
Aceptemos por un momento que existe un plan para todos nosotros. ¿Hasta qué punto es inescrutable? ¿Y quien se encarga de que así lo sea?
David Norris (Matt Damon) es un prometedor y joven político con aspiraciones al puesto de senador del estado de Nueva York. La noche de las elecciones conoce a una chica, Elise Sellas (Emily Blunt), y ambos se enamoran inmediatamente el uno del otro, asumiendo que es el destino. Sin embargo, al final el mismo destino los separa, o eso piensa David: pronto descubre que existe un grupo de personas que se encargan de manipular los sucesos, la gente y lo que sea necesario para que todo ocurra según “el plan”. Estas personas pertenecen al “Departamento de ajuste”, e insisten en que David y Elise no deben estar juntos… algo que ninguno de los dos parece estar dispuesto a aceptar.

En una película romántica, si la química entre los actores no es lo suficientemente intensa como para resultar creíble de nada sirven los esfuerzos dedicados en la historia, la dirección o cualquier otro apartado. Se trata de un pilar fundamental en el que muchas otras no han prestado atención y que como tal han terminado fracasando. Por suerte, Matt Damon y Emily Blunt se ayudan de unos personajes interesantes para crear entre ambos una relación creíble, poderosa, que te empuja a desear un final feliz entre ambos. Por lo general todos los actores están correctos, incluso los Ajustadores, que dentro de su rígido papel se permiten momentos muy humanos en los que se les ve frustrarse e incluso dudar.

Resumiendo, tenemos ante nosotros una película romántica con toques de fantasía y ciencia ficción, perfecta para ver en pareja, con cierto parecido a “El show de Truman“. Quizá no sea la película mas sorprendente del mundo, pero tampoco es la mas pretenciosa y con su buen hacer consigue entretenernos mientras dura y sabe mantenernos interesados en la historia. Si os animáis a verla o si ya la habéis visto, no dudéis en comentarla con nosotros. Que tengáis un buen fin de semana.




