Es un gran reto decidir hacer una secuela de un gran éxito como lo fue Vaiana (al menos en términos de público). Es muy complicado conseguir en los espectadores el mismo sentimiento. Vaiana 2 (Moana 2) está muy cerca de conseguirlo: es una película entretenida y, lo que tal vez sea más importante, una digna secuela.
Vaiana 2: menos pasión pero buen corazón
Vaiana 2 reúne a Vaiana y Maui tres años después en un nuevo y emocionante viaje junto a una tripulación de insólitos marineros. Tras recibir una inesperada llamada de sus antepasados, Vaiana debe viajar a los lejanos mares de Oceanía y adentrarse en peligrosas aguas perdidas desde hace mucho tiempo para vivir una aventura sin precedentes.
Si bien es cierto que Vaiana 2 sigue la fórmula de las secuelas casi al pie de la letra (aventura más grande, escenario más grande, barco más grande, peligro más grande y más y nuevos personajes), el resultado final es más que satisfactorio en casi todos los aspectos. Comencemos por lo menos acertado
El guion, la historia, es sencilla pero efectiva: de nuevo Vaiana tiene que “salvar al mundo” y, de nuevo, tendrá que enfrentarse a peligros “más grandes que la vida”. Y, por supuesto, no lo hará sola. Esta vez, además de Maui, el semidios, ira acompañada de un pequeño pero divertido grupo.
Lo cierto es que este pintoresco grupo no es para nada esencial en la historia. Simplemente están para interactuar con la protagonista y que la historia avance… aunque lo haría también sin ellos.
La música tampoco posee la magia que nos hizo cantar y bailar en la primera entrega. Hay alguna pegadiza, si, pero en general son canciones casi anodinas.
El enemigo (la enemiga, en realidad) promete mucha acción y “malignidad”, nos parece asegurar grandes enfrentamientos… pero no. Todo se queda en promesas.
En cuanto a nuestra protagonista, la heroína Vaiana (heroína, que no princesa, algo que dejan muy claro) ha crecido, ya posee la suficiente confianza en si misma como para liderar a su pueblo (cosa que buscaba en la primera película), por lo que ya no le queda viaje interior que hacer… así que debe buscar en el exterior para encontrar otra aventura. Este es otro de los pequeños fallos de la película: al faltarle la pasión al personaje principal, también le falta a la película.
Así que, recapitulando, tenemos un guion casi calcado de la primera, con un grupo de secundarios totalmente prescindibles (¿un agricultor en una canoa?), música algo más floja y una villana muy menor…
Y, sin embargo, la película es mucho más que disfrutable. Es todo un placer volver a navegar con Vaiana. Hablando fríamente, la técnica es muy superior. Los primeros minutos del metraje parecen un alarde de los que los técnicos de animación han conseguido, un “mirad de lo que somos capaces hacer”. La primera escena, un travelling sobre el agua del mar, es todo un prodigio técnico.
Fuera de la tecnología, de la animación, la historia de Vaiana 2 va avanzando poco a poco hasta que, sin darnos cuenta, volvemos a estar rendidos a esta heroína y al mundo que los guionistas (Jared Bush y Dana ledoux acompañados de Bek Smith y Bryson Chun) ponen frente a nuestros ojos.
Al contrario que muchas secuelas (Sí. Aquí empieza lo bueno), Vaiana 2 no pierde el tiempo en recordarnos lo que ocurrió en la primera película (Vaiana, 2016). Al contrario, empieza de lleno presentándonos cómo ha evolucionado nuestra heroína, convertida en un mito viviente al que todos admiran, adora e incluso imitan (hay mini-Vaianas que incluso tienen un segundo cerdito Pua.
Y este es el desafío: si decide afrontar la nueva aventura, cabe la posibilidad de que no vuelva, con lo que perdería todo ese status y lo que es más importante, no volvería a ver a su familia. Ese es el drama principal de Vaiana 2, el motor que la mueve a ella y a la película y que, a pesar de no poseer la pasión de la anterior, es más que suficiente para emocionarnos en varios momentos de la historia.
Luego están los secundarios. A pesar de que he dicho que son prescindibles, no estorban en la trama y son simpáticos para el espectador: desde una hiperactiva inventora y constructora hasta el gruñón anciano agricultor, pasando por el historiador, cronista y experto en leyendas, además de fan acérrimo de Maui.
Volvemos a lugares conocidos en la primera película y, por supuesto, volvemos a encontrarnos con personajes que vimos entonces, como los cocos-piratas (los kakamora) que, a pesar de tener poco tiempo en pantalla, esta breve aparición resulta ser sumamente enriquecedora para conocer a esta curiosa especie.
Además de esto, Vaiana 2 tiene otras virtudes como la relación de la protagonista con su compañeros de viaje, así como con su historia (sus ancestros), el optimismo que emana la protagonista y su amor por el océano. Si a esto le sumamos una hermosa animación, llena de texturas alucinantes, tendremos una muy digna secuela que nos emocionara. No tanto como la primera, repito, pero que tampoco nos decepcionara.
Y, por cierto, la idea original era continuar Vaiana en forma de serie animada. Al final decidieron convertirlo en este largometraje. Y la escena inter créditos (no tendréis que esperar mucho para verla) nos promete que las aventuras de Vaiana no han terminado… ¿las veremos en cine o en televisión?
