Siempre resulta curioso cómo son los verdaderos entresijos de las películas que conocemos, y aquí tenemos un ejemplo del trabajo que hubo detrás de esta inolvidable película de Ridley Scott, que hizo famosa la frase de: ” En el espacio, nadie puede oír tus gritos”.
Para el que no la haya visto, ahí va una sinopsis:
De regreso a la Tierra del planeta Thedus la nave de carga Nostromo interrumpe su viaje y despierta a sus 7 tripulantes: el ordenador central, MADRE, ha detectado una misteriosa transmisión de una forma de vida desconocida procedente de un planeta cercano que se interpreta como un SOS. Obligados a investigar el origen de la comunicación, la nave se dirige al extraño planeta que se encuentra en los límites conocidos de la astronavegación de los humanos…
El Nostromo se avería durante el descenso y aterriza a dos kilómetros de la fuente de transmisión. Un trío de tripulantes rastrea el lugar a pie. Mientras tanto, la suboficial Ripley ordena a Madre una minuciosa decodificación binaria de la transmisión para su correcta reinterpretación y, durante la actividad, Ripley se percata de que es una señal de advertencia, y no de socorro como hizo pensar Madre.