Llega una sexta entrega de la saga de Karate Kid, que abraza su legado con Ben Wang como protagonista y el encuentro entre Jackie Chan y Ralph Macchio
Karate Kid: Legends: un nuevo héroe con cicatrices del pasado
Karate Kid: Legends reúne a los icónicos maestros de las artes marciales de la saga de las películas más queridas de todos los tiempos, para contar una historia completamente nueva llena de acción y emoción. Cuando Li Fong (Ben Wang) se traslada a Nueva York con su madre para comenzar una nueva vida, encuentra consuelo en la amistad con una nueva amiga y su padre. Pero su tranquilidad dura poco una vez que, sin buscarlo, atrae la atención del formidable campeón de kárate local. Impulsado por el deseo de defenderse, Li se embarca en un viaje para participar en la competición definitiva de kárate. Guiado por la sabiduría de su profesor de kung fu, el Sr. Han (Jackie Chan), y del legendario Karate Kid, Daniel LaRusso (Ralph Macchio), Li fusiona sus estilos únicos para prepararse para un épico enfrentamiento de artes marciales.
Li Fong ya domina el kung fu lo suficiente como para enfrentarse a múltiples oponentes, pero arrastra un trauma que lo paraliza en los momentos cruciales: la muerte de su hermano mayor, asesinado tras ganar un torneo. Esta premisa psicológica añade una capa de profundidad que la franquicia necesitaba. No estamos ante un novato absoluto, sino ante alguien que debe superar sus propios demonios internos.
La fórmula de siempre, pero funciona
Hay algo reconfortante en saber que, después de cuatro décadas, la fórmula del forastero que debe demostrar su valía sigue funcionando. “Karate Kid: Legends”, la sexta película de una saga que comenzó como una variación de “Rocky”, nos devuelve a territorio familiar pero con suficientes giros como para justificar su existencia.
El director Jonathan Entwistle (creador de “The End of the F***ing World”) y el guionista Rob Lieber no reinventan la rueda, pero la pulen hasta hacerla brillar. Tenemos al matón local Connor Day (Aramis Knight), campeón del torneo Five Boroughs; la chica de la que se enamora, Mia (Sadie Stanley), hija del dueño de una pizzería con problemas económicos; y la inevitable conexión entre todos los personajes que justifica el conflicto final.
Joshua Jackson, convertido en un actor de carácter con carisma y sonrisa cálida, interpreta a Victor, el pizzero endeudado cuya situación desencadena la trama principal. Su relación con el protagonista, invierte de una manera muy original la dinámica habitual maestro-estudiante de la saga.
El peso de la tradición
Karate Kid: Legends se esfuerza por conectar todas las entregas anteriores, incluyendo la serie “Cobra Kai”, en una narrativa cohesiva. Jackie Chan regresa como Mr. Han (de la secuela de 2010) y Ralph Macchio como Daniel LaRusso. La química entre ambos veteranos resulta sorprendentemente efectiva, bandeándose como hermanos mayores que comparten una sabiduría ganada a base de golpes.
Sin embargo, aquí surge el principal problema de esta película: la ambición de abarcarlo todo en apenas 90 minutos. Las conexiones entre Mr. Han, Mr. Miyagi y Daniel pueden parecer forzadas, especialmente cuando se sugiere que Daniel puede entrenar a Li en una semana para marcar la diferencia en el campeonato.
Más corazón que “tempo”
La película corre constantemente, saltando de escena en escena sin permitirse respirar. Hay demasiados personajes principales y subtramas para el tiempo disponible, lo que resulta frustrante considerando la calidad de las interpretaciones. Ming-Na Wen hace mucho con poco como la madre protectora, mientras que Sadie Stanley aporta un encanto genuino que hace creíbles incluso las líneas de diálogo más expositivas.
Aramis Knight construye un antagonista memorable en Connor, un joven príncipe airado que puede despreciar con la mirada, mientras que la cinematografía convierte el Lower Manhattan en un lugar tan acogedor y urbano como el Sur de Philadelphia de Rocky: la fotografía es realmente atractiva.
El espectáculo final
Como toda película de “Karate Kid” que se precie, tenemos el movimiento definitivo y el torneo climático. Si bien es cierto que ya conocemos el desenlace, cuando Li decide que es momento de usarlo, es imposible no dejarse llevar por la emoción. La saga domina esta fórmula porque, sencillamente, es a prueba de fallos.
“Karate Kid: Legends” no aspira a ser arte cinematográfico, y está bien así. Es entretenimiento familiar sólido que satisface tanto a los nostálgicos como a las nuevas generaciones. Su mayor virtud es Ben Wang, que merece una película de acción completamente propia. Su mayor defecto es no darse el tiempo necesario para desarrollar todo su potencial.
Karate Kids Legends llega a los cines el 8 de agosto.


