A veces las grandes inversiones en películas de ciencia ficción no acaban siendo tan rentables como quisiera el estudio.
Os dejamos con varias películas de ciencia ficción que fracasaron en taquilla
El mundo de las películas de ciencia ficción ha producido algunos de los éxitos de taquilla más lucrativos de la historia. Tan solo en el ámbito de la taquilla moderna, el mayor largometraje de todos los tiempos en la taquilla mundial es Avatar, mientras que el mayor título en Norteamérica es Star Wars: El despertar de la Fuerza. Ambos largometrajes son drásticamente diferentes en muchos aspectos, pero los dos son proyectos que emanan de la narración de ciencia ficción.
En su mejor momento, las historias de ciencia ficción pueden proporcionar un glorioso escapismo y visiones visualmente dinámicas de planetas con los que sólo podríamos soñar. También pueden ofrecer una visión de las luchas más cercanas, utilizando una narración elevada para aprovechar situaciones auténticas. El cine de ciencia ficción puede llegar a batir récords de taquilla, pero también hay títulos del género que han ido en dirección totalmente opuesta desde el punto de vista económico.
7 películas de ciencia ficción con poca recaudación y grandes presupuestos
Final Fantasy: La fuerza interior
¿Qué tenía a favor?:
La serie Final Fantasy es una de las franquicias más conocidas y vendidas del mundo de los videojuegos. Desarrollada por Square-Enix, esta serie de juegos de rol ha producido más de una docena de títulos principales desde el lanzamiento del primer Final Fantasy en 1987. El creador original de la serie, el vicepresidente ejecutivo Hironobu Sakaguchi, decidió a finales de los años 90 que era el momento de entrar en la industria cinematográfica y encargó un título potencialmente innovador en el ámbito de los gráficos por ordenador ultrarrealistas.
La película tardó cuatro años en realizarse y se produjo en su mayor parte en un estudio de Honolulu (que se cerró tras el fracaso en taquilla de la película). El presupuesto osciló entre los 115 y los 137 millones de dólares, de los cuales 45 se destinaron al estudio de animación de Square Films en Hawái.
¿Por qué fracasó?:
Lamentablemente, esto nunca ocurrió, ya que la película tuvo una recepción bastante fría, centrada principalmente en los efectos desagradables de los personajes humanos y en una narrativa general extrañamente convencional. El resultado fue una gran decepción comercial.
Los críticos alabaron mucho los gráficos, pero dijeron que la trama no era nada especial. Un resumen en Rotten Tomatoes calificó la historia de la película de “aburrida y emocionalmente distante”. Los críticos describieron sus personajes como “decepcionantes”, “aburridos” y “unidimensionales”. Un crítico señaló que Buzz Lightyear de Toy Story y el burro de Shrek eran más interesantes que cualquiera de los personajes de La fuerza interior.
Square Enix definitivamente sobreestimó el poder de atracción de la franquicia. No tenían la suficiente experiencia en el negocio del cine, y se comercializó de forma equivocada para el público equivocado. Intentaba hacer demasiado a la vez: hacer una película de ciencia ficción comercialmente atractiva pero atrevida, probar el concepto de “actores digitales” y hacer una declaración sobre las posibilidades de las tecnologías modernas.
Pluto Nash
¿Qué tenía a favor?:
Las aventuras de Pluto Nash, una comedia de ciencia ficción de 2002 protagonizada por Eddie Murphy, no fue tan costosa, pero aún así tuvo un presupuesto considerable de 100 millones de dólares. Hasta ese momento de su carrera, Murphy había encadenado varios taquillazos como las tres entregas de Superdetective en Hollywood, las dos de Límite 48 horas o de Doctor Doolittle, El chico de oro, El príncipe de Zamunda o El profesor chiflado. Eso significaba que Pluto Nash tenía que ser un vehículo estelar del actor afroamericano más taquillero de los 80 y 90, lo suficientemente lucrativo para el estudio para justificar ese enorme presupuesto.
¿Por qué fracasó?:
La recaudación mundial de esta película fue de poco más de 7 millones de dólares. Tras unas terribles proyecciones de prueba, la película se retiró del calendario en abril de 2001 para realizar nuevos rodajes que aumentaron el presupuesto en otros 20 millones. Warner fijó una nueva fecha de estreno en agosto de 2002, esperando alejarla de otro fracaso de Eddie Murphy (Showtime, con Robert De Niro).
Murphy se negó a participar en la publicidad de este fiasco e, incluso con la película abocada al desastre, WB invirtió entre 20 y 30 millones de dólares en gastos de promoción. Ron Underwood, el otrora prometedor director de Tremors y City Slickers, vio cómo su carrera descarrilaba a raíz de este desastre y acabaría dirigiendo una serie de películas de mala calidad hechas para la televisión.
