La historia de Tony Chu, el cibópata, termina con el tercer volumen integral de Chew, la maravillosa aventura creada por John Layman y Rob Guillory que publica Planeta Cómic
Con pena por dar carpetazo a la serie y con alegría por gozar con un magnífico final llegamos al tercer y último integral de la serie Chew publicada por Planeta Cómic. Ha sido un viaje largo, lleno de risas y sorpresas…pero también ha habido momentos para lamentar el destino de alguno de nuestros protagonistas…
El apocalipsis culinario de John Layman y Rob Guillory
Todo comenzó con Tony Chu, un detective cuya capacidad para recibir impresiones psíquicas de todo aquello que masticaba y saboreaba le convertía en lo que podría parecer el centro de una serie de crímenes culinarios por los que la serie iba a deambular número tras número.
Pronto fuimos conscientes de que en realidad sus habilidades y el entorno post pandémico de gripe aviar en el que se desarrollaba la serie no eran más que la punta del iceberg de una trama de secretos y conspiraciones que se iba a ir desgranando poco a poco a lo largo de las decenas de números que íbamos a ir disfrutando sorbo a sorbo. Como todo buen guiso, este cómic se fue cociendo a fuego lento para deleitar al lector con una armonía de sabores que enamoran a los sentidos…
Ahora, tras un sinfín de personajes estrafalarios con sobrenaturales poderes gastronómicos y un buen número de cliffhangers planteados y resueltos con maestría, la serie llega a su conclusión. Con el humor por bandera, con un estilo gráfico tremendamente acertado y con una narrativa construida a partir de continuos flashbacks y flashforwards, todos los secretos salen ya por fin a la luz y es el momento de que cada personaje complete su camino.
Final con sabor agridulce
A pesar del tono marcadamente cómico de la serie, John Layman ha tenido buena mano para conseguir que nos encariñemos con sus creaciones y Rob Guillory ha logrado dotar a estas de un aspecto que se queda impregnado en la retina con un estilo cartoon que ha ido mejorando número tras número. Y uno de los efectos de esto es el hecho de que resulte imposible no llorar con algunos hechos que ocurrirán en los últimos compases de este postre…
Puede que John Layman no sea George R.R. Martin, pero probablemente nadie les ha visto nunca juntos en la misma habitación a la vez. Y es que el desfile de personajes que van a encontrar la muerte en este final poco tiene que envidiar a una boda con miembros de la Casa Stark de Invernalia. Sí, la serie es brillante, pero eso no evitará que maldigas al guionista y a toda su estirpe en más de una ocasión…
Pero nada puede hacer que te olvides de la impresionante construcción de trama que tiene aquí su colofón. Al releer la serie completa por segunda vez el lector será más consciente de cómo los autores han tenido muy claro desde un primer momento el camino que iban a seguir con precisión, o en todo caso de cómo han sido lo suficientemente hábiles como para dar esa impresión. Y su grandeza reside no solo en conseguirlo dejándolo todo bien atado, sino también en hacerlo culminando de la única forma posible para cada subtrama existente.
Más allá de Tony Chu
Por si a alguien le sabe a poco todo esto (¡imposible!), este tercer tomo también incluye algunos números especiales protagonizados por el que sin duda es el personaje estrella de la serie, uno de esos secundarios de oro cuya esplendidez se encuentra en lo bien aprovechado que está a pesar de lo limitado que resulta. Lo podríamos comparar con la Gata Mentira de Saga o con la espada Sangre Nocturna de El aliento de los dioses, pero Poyo va aún más allá.
Y es que en palabras de sus propios autores, Poyo (que ya había tenido un número especial incluido en el primer tomo integral) es un personaje que “ha cambiado la historia del noveno arte así como la vida de cualquiera que lea sus aventuras”. Este pollo cibernético homicida experto en kung fu continuará aquí unas aventuras propias del personaje de Constantine que elevarán su estatus al de un dios…
También se incluyen un par de cruces con la serie Revival, pero salvo que se conozca este cómic es difícil que se pueda encontrar algún interés en ellos…
El tercer tomo integral de Chew publicado por Planeta Cómic se presenta en formato tapa dura sin sobrecubiertas. Contiene 640 páginas, con un tamaño de página de 18,3 x 27,6 cm, y presenta la traducción a cargo de Ignacio Bentz de los veinte últimos números de la edición americana de la serie del mismo nombre además de los especiales Warrior Chicken Poyo, Demon Chicken Poyo y los cruces con la serie Revival. El precio de venta recomendado es de 50 € y se puso a la venta en febrero de 2023.
Chew 3 (Edición integral)
¡Última entrega!
Tony Chu es un detective con un secreto. Un extraño secreto. Tony Chu es cibópata, lo que significa que recibe impresiones psíquicas de todo lo que come. También significa que es un gran detective, siempre que no le importe mordisquear el cadáver de una víctima de asesinato para averiguar quién lo hizo y por qué. La División de Crímenes Especiales de la FDA, la agencia policial más poderosa del planeta, le encarga investigar sus casos más extraños, enfermizos y rocambolescos.
Presentamos el tercer y último Integral, un enorme tomo a mayor tamaño en tapa dura que recoge los últimos 20 números de la serie sobre polis, criminales, cocineros, caníbales y clarividentes. Serie habitual en los listados de las más vendidas del periódico New York Times y ganadora del premio Harvey y de múltiples premios Eisner.
Se enfrentan enemigos, se resuelven misterios y el número de víctimas aumenta mucho, pero que muy mucho.
También se incluyen los números especiales, grandes éxitos de ventas, protagonizados por el gallo homicida favorito de todo el mundo, WARRIOR CHICKEN POYO, DEMON CHICKEN POYO, y el doble cruce entre series CHEW/REVIVAL.
Autores: John Layman y Rob Guillory
