Assem, de Webtoon. Una experiencia amena, llena de vida y colores cargados de asombro. Todo lo que hace especial a los Cuentos de Hadas
Webtoon es una plataforma crucial para muchos artistas contemporáneos. Hablamos de un rubro, después de todo, pobremente explotado si creciste por los rincones de Latinoamérica; es hasta increíble, incluso después de la reivindicación del cómic por parte de Roy Lichtenstein.
Por ese motivo, plataformas como la susodicha son la palanca necesaria para todos estos dibujantes, como la propia Alejandra Galadí Leiva, mejor conocida como Alasxe Galei, creadora de la siguiente historia: Assem.
El enfoque principal de esta obra radica en el infaltable recorrido por mundos fantásticos. Se caracteriza por ser emotiva, con personajes llenos de carisma y un colorido que solo puede verse en los sueños infantiles. Es, básicamente, una primicia “Isekai”, pero que se aterriza al conectar con las problemáticas más relevantes de su público, alejándose del escapismo que suele acarrear el género. ¿Cómo? Hay que averiguarlo.
Analizando Assem, la obra de Alasxe Galei
¿Se imaginan despertar un día en una tierra de cuento de hadas? Es la pregunta con la que Alexce abre su relato, presentando así a su protagonista: Allen.
Su argumento ronda tras el misterio del hombre-árbol aparecido en el bosque, quien es recogido por una rana de nombre Ágador. Este alega ser un humano y empieza a buscar cómo volver a casa; la única solución es partir hacia el Valle de Cristales de Plata, donde vive el famoso Assem, quien concede deseos. Así puede pedir retornar a su mundo.
Hasta ese punto, la obra de Galei es muy similar al trabajo de Frank L. Baum, El Mago de Oz (1990). La influencia del libro es tal, que hasta tiene su propia bruja persiguiendo a los protagonistas. Sin embargo, la manera en que combinan ciertos elementos le permite a Alexce alcanzar su propia identidad. ¿Pero cómo sucede esto?
Para empezar, la aparición de Allen aborda una arista muy distinta a la de Dorothy, pues mientras la niña de Kansas encarna la esencia de la vida campestre, este hombre-árbol no teme al señalar las trifulcas más notorias de este tiempo: la ansiedad, la depresión, las crisis de identidad, entre otras.
Otro punto importante de Assem es, como ya se dijo, que haya cortado con el escapismo que el viaje a mundos mágicos incita en sus lectores. Queda claro que nuestro mundo, por más horrible, es nuestro único hogar, y Allen nunca renegará de este.
El debate de Galei llega en un momento oportuno, ya que desde Japón se ha popularizado demasiado este arquetipo del “fracasado” que se esconde en un mundo fantástico. Es la forma más infantiloide de afrontar los problemas cotidianos, pero hasta cierto punto, ¿cómo culparlos de sentir que no tienen nada que amerite quedarse? Hablamos de un sentimiento de soledad, así como un desesperado deseo de ser mirado; tomado en cuenta.
El arco de Allen brilla, pues aborda esta problemática, diferenciándose de sus predecesoras en el valor demostrado para hablar de frente. El dolor, la soledad, la pena, todos son sentimientos que más de uno ha experimentado, sentimientos de los que se debe hablar, en vez de solo esconderse en mujeres y prados mágicos.
Ahora, hablando de esos prados…
La pura esencia de los Cuentos de Hadas
Otro atributo de Assem es su abundante influencia extraída de los Cuentos de Hadas clásicos. Su primer indicio es el rol otorgado a la figura del bosque, puente entre el explorador y los misterios que allí se ocultan. Uno de estos es el propiop Ágador, hombre rana codificada como un caballero noble, formal y servicial, como el propio Enrique Férreo, mejor conocido como el Príncipe Sapo.
Un tercer ejemplo es la infaltable presencia de las brujas, con todo y compás moral basado en su belleza y juventud… Dicho recurso es el que menos se ha conservado fresco, pero la simpatía de la joven Julliette vuelve más tolerable al concepto.
Pero Julliette no es la única en proponer las viejas costumbres en el relato. Jack, el bardo, alude sin fallos a lo que hizo especial al Flautista de Hamelin, sea por su presentación o su propio magnetismo. Es como ese amigo músico que siempre anima las fiestas con sus canciones y su excéntrico sentido del humor.
Mención especial: Jack y Julliette demostraron tener una íntima conexión, lo cual puede acabar en un idilio muy dulce en tomos posteriores. ¿Quién sabe? ¿Qué es un cuento de hadas sin un beso de amor, después de todo?
Por otra parte, quizás, pudo quedarse fuera del cuento es su lucha esencial entre el Bien y el Mal. Se sabe que este discurso deriva de la religión, y se siente fuera de lugar en la generación de los personajes “moralmente ambiguos”. Aún así, Galei destaca por el respaldo que da a su confrontación, consiguiendo que la experiencia no se vuelva insípida y gane mayores matices.
El eje del conflicto viene de que este mundo mágico se esté destruyendo y Assem no puede hacer nada para evitarlo. La Historia Sin Fin bajo el sello de Alasxe (Ende, 1984). Esto sumado al papel de Sereemia como la musa de Allen, espíritu mágico que le protege y le da el cariño que necesita, como la Emperatriz con Sebastián y Atreyu.
Como último punto, Galei plantea el duelo entre Allen y su propia “sombra”, una personalidad oscura que se manifiesta cuando activa su magia. Tal vez no sea una revolución narrativa, pero vuelve el conflicto un asunto más neutral y sin tanta disociación cognitiva entre ser “bueno” y ser “malo”. A fin de cuentas, nadie es absolutamente malo, o bueno.
Ahora bien, tal vez muchas de estas ideas ya se habrán visto en muchas, muchas historias. Ergo, con la estética y tratamiento que Galei aplica, la cruzada de este muchacho por regresar a su casa se vuelve una experiencia amena, llena de vida y colores cargados de asombro. Todo lo que hace especial a los Cuentos de Hadas en manos de esta nueva generación.