Todos conocemos a Ben Stiller, pero no tantos conocen su afición a parodiar películas taquilleras en forma de corto. En este caso, es un poco antiguo, de 1992, pero creo que gracias al estreno de la quinta cinta de Die Hard, es un momento estupendo para que nos riamos con este hombre de las mil caras.
Cabe destacar que, como ya hiciera con Misión Imposible, coge los gestos del protagonista de una forma casi mimética, haciendo dificil la distinción a una distancia media. De verdad, es muy bueno.
Disfrutad.