Reseña de Biblioteca Conan. Las crónicas de Conan 1 – Bajó de los cerros sombríos

Conan llega a Dark Horse

Aunque no sea habitual, cuando esta serie se empieza a publicar nos encontrábamos en un momento en el cual hacía años que La Casa de las Ideas había dejado de publicar cómics de Conan. Llega entonces Dark Horse y pone a toda una leyenda como Kurt Busiek a revitalizar una franquicia tan potencialmente exitosa como esta, pero con un lavado de cara que llevaría al cimmerio al siglo XXI.

Busiek confiesa que Conan nunca había sido un personaje que le agradará especialmente, pero con el paso del tiempo llegó a adentrarse en su mitología y se acabó por convertir en uno de sus favoritos. Lo que aquí trata de lograr el guionista de Marvels es conservar la esencia del personaje ofreciendo una aproximación a su mitología totalmente nueva a partir de una narrativa fresca y cargada de fuerza y épica.

Un héroe de leyenda

Al comenzar el tomo no nos encontramos con nuestro protagonista, sino con el heredero del reino más grande que existe en ese momento. Este es llevado en una especia de basterna por sus sirvientes y acompañado por su visir, que se encarga de agasajarle y de darle información sobre el terreno que están visitando en esta peculiar excursión por el campo. Entre sus hallazgos el que más llama la atención del heredero es una estatua de Conan, aparentemente castigada por el paso del tiempo y perteneciente a algún reino perdido.

La curiosidad del mandatario llevará al visir a investigar a esta figura y a leer y traducir los escritos encontrados para disponerse a relatar la historia de este misterioso héroe y poderoso gobernante. Y así es como da comienzo esta historia, remontándonos a la adolescencia del cimmerio en su primera gran aventura…

En las tierras de los Aesir

Nos encontraremos con Conan llegando a las tierras de los Aesir, irrumpiendo en el asalto por un grupo de salvajes a un poblado, justo a tiempo para impedir que un gañan indeseable viole a una joven tras librarse del bebé que lleva en brazos. Obviamente nuestro héroe no va a mediar en este conflicto con el don de la palabra, sino que tardará segundos en teñir de escarlata la espada que porta.

Tras un malentendido con los hombres cuyo pueblo acaba de defender, acabará tomando parte en su mesa y accediendo a acompañarles en su búsqueda de venganza por el asalto sufrido y por las muertes de los suyos. Pero no partirá hacia este destino completamente rodeado de amigos, ya que la incapacidad del bárbaro para mantenerse alejado de las mujeres hermosas que se encuentra en su camino le creará algún que otro enemigo…

No tardaremos en llegar a la adaptación de uno de los relatos de Howard, el de La hija del gigante de escarcha. Este es un ejemplo magnífico de cómo Busiek se aprovecha de las aptitudes de Cary Nord (y de toda una ventaja como es tener a Dave Stewart al color) para ofrecernos un episodio magnífico que engrandece el concepto original del personaje y demuestra hasta dónde puede llegar toda esta mitología estando en las manos correctas sin la necesidad de llevarlo a otro nivel (como compartir páginas con Punisher).

A pesar de que este será el inicio del volumen, no será realmente el principio de la historia. Algunos números más adelante veremos el nacimiento como guerrero de Conan, en mitad de una batalla siendo tan solo un niño que apenas tiene fuerzas para levantar una espada. Y lo hará con el dibujo sucio y tosco de Greg Ruth, cuyo estilo aporta mucha personalidad a un capítulo tan cruento como este. También veremos su juventud y cómo los hechos ocurridos durante esa época serán los que provoquen su salida de Cimmeria en busca de lugares distintos, algo que se puede percibir desde su llegada a las tierras de los Aesir.

Y antes de llegar al final de esta primera entrega no faltará ese típico momento propio de las historias de H.P. Lovecraft que de vez en cuando suele salpicar las aventuras del cimmerio. Recordemos que, a pesar de lo refrescante y vanguardista de la propuesta de Busiek, en el fondo Conan sigue salvando a mujeres hermosas, buscando tesoros y enfrentándose a brujos y a monstruos…