente teatral (a poco que tenga éxito, esta película llegará a los escenarios de Broadway).
Sin embargo no puedo estar de acuerdo con su trabajo como guionista, al menos en cuanto a la adaptación del cuento. Sin meternos en el hecho de que una persona maltratada sea tan amable como la Cenicienta de los cuentos (os aconsejo que leáis la versión original, con un final terrible para la madrastra y las hermanastras), el tema principal del cuento es que dos personas de diferente status social pueden enamorarse, tenga el aspecto que tenga. Cenicienta siempre teme que el príncipe no sea capaz de amarla si él supiera quién es ella en realidad (cuál es su posición social), y el final debe mostrar que está equivocada.
Es lógico (y casi obligatorio) que se modernice el cuento, pero debería haber mantenido esa “lucha de clases”. Aquí la mayor actualización es la modernidad de los temas musicales elegidos y una forzada (y tramposa) visión feminista: si ya nos han mostrado a una enérgica mujer, muy independiente (a pesar de su madrastra), valiente y decidida, sin autocompasión ¿por qué huye del baile si, además, el Príncipe ya sabe quién es ella en realidad? Y, al final, Cenicienta debe ser “rescatada” por el príncipe de la casa de su madrastra: sin la ayuda de él, Ella no hubiera podido llegar a tiempo de realizar su sueño, de ser la persona que sueña con ser.
En resumen, una película agradable pero insustancial. Nos hará pasar un buen rato pero su simpleza (que quieren hacer pasar por inocencia) lastra los destellos de genialidad que también tiene.
