jueves, marzo 28, 2024

Reseña de El Fuego

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Panini

David Rubín construye con El Fuego la que sin duda es una de sus obras más personales, y Astiberri Ediciones nos la ofrece en un formato de lujo

Astiberri Ediciones ha sido la encargada, una vez más, de traernos el último trabajo de David Rubín, y lo hace en un formato espectacular. Con El Fuego el autor gallego se mete de lleno en la ciencia ficción apocalíptica para vestir una trama mucho más personal e introspectiva de lo que pudiera parecer en un principio…

El Fuego

Las tres lecturas de El Fuego

El Fuego tiene tantas capas que es muy difícil de definir y de resumir.

Es un trabajo complejo en el que se nota que Rubín se ha volcado y lo ha dado todo, tanto a nivel de dibujo como de guion. Visualmente es espectacular, y esto no puede sorprender a nadie que haya seguido la trayectoria del autor, pero es en las ideas que se exponen donde más sorprende esta obra.

Quizás una buena forma de aproximarse a El Fuego, de llegar a atisbar un pequeño porcentaje de todo lo que es, sería de forma gradual, tratando de desmigajar esta cebolla…

Primera lectura: Apocalipsis en la Tierra

Nuestro protagonista es Alexander Yorba, un arquitecto de fama mundial que ha dedicado su vida a mejorar el mundo con su trabajo. Un candidato claro a recibir cualquier tipo de premio humanitario, sin grises. Es por lo tanto él la elección obvia cuando los científicos descubren que un asteroide como el de Armageddon se dirige en trayectoria de colisión hacia la Tierra y la solución de contingencia es construir una colonia en la Luna para que la raza humana sobreviva, aunque sea en una pequeña porción.

Pronto descubriremos que Alexander no es un personaje tan idílico como nos podríamos haber pensado en un inicio, sino que es un héroe con pies de barro, un hombre que cede ante las tentaciones que ofrece una vida llena de privilegios sin tener en cuenta el daño que eso puede ocasionar a su familia o a su trabajo.

Pero karma is a bitch, y su castigo vendrá en la forma de un tumor incurable (hemos conseguido montar colonias en la Luna pero no acabar con los tumores) que le concede una esperanza de vida similar a la de todos las personas que no vayan a ser de los afortunadas en viajar al nuevo hogar de la humanidad (es decir, que no sean ricos).

Las decisiones vitales que Yorba tomará entonces, comenzando por dejar su trabajo para centrarse en su mujer e hijos, le afectarán no solo a él y a su familia sino también al resto de la humanidad, que ven como sus esperanzas de supervivencia se verán en gran parte reducidas al éxito de una misión capitaneada por un trasunto de Bruce Willis con el objetivo de desviar el asteroide.

Esta es la lectura simple, la que se puede hacer tras media hora con el tomo en las manos, la que sigue el principio, el desarrollo y el desenlace de una historia de ciencia ficción apocalíptica que impacta por lo duro de sus escenas.

El Fuego

Segunda lectura: Una narración exquisita

No es una sorpresa para nadie que David Rubín es un dibujante excepcional y un narrador tremendo. Ya no solo es que, siendo fiel a su estilo y manteniendo la presencia de sus elementos característicos más frecuentes que le hacen inmediatamente reconocible, firme un trabajo visualmente apabullante, es que lo hace de tal forma que logra que el lector llegue al nivel de implicación que una obra como esta necesita.

Cada página da para maravillarse con todos los detalles que impregnan cada viñeta, manteniendo al lector sin pestañear mientras la narración fluye sin descanso de una forma totalmente orgánica que le da al tomo una uniformidad exquisita. Rubín te coge de la mano cuando abres el tomo y te lleva junto a Yorba desde que el asteroide inicia su camino hasta la conclusión de la historia en las calles de Madrid. Y todo ello mientras el autor gallego hace ostentación de su capacidad para utilizar todo tipo de recursos que logran lo que en manos de otros dibujantes sería imposible.