John Carter
¿Qué tenía a favor?:
Disney invirtió todo lo que tenía en la película de John Carter: un director (Andrew Stanton) ganador del Oscar, un protagonista prometedor (Taylor Kitsch) rodeado de interés en la industria, uno de los mayores presupuestos de la historia para una película de acción real (alrededor de 350 millones de dólares contando marketing) y más de 2.000 tomas de efectos visuales. Se suponía que iba a ser un éxito seguro, una superproducción que rivalizaría con Los Vengadores y la trilogía de El Hobbit.
Por si eso no fuera suficiente, adaptaba una de las sagas de novelas más influyentes de ciencia ficción de la historia. Una princesa de Marte, escrita por Edgar Rice Burroughs en 1912, y sus continuaciones han inspirado a cineastas como George Lucas o James Cameron y personajes como Flash Gordon, Superman y hasta el capitán Malcolm Reynolds de Firefly.
¿Por qué fracasó?:
El aclamado director nunca había hecho una película de acción real. Los ejecutivos que dirigían y ayudaban a comercializar su película eran nuevos en el trabajo y tenían poca experiencia en la dirección de divisiones cinematográficas. Y el material original, escrito hace más de un siglo, ya había sido tan estudiado por sus admiradores que los críticos y el público consideraron la película como algo manido y anticuado.
Un veterano de la industria dijo que el problema fundamental de John Carter tenía menos que ver con el presupuesto que con la disonancia cognitiva: La acción se desarrolla en Marte (conocido como Barsoom en los libros y en la película), un planeta que el público contemporáneo sabe que es estéril y está deshabitado. Quizá por eso el “de Marte” desapareció del título y de los anuncios, ayudando a que se convirtiese en uno de los mayores fracasos de la historia reciente del cine.
Jupiter ascending
¿Qué tenía a favor?:
Jupiter Ascending está protagonizada por Mila Kunis en el papel de una empleada doméstica de Chicago cuyo ADN único la convierte en “la pariente perdida de unos herederos intergalácticos que poseen planetas de la misma manera que los humanos ricos de nuestro mundo poseen fincas”, y Channing Tatum y Sean Bean son enviados a protegerla de aquellos (Eddie Redmayne) que pretenden apartarla en su búsqueda de poder. Está dirigida por las Wachowski, ante quienes nos inclinamos para siempre por haber hecho Matrix.
El diseño de producción lo dio todo y se nota cada dólar de los 180 millones invertidos en el rodaje (a los que hay que sumar otros 100 en publicidad). Las naves espaciales, la refinería joviana, las criaturas extrañas y los trajes barrocos son impresionantes. Su combinación de comedia, fantasía, ciencia-ficción, romance y acción estaba claramente destinada a atraer a un amplio grupo demográfico, muchos de los cuales no estarían necesariamente interesados en una película de ópera espacial de alto concepto.
¿Por qué fracasó?:
El guion no tiene sentido, una serie de escenas de diálogos expositivos en los que Mila Kunis, grotescamente mal elegida, desfila por varios cuadrantes de la galaxia mientras todo el mundo le dice quién es, qué quiere decir y qué desea. Casi no tiene química con Channing Tatum, atrapado en un papel sin gracia como el hombre perro Caine Wise. Su amor, que debería ser el motor de la trama genera menos calor que su teléfono.
Sumamos el absolutamente ridículo papel de Redmayne como Balem Abrasax combina la afición del actor por el “susurro entre dientes” con unos arrebatos hilarantes y desenfrenados para crear un antagonista singularmente desquiciado y un montaje que solo logra transmitir confusión sobre lo que está pasando (rompiendo el ritmo de la película contínuamente), y entenderemos por qué esta es una de las películas de ciencia ficción que recaudó menos de lo que costó.
Cuatro Fantásticos
¿Qué tenía a favor?:
La película de los Cuatro Fantásticos de 2015 debía relanzar esta franquicia por todo lo alto. Iba a ser una visión sombría y descarnada del famoso equipo de superhéroes de Marvel que, con el tiempo, podría dar lugar a secuelas, crossovers y cualquier otra cosa que 20th Century Fox pudiera imaginar. El director Josh Trank llegó con grandes esperanzas tras el éxito de crítica y público de Chronicle, su película de superhéroes de bajo presupuesto.
El reparto contaba con un Michael B. Jordan que empezaba a despuntar, Jamie Bell interpretando a la adorable Cosa de ojos azules mediante captura de movimiento y no un traje, Miles Teller, Kate Mara y Toby Kebbell, todos ellos jóvenes actores más que competentes.
¿Por qué fracasó?:
Prácticamente todo lo que podía salir mal en esta película salió mal. El guion original de Jeremy Slater, que incluía a otros villanos de los 4F y tenía un tono más aventurero y menos sombrío, fue descartado. La decisión de fichar a un afroamericano para dar vida a Johnny Storm no fue bien recibida por el público potencial. El comportamiento errático del director durante el rodaje hizo que los directivos del estudio tomasen el control sin saber dónde se metían.
