El hijo bastardo de Mark Millar y Jason Aaron
Cada cierto tiempo aparece en el cómic mainstream americano un autor que brilla desde el primer momento que aparece, uno al que está claro que va a haber que seguirle la pista muy de cerca en el futuro. El último ejemplo de esto es el señor Donny Cates, un guionista de Texas que ha llegado al mundo del noveno arte pisando muy fuerte y que ya se ha convertido en uno de los guionistas estrella de La Casa de las Ideas. Ahora gracias a Panini Comics podemos disfrutar de uno de sus primeros trabajos, God Country.
El sueño de un viejo
El protagonista de nuestra historia es Emmett Quinlan, un anciano al borde de la demencia que apenas puede recordar dónde está o quién es la mayor parte del tiempo. Lo triste de su estado unido a los problemas que causa a las fuerzas del orden locales debido a su carácter violento y errático supone un gran quebradero de cabeza para su hijo, que no solo debe preocuparse por la salud de su padre sino también por el daño que este pueda hacer a su alrededor.
Con este punto de partida parece que God Country es algo así como un explotation de la obra de Paco Roca, Arrugas. Pero la genialidad de Cates le permite mezclar algo tan mundano y triste como esto con una trama en la que tienen cabida poderosos dioses alienígenas y espadas totémicas parlantes. Y es que la vida de Emmett va a cambiar cuando la repentina aparición de un tornado traiga consigo la llegada de criaturas monstruosas y de un arma legendaria que acabará por caer en sus manos, convirtiéndole en un guerrero sin igual que es de lo más capaz en combate a pesar de su edad. Pero más importante que su nueva habilidad para luchar es el hecho de que, con este arma en su poder, la enfermedad de Emmett desaparece por completo y este vuelve a ser el padre cariñoso y preocupado por el que su hijo no puede sentir más que amor y orgullo y al que su joven nieta desea abrazar en todo momento.
A partir de este momento nos encontraremos con una historia en la que Emmett deberá decidir qué hacer con el poderoso arma que le ha elegido como su portador: utilizarla para luchar contra todo lo que se interponga en su camino, logrando así mantener su mente ágil como la de un veinteañero, o devolverla a los que claman ser sus auténticos dueños sacando así del peligro a su familia, que ahora mismo parece estar en el punto de mira de seres con un poder titánico.
Pero Emmett no es el único que deberá tomar decisiones aquí. Su hijo tendrá que lidiar con los cambios sufridos por su padre, mientras que la mujer de este se debate entre abandonar a su marido y huir con la hija de ambos debido a lo conflictivo de la situación con Emmett o aguantar y permanecer a su lado contra viento y marea. Y todo esto mientras encuentran la manera de aceptar todo lo que está ocurriendo a su alrededor que involucra a antiguas civilizaciones alienígenas y poderosas armas de fantasía, algo que quizás sea el único punto que flaquea en la obra.
Un tipo que dará que hablar
Para quien todavía no se haya acercado a ninguna obra del señor Donny Cates, hay que decir que a grandes rasgos se podría definir como una especie de híbrido entre Mark Millar y Jason Aaron.
Del primero posee la capacidad para aprovechar al máximo los recursos que tiene a su disposición, lo cual le convierte en un tipo muy a tener en cuenta a la hora de guionizar series pertenecientes a un universo superheroico, y el objetivo de molar por encima de todo. El toque Millar ya se pudo apreciar por ejemplo en el tercer tomo de la serie de Thanos que recientemente ha sido publicada en nuestro país por Panini Comics, aquel en el que vemos por vez primera al Motorista Fantasma Cósmico.
Del segundo, Cates ha heredado el talento de poder combinar historias grandilocuentes con otras fruto de lo cotidiano y de la cruda realidad, algo que podemos apreciar precisamente en God Country. Además, la devoción que Cates siente por Aaron no es ningún secreto, ya que este alaba al guionista de Alabama cada vez que tiene ocasión, por lo que es lógico que se haya fijado en él como modelo a seguir en algunos aspectos. Y no solo hablo de su estilo, ya que los que hayáis leído la maravillosa nueva serie de Venom en Marvel Comics habréis visto ya como Cates toma prestados algunos conceptos ideados hace años por Aaron para incorporarlos de forma brillante a la mitología del simbionte.
A pesar de que en God Country el señor Cates hace un gran trabajo, la mayor pega que puedo encontrar en esta historia es que sé que él da para mucho más, lo cual hace patente que estamos ante uno de sus primeros trabajos, uno en el que todavía no ha explotado al máximo su talento. Tal vez la extensión de la obra no sea la más adecuada para todo lo que quiere contar, o tal vez sencillamente es un trabajo primerizo, pero a pesar de todo con God Country ha firmado una muy buena obra.
Dioses y espadas
En el apartado gráfico tenemos a un artista que encaja perfectamente con lo que esta historia exige de él. Geoff Shaw es capaz de moverse a la perfección entre los momentos más humanos, aquellos que transcurren en la vieja casa con la familia de Emmett discutiendo y lamentando su situación, con los que involucran galácticas batallas grandiosas y seres de naturaleza mitológica, pasando de uno a otro sin el menor problema.
También sobresale aquí el diseño de personajes y escenarios, con una especial mención a Valofax, la espada cuya llegada a la Tierra cambia la vida de nuestros protagonistas. Su tamaño exageradamente grande hace que nos olvidemos de las leyes de la física al ver como Emmett la blande en sus manos y nos retrotrae a figuras del manga japonés en las que esto es algo habitual.
El tomo God Country publicado por Panini Comics en tapa dura contiene 184 páginas a color con un tamaño de 18 x 27,5 cm. e incluye la traducción de los números del #1 al #6 de la edición americana de God Country, además de las portadas originales de todos los números incluidos. El precio de venta recomendado es de 20 € y se puso a la venta en febrero de 2019.
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God Country
ISBN: 9788491676430
¡El alucinante cómic que descubrió a Donny Cates (Doctor Extraño, Veneno)! Emmett Quinlan es un anciano al borde de la demencia. No sólo es un problema para sus hijos, sino que ni siquiera la policía local puede hacerse cargo de su comportamiento violento. Pero, cuando un tornado eleva su casa hasta las alturas, la verdadera naturaleza de Quinlan sale a la luz.
Guion: Donny Cates
Dibujo: Geoff Shaw
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