Esta sería la lectura que se hace con los ojos abiertos como platos, aquella en la que sencillamente toca asombrarse recorriendo el tomo hacia adelante y hacia atrás flipando con el arte de uno de los autores más en forma del mundo.

El Fuego

Tercera lectura: Decadencia moral a todos los niveles

No deja de resultar curioso el hecho de que Rubín haya elegido un asteroide, algo cuyo origen escapa a nuestro control, como el desencadenante del fin de la vida en la Tierra, cuando a todas luces lo que vemos en la obra pide a gritos un castigo antropogénico sobre una sociedad que se ha perdido en el exceso y el crecimiento descontrolado. Un profético desastre climático desencadenado por las acciones de una sociedad irresponsable hubiera sido una elección más evidente y adecuada, pero se perdería entonces ese factor de cuenta atrás que funciona tan bien en la obra sin la cual nada tendría sentido…

Y es que resulta evidente el paralelismo entre lo que ocurre con el arquitecto y lo que pasa en el planeta entero. La ambición, la falta de prudencia, el hecho de ignorar las consecuencias de nuestros actos, el egoísmo y sobre todo la soberbia son los pecados sobre los que tanto Yorba como nuestra sociedad van a tener que hacer penitencia en los meses que les quedan de vida.

A lo largo de la obra Rubín nos va a mostrar lo que pudo ser y lo que es, la degradación que ha acontecido a un mundo que lo tenía todo para ser una utopía pero que se rindió a los placeres más bajos. Si nos fijamos en nuestro protagonista, aquí estaríamos hablando del sexo y el consumo de esa poderosa droga llamada Kriptoína.

En el viaje introspectivo que Yorba va a recorrer hasta que su tiempo se agoté tocará reflexionar sobre lo que le ha conducido al punto en el que se encuentra. Es momento de arrepentimiento, de visitar los fantasmas del pasado y de tratar de compensar sus errores. Pero, al igual que lo que ocurre con el planeta, sabe que su final es ser consumido por el fuego, aunque en su caso no se trata del que vendrá con el asteroide, sino del de su propia soberbia, que le ha estado quemando desde hace mucho…

Esta es la lectura que se queda con el lector mucho después de haber cerrado el tomo, es la que le va a acompañar toda la vida. Aquella que obliga a reflexionar sobre un montón de aspectos en los que tal vez nunca se haya pensado. Esta es la magia de El Fuego, y es lo que hace que sea una lectura tan difícil y dura.

Una edición a la altura de la obra

En cuanto a la edición, el tomo El fuego publicado por Astiberri Ediciones dentro de su colección Sillón Orejero se presenta en formato cartoné de tapa dura, igual de magnífico que por ejemplo aquella joya llamada Beowulf, obra también de David Rubín junto a Santiago García. Contiene 256 páginas en color con un tamaño de página de 23 x 31 cm e incluye un epilogo firmado por Fernando de Felipe. Se puso a la venta en diciembre de 2022 y el precio de venta recomendado es de 35 €.


El Fuego

El Fuego

Un inmenso asteroide se aproxima a la Tierra en trayectoria de colisión. Alexander Yorba, un afamado arquitecto de mediana edad, es el encargado de idear y levantar con urgencia una colonia lunar para asegurar la pervivencia de la humanidad ante el inevitable desastre.

Inmerso en dicha construcción, se le diagnostica un tumor cerebral en fase terminal; apenas le restan de vida los mismos meses que faltan para que el asteroide colisione con nuestro planeta. Este dramático hecho hará que se replantee su propia naturaleza profesional y personal, lo que le lleva a renunciar a sus labores en la colonia para reunirse con su familia, con la que apenas tenía contacto.

Una decisión que desencadenará una serie de fatídicos acontecimientos que dañarán el crédito profesional y la vida familiar de Alexander, condenándolo a vagar en una dramática, visceral y reveladora odisea por diferentes lugares del mundo; una desesperada carrera hacia el fin de los tiempos, contra la muerte, la locura y su propia y atormentada conciencia.

Autor: David Rubín

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CRÍTICA

Guion
Dibujo
Edición

RESUMEN

Inolvidable

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