Si hay una verdad que nadie puede negar, sea amante o no del género, es que los monstruos clásicos del mundo del terror nunca pasan de moda y, en los tiempos que corren ahora, los muertos vivientes son los que cuentan con más adaptaciones, sobre todo en cine, gracias a largometrajes como Guerra mundial Z (2013), o en televisión, ampliamente demostrado por productos similares a la adaptación a serie del cómic The walking dead (2010 – 2018). Por tanto, no es de extrañar que la factoría Disney también haya querido aportar su granito de arena, aunque sea en una faceta mucho menos terrorífica de lo que estamos acostumbrados. El resultado final nos da películas como Z-O-M-B-I-E-S (2018) o su secuela Z-O-M-B-I-E-S 2, que es el filme que analiza este artículo.
Bienvenidos de nuevo a Seabrook, donde integrarse lo es todo. Somos una comunidad, fuerte, unida y cercana. Y menos mal, porque no siempre ha sido así. Hubo una época en la que tuvimos que protegernos. Cuenta la leyenda que los primeros colonos que llegaron a Seabrook encontraron a unas bestias salvajes de garras afiladas que acechaban en el bosque. Libraron una batalla épica. Los colonos de Seabrook repelieron la emboscada de los monstruos con valor y descubrieron una poderosa fuente de energía. Conscientes de haber hallado un recurso muy valioso lo pusieron a salvo de las bestias. Como no querían que nadie les robara su tesoro, lo escondieron. La ciudad prosperó y se enriqueció gracias a esa preciada fuente de energía. Seabrook se benefició de esa energía convirtiéndose en una comunidad feliz, fuerte y unida. Las bestias cayeron en el olvido. En Seabrook olvidaron que los monstruos existían, hasta que tuvieron que recordarlo. Unas gotas de refresco de lima mezcladas con la energía industrial de Seabrook y… ¡pum! Aparecieron los zombies. Desde entonces, Seabrook ha mejorado mucho, pero es difícil enterrar el pasado.
Esta introducción, narrada por dos voces, una masculina y la otra femenina, da paso a este filme, de 105 minutos de duración, rodado en Toronto y recientemente estrenado en el canal Disney Channel. Paul Hoen vuelve a sentarse en la silla del director mientras que Milo Manheim, Meg Donnelly, Trevor Tordjam, Kyle Rusell, Carla Jeffrey, Kingston Foster y James Godrefy repiten en sus papeles como Zed, Addison, Bucky, Eliza, Bree, Zoey y Bonzo, respectivamente. Junto a ellos destacan Chandler Kinney (que interpreta a Willa), Pearce Joza (que encarna a Wyatt), Ariel Martin (que se mete en la piel de Wynter), Naomi Snieckus (que hace de la directora Lee), Tony Nappo (que se convierte en Zevon), Jasmine Renee Thomas (como Stacey), Emilia McCarthy (en el papel de Lacey), Noah Zulfikar (que interpreta a Jacey), Paul Hopkins (que encarna a Dale), Marie Ward (que se mete en la piel de Missy) y Jonathan Langdon (que hace de entrenador).
Ahora que Seabrook acepta por fin a los zombies, una nueva amenaza se cierne sobre la población cuando reaparece la vieja amenaza de los licántropos, a los que nadie recordaba porque llevaban cincuenta años sin causar problemas. Para impedir que todos los monstruos vuelvan a ser considerados como amenazas en el instituto y también para que a los zombies no se les prohiba acceder a actividades como el esperado gambaile, Zed toma la decisión competir contra el popular Bucky y se presenta en las elecciones a presidente de los alumnos del instituto. No obstante, mientras lucha por conservar todos sus privilegios y los de sus compañeros zombies, Zed también trata de averiguar por qué han vuelto los hombres lobo después de tanto tiempo y qué peculiaridades posee esa misteriosa Piedra Lunar que andan buscando de manera tan desesperada.
Al igual que sucede en la película anterior, el ya comentado prólogo del filme Z-O-M-B-I-E-S 2 también es mostrado a través de escenas dibujadas, con esa misma estética de cómic que sigue funcionando igual de bien que en la precuela, aunque, por el lado negativo, no debemos olvidar que este filme también está repleto de temas musicales, incluso en momentos en los que son completamente prescindibles, pero ya sabemos que eso es lo que pasa con los productos de este género.
Si ya comentamos en su momento que la película predecesora no era ninguna obra maestra, es lógico reconocer que con la secuela sucede algo parecido. No obstante, hay que reconocer que Z-O-M-B-I-E-S 2 cumple de sobra con su cometido, sobre todo si tenemos en cuenta que, supuestamente, está dirigida a los más pequeños de la casa, aunque en Estados Unidos tuvo su mayor éxito de audiencia con público de entre 18 y 49 años de edad. Además, el final queda abierto con una pregunta que posiblemente será respondida en una tercera entrega, siempre y cuando esta secuela haya contado con la suficiente aceptación como para tomar la decisión de continuar contando nuevas historias de Zed, Addison y todos sus amigos, ya se trate de humanos, zombies u hombres lobo.
