Tras leer hace casi dos meses ‘El corredor del laberinto‘ hoy continuamos con nuestro análisis de esta trilogía literaria juvenil, que tiene además una primera secuela publicada en España y una segunda anunciada. De nuevo, por cortesía de Nocturna Ediciones, os traemos esta reseña de ‘Las Pruebas’, de James Dashner.
Después de analizar el ‘El corredor del laberinto’ en comparación a su adaptación cinematográfica, me voy a ceñir en ‘Las Pruebas’ (The Scorch Trials) en el apartado puramente literario y, cuando salga la película dentro de muchos meses ya la analizaremos en comparación al libro.
Sinopsis: (con spoilers de ‘El corredor del laberinto’)
[spoiler]Después de escapar del laberinto, Thomas, Teresa y el resto de clarianos se sienten a salvo, consideran que las macabras pruebas se han terminado y que por fin podrán descansar. Nada más lejos de la realidad. Al salir al exterior, Thomas empieza a vislumbrar la realidad del mundo a su alrededor. Gran parte del planeta es ahora una extensión árida y muerta y una rara enfermedad llamada El Destello ha diezmado la población mundial. Los que padecen la enfermedad (los “raros”) van volviéndose locos gradualmente hasta convertirse en monstruos agresivos. Thomas y sus compañeros tendrán que cruzar una enorme extensión de tierra desolada y llena de infectados para llegar a su salvación, como parte de ‘Las Pruebas’. [/spoiler]
De nuevo, tenemos una trama vertiginosa, en la que no paran de suceder cosas todo el rato. Persecuciones, peleas, amenazas, situaciones peligrosas, conversaciones reveladoras, un montón de misterios sin resolver y un entorno en lo que nada es lo que parece. La misma fórmula de éxito que llevó a la fama el primer libro. Lo que varía claramente es la premisa. Pasa de ser un grupo de chicos sin memoria atrapados dentro de un misterioso laberinto lleno de peligros a algo mucho más vago: un viaje hasta un lugar seguro en el que se enfrentan a un tiempo infernal, “raros” infectados por el Destello y las perrerías que se les ocurran a los de CRUEL.
Por muy frenético que sea el ritmo de la novela, hay que decir que la primera mitad del libro es algo tediosa, en comparación a lo que nos tenía acostumbrados Dashner. El nuevo entorno da menos juego, y hasta que no se llega a cierto punto de la trama, los acontecimientos resultan un continuo de obstáculos en el camino con escasa relación entre ellos. Luego las piezas empiezan a encajar mejor y el modo en que se desencadena el final de este segundo libro es bastante satisfactorio. En conjunto no es tan apasionante como ‘El corredor del laberinto’ pero provoca suficiente curiosidad como para que quiera ver cómo termina la trilogía.
El estilo de Dashner consigue una lectura muy rápida, aunque para ello tenga que hacer sacrificios. Como ya comenté en la anterior reseña, el autor prioriza la acción por encima de todo y los diálogos son cortos y van al grano. Sobre los sentimientos de Thomas, a través del cual vemos la acción, sabemos solo lo más necesario y general. Sobre lo que sienten el resto de personajes, solo podemos especular, porque apenas se exploran más allá de lo que ya habíamos visto. Los dos nuevos personajes, Brenda y Jorge, siguen siendo un misterio tras casi 400 páginas de haberlos conocido.
James Dashner intenta establecer un ambiente en el que no podemos fiarnos de nada, ni siquiera en un protagonista que sigue sin haber recuperado la memoria, y lo consigue bastante bien con varios giros de trama espectaculares que, como lector, te dejan desconfiando de todo el mundo. Los personajes, en vez de quedar más definidos, se desdibujan en lo que espero que sea una artimaña del autor para sorprendernos en el tercer libro.
En mi anterior reseña me quejé del síndrome de Pitufina de Teresa en el Claro, rodeada de chicos. Algunos de los lectores comentaron que eso tendría explicación más adelante en la saga y es cierto, la tiene. Se descubre el porqué de que Teresa sea la única chica en el Claro nada más empezar el segundo libro. Aun así, Dashner sigue teniendo un primer libro con un único personaje femenino y ahora un segundo en el que aparece otra chica solo para crear un triángulo amoroso con Thomas, que es más de lo mismo. Sí, luego aparecen más secundarios que son chicas, pero en lo que cuenta, esta obra no mejora el desaguisado de la primera.
La Edición de Nocturna Ediciones encaja con lo que ya vimos en ‘El corredor del laberinto’: letras grandes, enormes márgenes, papel de calidad en una edición robusta en rústica con solapas, sin la sobrecubierta de la película, claro. 496 páginas que se leen en pocas horas y de nuevo una muy buena traducción de Noemí Risco (aunque con algún detallito menos pulido que en la anterior novela). En general, un trabajo bastante bueno por parte de Nocturna.
En resumen, ‘Las Pruebas’ es una continuación que no consigue llegar al nivel de la primera parte pero que es capaz de mantener enganchado al lector lo suficiente como para que queramos adentrarnos en ‘La Cura Mortal‘. Si os gustó ‘El corredor del laberinto’, creo que encontraréis en ‘Las Pruebas’ una digna segunda parte.
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