La primera (porque, como ya sabréis, hay dos). Tras tantas teorías (acertadas y equivocadas), tras una buena historia, nos plantan una escena “final” que no va a ningún sitio.
Una agente lleva a Mónica al cine porque alguien pregunta por ella (por cierto, La puerta de Tannhauser) para descubrir que esta agente es, en realidad, una skrull que viene de parte de “un viejo amigo de su madre”. Este recurso, que pretendía ser una gran sorpresa, no ha contentado a nadie porque no tiene nada que ver con la trama.
Por supuesto entendemos que quieren “conectar” a Mónica Rambeau con su “legado” y la Capitana Marvel, pero es algo insulso y, casi, insignificante y nos deja con una skrull cualquiera (ni siquiera es uno de los conocidos por la película) señalando “al techo”. Mal.