Se volvió a filmar más de la mitad de la película (y se nota mucho en algunas escenas) aumentando el presupuesto por encima de los 200 millones de dólares sin contar el marketing… Eso y mucho más hizo que acabara recaudando la mitad de lo que consiguió Los Cuatro Fantásticos de 2005 con Chris Evans como la Antorcha Humana y Michael Chiklis dentro de un traje de La Cosa.
Tomorrowland
¿Qué tenía a favor?:
La película, ideada por Brad Bird (que venía de dirigir con gran éxito Los Increíbles y Misión: Imposible – Protocolo fantasma) y los guionistas Damon Lindelof y Jeff Jensen, no es tanto una adaptación del clásico parque temático de Disney del mismo nombre como una original aventura de ciencia ficción inspirada libremente en la visión optimista del futuro de la Tierra.
Visualmente es una película preciosa (con varias escenas rodadas en el Museo de las Artes y las Ciencias de Valencia), llena de aventuras, con un mensaje maravilloso y un gran reparto que incluye a George Clooney, Hugh Laurie, Britt Robertson y Raffey Cassidy.
¿Por qué fracasó?:
A pesar de contar con el poder de la Casa del Ratón (y de llevar literalmente el nombre de un parque temático de Disney), Tomorrowland no tuvo mucha repercusión antes de su estreno en 2015 y solo recaudó 209 millones de dólares en taquilla, nada suficiente para cubrir su presupuesto de 190 millones de dólares (sin contar los costes de marketing). Podría decirse que los tráileres fueron parte del problema y no hicieron un gran trabajo explicando de qué iba la película, ni destacando sus escenas más ingeniosas (como una secuencia en la que la Torre Eiffel se transforma en un antiguo cohete que salta de dimensión).
Sin embargo, hubo problemas más profundos que informaron de las dificultades financieras del largometraje, incluida la competencia de otros títulos del verano de 2015 como Vengadores: La era de Ultrón y Jurassic World. Además, exceptuando Gravity, el protagonista de Tomorrowland, George Clooney, nunca había aparecido en una película que recaudara lo suficiente a nivel mundial para justificar un presupuesto de 190 millones de dólares. Clooney es famoso por participar en éxitos dramáticos de mediano presupuesto, no en costosas superproducciones. El fracaso de Batman y Robin es otra muestra de ello.
Mortal Engines
¿Qué tenía a favor?:
Mortal Engines fue producida en parte por Peter Jackson y Fran Walsh, con un guion de Jackson, Walsh y Philippa Boyens. Se trata de un equipo creativo que inauguró el nuevo milenio con sus adaptaciones de El Señor de los Anillos, creando una trilogía de películas clásicas que siguen siendo el estándar de oro de las adaptaciones de libros épicos.
La aventura steampunk, repleta de elementos de ciencia ficción como un guerrero ciborg no muerto y ciudades gigantes en movimiento, es una adaptación de las novelas fantásticas para jóvenes adultos escritas por Phillip Reeve. La película se estrenó a mediados de diciembre, la misma época en la que Jackson estrenó con gran éxito sus películas de El Señor de los Anillos. Entre el reparto encontramos nombres como Hugo Weaving (Matrix), Stephen Lang (Avatar), Robert Sheenan (The Umbrella Academy), Regé-Jean Page (Dungeons and Dragons: Honor among Thieves) o Hera Hilmar.
¿Por qué fracasó?:
En su fin de semana de estreno, Mortal Engines apenas recaudó 7,5 millones de dólares en la taquilla local en 3.103 cines, una cifra aplastantemente baja que hizo que la película se estrenara en quinto lugar. En el resto del mundo, la película obtuvo mejores resultados, con casi 35 millones de dólares, pero el total combinado supone una recaudación inicial de poco más de 42 millones de dólares, es decir, aproximadamente una cuarta parte de lo que costó la película (que, aunque no se ha hecho público, se estima que fue alrededor de 170 millones entre producción y marketing).
Ese fin de semana tuvo que enfrentarse a los estrenos de Spider-Man: Un nuevo universo y La mula de Clint Eastwood, además de El Grinch y Ralph rompe Internet, que seguían funcionando bien en salas. Tampoco ayudó que poco después llegaran a los cines Aquaman y Bumblebee. Si a ello sumamos un director novato (aunque viniera recomendado por Peter Jackson), un reparto cuyo único nombre conocido entonces era Hugo Weaving y una campaña promocional que dejaba mucho que desear basada en un concepto confuso como las ciudades sobre ruedas, entendemos que el proyecto de franquicia de películas de ciencia ficción fracasase.
